MADRID, 20 Dic. –
Los centros comerciales se han convertido, durante esta época del año, en su hábitat natural para muchos, ofreciendo un refugio frente al estrés de las compras y las celebraciones navideñas. No solo son espacios para adquirir regalos, sino que también pueden ser un salvavidas para aquellos que lo requieren.
Investigadores de salud pública de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida han demostrado que los centros comerciales tienen un rol crucial en la reducción del aislamiento y la soledad al servir como un ‘tercer lugar’, un espacio social que no es ni el hogar (primer lugar) ni el trabajo (segundo lugar), sino un ambiente para relajarse, conectarse y sentir pertenencia a una comunidad.
Históricamente, cafeterías, bibliotecas, iglesias y centros comunitarios han cumplido esta función, pero hoy en día son los centros comerciales los que son más frecuentemente asociados con este papel social.
El estudio, publicado en ‘Science Direct’, se realizó en un centro comercial consolidado en Ostfold, donde se dedicaron a observar y entrevistar al personal y visitantes. «Queríamos entender cómo las personas utilizan los centros comerciales por motivos sociales», explica el investigador Gry Rustad Pettersen. «Para ello, entrevistamos a los visitantes mientras recorrían el centro comercial, un método denominado entrevistas de acompañamiento».
Según los hallazgos, los centros comerciales operan como espacios sociales parte de la infraestructura comunitaria, ofreciendo ambientes inclusivos tanto para los locales como para nuevos visitantes. Muchos encuentran gratificante simplemente estar en ese entorno animado que es propicio para la formación de amistades, desempeñando así un papel fundamental en aliviar la soledad y el aislamiento.
Para muchos, el centro comercial se convierte en algo más que un lugar para comprar; es un núcleo social y parte de su rutina diaria. Los visitantes frecuentes, especialmente los adultos mayores, establecen rutinas en torno a lugares y horarios específicos. Acuden a pasear, observar a la multitud y disfrutar del ambiente vibrante.
Además, la mayoría de los centros comerciales están ubicados en áreas céntricas con fácil acceso a través de transporte público, aumentando su atractivo.
CONSUELO PARA MOMENTOS DE SOLEDAD Y ESTRÉS
En este contexto, Pettersen menciona que «los centros comerciales pueden ofrecer un consuelo en momentos de soledad o estrés. Hasta pueden servir como un espacio seguro que ayuda a aliviar la ansiedad social».
Una de las personas entrevistadas pasaba horas en la misma cafetería diariamente, comenzando por pedir café a través de una app y luego haciéndolo en persona. Con el tiempo, disfrutó de las conversaciones informales, con el objetivo de iniciar una charla ella misma en el futuro.
Para algunos visitantes mayores, el centro comercial era una de sus pocas oportunidades sociales. Este deseo de socializar fue un tema recurrente en las entrevistas. Los visitantes a menudo disfrutaban simplemente de estar rodeados de gente sin la presión de interactuar, considerándola una forma de entretenimiento reconfortante.
Los encuentros casuales, como una sonrisa o un saludo, elevaban el ánimo y fomentaban un sentido de pertenencia. Con el tiempo, esos pequeños intercambios podían transformarse en amistades más profundas, mostrando que los lazos casuales pueden cobrar sentido en la rutina y en espacios compartidos como los centros comerciales.
«SALVAVIDAS PARA MUCHOS»
Los investigadores advierten que vivimos en un tiempo donde la actividad online ha sustituido gran parte de la interacción social cara a cara, dejando a muchos, en especial a los adultos mayores, en un estado de aislamiento. En este contexto, el centro comercial se ha convertido en un tipo de salvavidas para muchos.
Esta investigación sugiere que los centros comerciales son componentes vitales de la infraestructura social que hacen que las ciudades sean más habitables. «De cara al futuro, las características que hacen que los centros comerciales sean valiosos socialmente, como la accesibilidad, neutralidad y vitalidad, podrían inspirar otros espacios públicos», afirma Pettersen. «Crear más lugares como estos puede ser clave para formar comunidades y ciudades más saludables y conectadas».
Con la temporada festiva en pleno auge, el valor de las redes sociales es esencial. Si bien las compras online pueden ser convenientes, no pueden igualar la simple alegría de compartir una sonrisa, escuchar risas o sentirse parte de una comunidad.

