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Así pones en peligro tu salud

Así pones en peligro tu salud

   MADRID, 6 Jul. –

   Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), comúnmente conocidos como ‘protectores del estómago’, son ampliamente recetados para tratar trastornos relacionados con la acidez, como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y las úlceras pépticas. Sin embargo, se asocian con efectos adversos significativos cuando se utilizan a largo plazo, según una reciente revisión exhaustiva de la literatura disponible.

   Esta revisión, llevada a cabo por investigadores de India y Emiratos Árabes Unidos y publicada en la revista ‘LabMed Discovery’, señala múltiples riesgos, incluyendo infecciones, problemas en los huesos, riñones, efectos metabólicos y hasta efectos neurológicos prolongados. Además, factores geográficos y genéticos, como el metabolismo del CYP2C19, influyen en la variabilidad de estos riesgos.

    Así, el estudio encontró una mayor susceptibilidad a ‘Clostridium difficile’ y neumonía, atribuida a la alteración del microbioma intestinal y la reducción de la función de la barrera ácida del estómago. También se identificó un mayor riesgo de fracturas por malabsorción de calcio y alteración de la remodelación ósea debido a la inhibición del canal TRPM6/7.

   En relación con la afectación renal, la revisión vincula el uso excesivo de estos medicamentos con nefritis intersticial aguda, enfermedad renal crónica (ERC) y calcificaciones vasculares exacerbadas por hipomagnesemia. Además, aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 (DM2) y síndrome metabólico, posiblemente por alteraciones en la homeostasis del magnesio y la interferencia en la vía del óxido nítrico.

   El estudio también revela un posible vínculo entre el uso de IBP y la demencia, a través de una reducción en la depuración de beta amiloide, deficiencia de vitamina B12 y una disminución en la síntesis de acetilcolina.

   A pesar de su eficacia, los IBP suelen ser prescritos en exceso. Los estudios indican que entre el 50% y el 90% de los pacientes hospitalizados reciben estos medicamentos sin una indicación clara.

   Por ello, se recomienda un uso a corto plazo, limitado a entre 4 y 8 semanas para ERGE/úlcera, con controles regulares de magnesio, vitamina B12 y función renal en usuarios a largo plazo. Como alternativas, se sugiere la utilización de bloqueadores H2 o modificar el estilo de vida cuando sea posible.

   Esta revisión resalta la necesidad de realizar una prescripción prudente de IBP, con énfasis en evaluaciones personalizadas de riesgo y beneficio para ayudar a mitigar las complicaciones generalizadas. Investigaciones futuras deben explorar mecanismos moleculares y terapias alternativas, sugieren los autores.

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