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¿Barbacoa saludable? Lo que la ciencia revela sobre las parrilladas este verano.

¿Barbacoa saludable? Lo que la ciencia revela sobre las parrilladas este verano.

   MADRID, 13 Jul. –

   Con la llegada del verano, es probable que te plantees organizar una barbacoa. Sin embargo, es comprensible que tengas dudas sobre su impacto en la salud. Este artículo presenta la opinión de una experta que nos asegura que, efectivamente, estas prácticas pueden ser saludables en verano, aunque con ciertos matices. ¿Te gustaría disfrutar de una barbacoa ‘healthy’ este fin de semana?

   «Si se lleva a cabo de forma ocasional y con los alimentos correctos, una barbacoa no representa un riesgo significativo, y puede incluirse en la dieta una vez cada dos o tres semanas, siempre que se acompañe de alimentos frescos, evitemos el exceso de carnes rojas, y cuidemos la forma de cocción. Lo esencial es mantener un equilibrio general en la alimentación, más allá de un evento aislado».

   Así lo afirma Lucía Visiedo, dietista-nutricionista en Hospiten Estepona, y miembro del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN), en una entrevista donde resalta que las barbacoas pueden ser parte de una dieta equilibrada y saludable, siempre que se planifiquen con responsabilidad y sin excesos.

    «El método de cocción a la parrilla permite cocinar con mínimas grasas, lo que puede ser ventajoso nutricionalmente. Sin embargo, la clave radica en la selección de los ingredientes, las porciones, y la frecuencia con la que se consumen estas comidas», añade.

POR QUÉ PUEDE SER CONTRAPRODUCENTE

   Visiedo, quien también es doctora en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, enfatiza que el método de cocción a la brasa presenta riesgos nutricionales para la salud, ya que el cocinado durante una barbacoa puede acarrear ciertos peligros si no se lleva a cabo adecuadamente.

   Asegura que al someter los alimentos a altas temperaturas, en contacto con el humo de la combustión del carbón, o directamente con la llama, pueden generarse compuestos tóxicos como las aminas heterocíclicas (AHC) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que pueden causar irritación en la piel y ojos, así como problemas respiratorios al ser inhalados.

   «Además, pueden incrementar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, especialmente si esta práctica se vuelve habitual o si no se toman precauciones. Por lo tanto, técnicas como cocinar sobre brasas en lugar de sobre llamas, marinar, y evitar la carbonización, ayudan a disminuir significativamente su formación», argumenta esta experta en nutrición de Hospiten.

   Visiedo señala que cuando alimentos ricos en proteínas y grasas (como las carnes) se carbonizan o están expuestos a temperaturas elevadas, se producen aminas heterocíclicas (AHC) y hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). «Según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), estas sustancias han mostrado tener propiedades carcinogénicas, siendo los Benzo[a]pirenos, un tipo de HAP, clasificados en el grupo 1 (carcinógenos comprobados)», advierte.

   Por esto, sostiene que el consumo regular de alimentos carbonizados puede estar vinculado a un mayor riesgo de enfermedades crónicas, especialmente cáncer de colon, estómago y páncreas.

CLAVES PARA UNA BARBACOA

   Aconseja que las carnes rojas y procesadas (salchichas, chorizo, hamburguesas industriales) están más relacionadas con la producción de compuestos tóxicos al cocinarse a la brasa, sobre todo si son ricas en grasa. «Es preferible elegir carnes magras, como pollo o pavo sin piel, así como pescados, que se cocinan más rápidamente y generan menos compuestos dañinos. Además, incorporar vegetales a la parrilla (como pimientos, calabacines, berenjenas o espárragos) aporta fibra y antioxidantes al menú, sin riesgo de generar compuestos tóxicos», resalta esta dietista-nutricionista.

   Asimismo, menciona que el marinado es una «estrategia efectiva» para reducir la formación de AHC y HAP: «Marinar carnes o pescados con ingredientes antioxidantes, como zumo de limón, vinagre, ajo, cebolla, hierbas frescas y especias (romero, tomillo, orégano, cúrcuma), puede disminuir considerablemente la producción de compuestos tóxicos, al tiempo que mejora el sabor sin necesidad de añadir sal o salsas ultraprocesadas».

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UNA BARBACOA SALUDABLE

   Con todo esto, Lucía Visiedo defiende que no deberíamos dejar de disfrutar de las barbacoas en verano, ya que «forman parte de nuestra cultura gastronómica y social», además de ser momentos de disfrute al aire libre, de reunión familiar, y de buena comida.

   «Aunque es cierto que la combustión del carbón y ciertos tipos de alimentos pueden generar compuestos potencialmente perjudiciales para la salud, esto no implica que debamos renunciar a ellas. La clave está en la moderación y en seguir consejos prácticos que mitiguen significativamente los riesgos», asegura la experta, entre los que menciona:

1. Elige bien los ingredientes: Prioriza carnes magras, pescados y vegetales; limita carnes procesadas como chorizo, panceta o salchichas.

   2. Evita las llamas directas: Cocina sobre brasas, no sobre llamas vivas, para reducir la carbonización y la exposición al humo.

   3. No sobrecocines ni carbonices los alimentos: Retira las partes negritas o quemadas.

   4. Utiliza marinados antioxidantes: Contribuyen a reducir sustancias tóxicas y mejoran el perfil nutricional.

   5. Acompaña con guarniciones saludables: Ensaladas frescas, vegetales a la parrilla, legumbres o pan integral.

   6. Modera el consumo de alcohol y salsas industriales: Pueden aumentar la carga calórica y de aditivos.

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