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10 Recomendaciones de Neurólogos Pediátricos para Padres y Profesionales

10 Recomendaciones de Neurólogos Pediátricos para Padres y Profesionales

   MADRID, 21 Jul. –

   La Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) ha creado un decálogo de consejos para cuidar del desarrollo del cerebro infantil, dirigido principalmente a padres y profesionales sanitarios que cuidan de los más pequeños, con motivo del Día Mundial del Cerebro, celebrado el 22 de julio.

   «El cerebro de un niño es una estructura dinámica y maleable, que crece y se forma rápidamente durante los primeros años. Este periodo crítico sienta las bases para todas las funciones cognitivas, emocionales y sociales del menor. Por ello, es vital adoptar medidas activas para proteger y estimular este órgano esencial», señala la doctora María Vázquez López, portavoz de SENEP y miembro de su Junta Directiva.

   En este sentido, la primera recomendación del decálogo es ofrecer una alimentación adecuada desde el embarazo. «Es crucial» consumir omega-3 y suplementar con ácido fólico, además de evitar el alcohol y el tabaco. En la infancia, una dieta equilibrada, que incluya frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, «es fundamental» para el desarrollo cerebral y el correcto funcionamiento de los neurotransmisores. «Se deben limitar los alimentos ultraprocesados y con azúcares añadidos».

   Otra observación de los expertos es «la importancia de proporcionar un juego activo«, una herramienta para el desarrollo cerebral. Sugieren que se fomenten actividades que estimulen la exploración, curiosidad, solución de problemas e interacción social. «Hablar con los niños, leerles cuentos, cantarles y ofrecer un entorno rico en experiencias sensoriales y motoras contribuye a crear nuevas conexiones neuronales».

   Además, desde la sociedad declaran que un descanso adecuado es «tan crítico como la alimentación y la estimulación». Durante el sueño, el cerebro organiza la información del día, consolida lo aprendido y se recupera. Para lograr un sueño de calidad, se deben establecer horarios regulares y crear un ambiente propicio para el descanso, evitando pantallas antes de acostarse. Para una mayor información sobre la importancia del sueño, puedes consultar este artículo.

   Adicionalmente, mencionan que los niños necesitan entornos seguros y amorosos. «Un hogar estable y un apego seguro con los cuidadores fomentan un desarrollo emocional saludable que a su vez impacta positivamente en la estructura cerebral». El estrés crónico, en cambio, puede dañar el cerebro en desarrollo, así que es crucial reducirlo y ofrecer herramientas para manejarlo. Sin embargo, advierten que esto no debe confundirse con la sobreprotección.

   Otro aspecto vital es la limitación del tiempo frente a las pantallas. Su uso excesivo, sobre todo en la infancia, puede interferir con actividades más beneficiosas para el desarrollo cerebral, como el juego interactivo, la lectura y la exploración. El uso desmedido de pantallas se ha vinculado a déficit de atención, impulsividad e inquietud motora. Por lo tanto, «es fundamental establecer límites claros y supervisar el contenido accesible, así como evitar por completo las pantallas en los primeros años». Puedes leer más sobre el impacto de las pantallas en el desarrollo infantil en este artículo de la OMS.

   Asimismo, recomiendan fomentar la actividad física y el deporte, ya que beneficia tanto al cuerpo como al cerebro. «La actividad física mejora el flujo sanguíneo cerebral, promueve la creación de nuevas neuronas y optimiza la función cognitiva».

   Igualmente, la interacción con otros niños desde pequeñas edades facilita el desarrollo de habilidades cognitivas superiores, como el lenguaje y la psicomotricidad. La falta de relaciones sociales puede afectar el estado de ánimo y la conducta de los niños. Además, la escolarización proporciona un entorno estructurado que estimula el aprendizaje, la socialización y el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales.

   Por otro lado, enfatizan la necesidad de prevenir lesiones cerebrales, dado que en la infancia «es especialmente vulnerable a traumatismos». Por eso, es «crucial» el uso de sistemas de retención adecuados en vehículos, casco para actividades en bicicleta o patinete y promover hábitos de juego seguro. También destacan la importancia de concienciar sobre el síndrome del bebé zarandeado en los primeros meses. Puedes encontrar más información en este artículo de los CDC.

   Por último, subrayan la relevancia de la detección precoz de alteraciones en el neurodesarrollo. Observar y actuar ante señales de alarma (como retrasos en el lenguaje o escasa interacción social) permite una intervención temprana que «mejora significativamente» el pronóstico. Consultar al pediatra o a un especialista en neurología pediátrica ante cualquier sospecha «es fundamental». Para más recursos, consulta este artículo.

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