MADRID, 7 Ago. –
Los sarcomas son tumores malignos que se desarrollan en el esqueleto o en tejidos diferentes a los vísceras, tales como músculos, huesos, grasa, vasos o cartílagos. Representan menos del 1% de todos los tipos de cáncer, lo que los convierte en una enfermedad rara.
De hecho, los sarcomas comprenden docenas de tumores diferentes, y en conjunto solo abarcan entre el 1 y el 2% de todos los cánceres en adultos; por lo tanto, son considerados una enfermedad oncológica minoritaria. Así lo señala el doctor Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten, en una entrevista.
«En España, se diagnostican aproximadamente 3.000 casos al año. Esta baja incidencia contribuye a su escasa visibilidad social, a la dificultad de establecer centros de referencia bien equipados, a la limitada financiación de la I+D, y a veces, a la falta de formación específica entre profesionales no especializados», enfatiza este experto.
EL RETRASO EN EL DIAGNÓSTICO TAN FRECUENTE
Aunque los sarcomas son tumores poco comunes y complejos, en España existen unidades altamente especializadas que ofrecen un enfoque multidisciplinario y tratamientos avanzados. «Buscar atención temprana y ser evaluado por un equipo experimentado en sarcomas puede hacer una gran diferencia en las posibilidades de curación y en la calidad de vida», defiende el doctor Cubedo. «Por eso, ante cualquier sospecha, es crucial no posponer la consulta y exigir atención especializada».
No obstante, el diagnóstico tardío es uno de los «grandes retos en los sarcomas» hoy en día. Esto se debe en parte a que los síntomas iniciales pueden ser muy inespecíficos: un bulto indoloro, una inflamación persistente, molestias en músculos o articulaciones, etc.
«Esto puede llevar a confusiones con lesiones benignas o traumatismos, lo que reduce la importancia clínica del problema. En otros casos, el tumor se localiza en áreas profundas y no se manifiesta hasta que ha crecido considerablemente. También se agrava por la falta de sospecha entre profesionales no familiarizados con este tipo de cáncer, lo que puede retrasar el diagnóstico y complicar el tratamiento curativo», explica el oncólogo.
SÍNTOMAS DE SOSPECHA DE UN SARCOMA
El jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario recuerda que uno de los signos más comunes es la aparición de un bulto blando o firme, que no causa dolor, pero que no desaparece.
«La ausencia de dolor inicial puede llevar a pacientes y a veces incluso a médicos a no darle la importancia debida. También puede comenzar como molestias vagues en un hueso, hinchazón persistente, o dolor nocturno sin causa aparente. Cualquier bulto de más de 5 centímetros (2 cm en niños) que no cambia o crece debe ser evaluado por un especialista. La clave es no subestimar síntomas persistentes o atípicos», agrega.
TRATAMIENTOS DISPONIBLES EN LA ACTUALIDAD
En este contexto, el doctor Cubedo subraya que algunos subtipos de sarcomas han mejorado su supervivencia gracias a nuevos tratamientos. Sin embargo, lamenta que los avances no son tan notables como en otros campos de la oncología. «Hemos progressado mucho más en la comprensión de los mecanismos que diferencian los sarcomas entre sí. Es probable que estos conocimientos conduzcan a nuevos tratamientos», añade.
Considera también que «sin duda» representa un desafío desarrollar tratamientos para cánceres con una baja incidencia. Los tumores raros, como los sarcomas, presentan obstáculos para la investigación por diversas razones: el bajo número de pacientes dificulta los ensayos clínicos, la financiación suele ser escasa, y es más complicado generar interés comercial en el desarrollo de medicamentos específicos. «En el caso de los sarcomas, se suma el hecho de que, en realidad, no es una sola enfermedad, sino docenas de ellas», señala.
No obstante, cree que, aunque la cirugía sigue siendo el pilar del tratamiento curativo en la mayoría de los sarcomas, los avances en terapias sistémicas han sido significativos: «Las terapias dirigidas han permitido tratar subtipos específicos con alteraciones genéticas concretas, como los inhibidores de tirosina quinasa en el GIST. La inmunoterapia aún desempeña un papel limitado, pero hay investigaciones prometedoras en determinados subtipos. Además, los ensayos clínicos están permitiendo acceder a nuevas estrategias terapéuticas que antes no estaban disponibles».
SARCOMA ADULTO VS SARCOMA INFANTIL
Finalmente, se le preguntó al especialista sobre las principales diferencias entre un sarcoma en adultos y uno en niños. Aunque ambos comparten su origen en los mismos tejidos, los sarcomas en niños y en adultos son entidades distintas desde el enfoque biológico, clínico y terapéutico.
En pediatría, predominan tipos como el osteosarcoma o el sarcoma de Ewing, que afectan los huesos, y el rabdomiosarcoma, vinculado a los músculos, los cuales son muy poco frecuentes en adultos.
Por el contrario, los sarcomas de partes blandas en adultos -como el liposarcoma de grasa – rara vez aparecen en la infancia. «Además, la respuesta a tratamientos como la quimioterapia suele ser mejor en niños, lo que también influye en el pronóstico. Las tasas de curación son mucho más altas en niños, aunque también enfrentan retos particulares, como los problemas que pueden surgir del crecimiento asimétrico tras la intervención en una extremidad», concluye este experto.