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Aquí tienes algunas alternativas para el título: 1. Cómo añadirla a tu dieta 2. Maneras de incluirla en tu alimentación 3. Cómo integrarla en tu plan de comidas 4. Cómo sumarla a tu rutina dietética 5. Estrategias para incluirla en tu dieta

Aquí tienes algunas alternativas para el título: 

1. Cómo añadirla a tu dieta
2. Maneras de incluirla en tu alimentación
3. Cómo integrarla en tu plan de comidas
4. Cómo sumarla a tu rutina dietética
5. Estrategias para incluirla en tu dieta

   MADRID, 1 Jun. –

La quinoa comenzó a hacerse conocida en España tras la boda de la infanta Cristina, donde este alimento, hasta entonces poco familiar, sorprendía por su presencia en el menú nupcial. Con el tiempo, hemos descubierto las numerosas propiedades beneficiosas de este grano.

   Recientemente, una nueva investigación ha revelado que los componentes de la quinoa pueden reprogramar el sistema inmunológico para prevenir enfermedades metabólicas crónicas, ayudando a equilibrar las disfunciones metabólicas y hepáticas.

   El estudio, llevado a cabo por expertos del Instituto IMDEA Alimentación y la Universidad Internacional de Valencia (VIU), así como investigadores del Grupo de Bioactividad e Inmunología Nutricional (BIOINUT) y del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos del CSIC, ha investigado cómo la quinoa y sus ingredientes son esenciales desde el punto de vista inmunonutricional en el tratamiento de enfermedades metabólicas.

   «La quinoa es un claro ejemplo de cómo los alimentos funcionales pueden ser herramientas inmunonutricionales«, declara Moisés Laparra, coordinador del Programa de Doctorado en Inmunonutrición de la VIU y uno de los autores del estudio.

   «Nuestro estudio ha evidenciado que ciertos compuestos de esta semilla no solo previenen desequilibrios metabólicos, sino que también podrían influir en la expansión selectiva de células del sistema inmune innato, fundamental para prevenir enfermedades crónicas como la enfermedad del hígado graso asociada al metabolismo (EHGAM)», destaca.

   La quinoa presenta diversos efectos inmunonutricionales gracias a sus componentes, como una fracción proteica de bajo peso molecular (PBPM) y su extracto lipídico (qLF), que ayudan a prevenir desequilibrios provocados por dietas altas en grasas, así como a mantener la homeostasis metabólica hepática y la inmunidad innata. Estos beneficios se derivan mayormente de una expansión selectiva del sistema inmune.

   Comprender las propiedades de estos alimentos inmunonutricionales e incorporarlos en la dieta representa un reto para los pacientes, según los investigadores. Por ello, consideran fundamental que los profesionales sanitarios se capaciten para guiar y apoyar a los pacientes en la adopción de medidas preventivas que disminuyan el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas crónicas.

   «La (re)programación metabólica es característica de las enfermedades metabólicas crónicas, donde las estrategias nutricionales aportadas por profesionales bien adiestrados pueden ser determinantes», destaca el doctor Laparra.

   Aurora García Tejedor, vicedecana de Ciencias Biosanitarias en la VIU, añade que «la inmunonutrición está revolucionando nuestra comprensión sobre cómo la dieta puede prevenir enfermedades metabólicas. Los ingredientes bioactivos de la quinoa han demostrado tener una capacidad única para modular funciones hepáticas e inmunitarias, algo impensable hace algunos años. Este conocimiento abre nuevas puertas a su uso como complemento en estrategias preventivas y terapéuticas», explica.

   Esta investigación evidencia que la quinoa contiene ingredientes inmunonutricionales como el PBPM y qLF, que favorecen la inmunidad innata hepática mediante la regulación del perfil lipídico.

    «La administración de PBPM y qLF derivados de la quinoa puede representar estrategias inmunonutricionales prometedoras para prevenir comorbilidades asociadas a enfermedades metabólicas crónicas. Estos efectos pueden ser beneficiosos para mitigar desequilibrios inmunológicos y metabólicos, así como disfunciones hepáticas provocadas por dietas altas en grasas», resalta la doctora García.

    Las enfermedades no transmisibles como la EHGAM están en aumento, representando el 70% de las muertes a nivel global. Específicamente, la EHGAM se ha convertido en una de las patologías hepáticas más prevalentes, afectando a alrededor del 15-30% de la población.

   La investigadora Aurora García Tejedor comenta que «la quinoa constituye un paradigma de un nuevo enfoque nutricional, siendo una fuente rica en carbohidratos, proteínas de alta calidad, fibra y microelementos, además de compuestos bioactivos como los inhibidores inmunonutricionales de la proteasa tipo serina (SETI). Estos compuestos, consumidos según la recomendación dietética (0,4 g/kg de peso corporal), han demostrado ser eficaces para incrementar la proporción de macrófagos intrahepáticos, favoreciendo su adaptación selectiva y funcional».

    El doctor Laparra agrega que «los últimos estudios han identificado a los macrófagos hepáticos como actores clave en el control, mediado por la dieta, del almacenamiento energético y la acumulación de grasa en el hígado».

   Estos hallazgos subrayan la importancia de los efectos que los componentes de la quinoa generan en el incremento de esta proporción. Para este experto, «estos resultados refuerzan el concepto de alimentación de precisión, donde no solo cuenta qué comemos, sino cómo ciertos compuestos interactúan con nuestra fisiología».

¿CÓMO INCLUIR EL PBPM Y QLF DE LA QUINOA EN LA DIETA?

   Uno de los métodos para aprovechar los beneficios de la quinoa es incorporar harina de quinoa en la elaboración de pan (hasta un 20%, p/p), reemplazando parcialmente el trigo, lo cual es efectivo para controlar y reducir las alteraciones provocadas por dietas altas en grasas en el índice hepatosomático, la resistencia a la insulina y los niveles de triglicéridos periféricos.

   «La adición de harina de quinoa en productos cotidianos, como el pan, representa una oportunidad viable para trasladar estos efectos inmunonutricionales al día a día. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que los beneficios más significativos provienen de fracciones proteicas específicas, lo que subraya la necesidad de desarrollar alimentos funcionales mejor dirigidos», concluye la doctora Aurora García Tejedor.

   Estos efectos pueden estar relacionados con variaciones positivas en la proporción de la población mieloide inmune innata. Estudios previos han mostrado que la inclusión de harina de quinoa en productos de panadería permite modular esta población mieloide.

   Sin embargo, este efecto fue menor que el observado en este estudio, lo que indica que estos beneficios se atribuyen principalmente a la fracción proteica de bajo peso molecular (PBPM) y no a otros ingredientes.

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