Los expertos coinciden en que los Reyes funcionan «como un equipo» y están más en contacto con la ciudadanía.
MADRID, 16 Feb. –
El diplomático Camilo Villarino cumple este 19 de febrero su primer año al frente de la Casa del Rey, doce meses durante los cuales ha llevado a cabo una amplia renovación apostando por una mayor presencia femenina entre los cargos que la componen y ha trabajado para seguir acercando a la Familia Real a la ciudadanía, al tiempo que se reforzaba su imagen de cara al exterior.
La llegada de Villarino para tomar el relevo de Jaime Alfonsín se produjo unos meses antes de que en junio de 2024 se cumpliera la primera década de reinado de Felipe VI, en un momento en que la imagen de la monarquía se había recuperado en gran medida del impacto de los procesos judiciales que afectaron a su padre, Juan Carlos I, quien tomó la decisión de exiliarse en agosto de 2020 a Abu Dhabi, donde aún reside.
Su llegada se produjo «en un momento en que el Rey se convierte, tal vez, en el elemento más estable y reformado de todas las instituciones» que emanan de la Constitución de 1978, valora el presidente de la Red de Estudios de las Monarquías Europeas (REMCO), Juan José Laborda en declaraciones.
En opinión de Don Felipe, con el apoyo ahora de Villarino, ha sabido proyectar «la idea de una Casa Real más reducida que en época de Don Juan Carlos pero que al mismo tiempo está funcionando como un equipo».
El Rey se apoya en la Reina, quien «tiene entrada en sectores importantes de la sociedad», mientras que la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía también trabajan en equipo, destacando Laborda que hay «un sentido cooperativo» en sus interacciones.
MÁS CONTACTO CON LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Por otro lado, según Laborda, los Reyes «están más en contacto con la sociedad». «La Familia Real aparece en circunstancias y ambientes cada vez más diversos y complejos», subraya, destacando que es cada vez más común ver al Rey «participando en pequeños actos» más alejados de lo que tradicionalmente ha sido la agenda real.
El vicepresidente de REMCO, Charles Powell, coincide con esta visión. Hasta ahora, por regla general, la Casa del Rey «era reactiva», pero ahora se busca «ir por delante y ser más proactivos». Como ejemplo menciona la visita que los Reyes realizaron a Paiporta (Valencia) tras la dana o la creciente presencia de la Princesa Leonor, que ha sido «muy bien recibida».
En opinión del historiador, tras los esfuerzos de Don Felipe por una mayor transparencia en todas las actividades y finanzas de la Familia Real, «vemos una monarquía renovada para una nueva era».
Además, la llegada de Villarino a la jefatura de la Casa del Rey ha supuesto lo que Powell define como una «tercera oleada de renovación». La primera la llevó a cabo a finales de los años 1980 el entonces jefe de la Casa, Sabino Fernández Campos, y la segunda en los años 1990, con la llegada de Asunción Valdés, la primera mujer al frente de la comunicación.
Powell también destaca que el relevo se ha producido en un momento en que «el Rey ha madurado y está consolidado». «Su edad le permite ver las cosas de otra manera» y, mientras antes estaba preocupado por formarse como Rey, ahora su madurez se manifiesta en una mayor cercanía y calidez, en contraste con la timidez previamente atribuida. La Reina también ha seguido este proceso, y «ambos están plenamente rodados».
UNA CASA REJUVENECIDA Y FEMINIZADA
El nuevo jefe de la Casa, el cuarto diplomático en ostentar este puesto, ha llevado a cabo una serie de relevos en altos cargos, aumentando la presencia femenina. Actualmente, de los once cargos, cuatro son ocupados por mujeres, comenzando por la secretaria general de la Casa, Mercedes Araújo, y la jefa de la Secretaría de la Reina, María Ocaña.
«Villarino ha rejuvenecido y feminizado la Casa según los tiempos», valora Powell, dado que los relevos han sido de altos funcionarios que estaban próximos a alcanzar la jubilación, algunos de los cuales trabajaban en la Casa desde antes del inicio del reinado de Felipe VI.
PROYECCIÓN EXTERIOR
Tanto Laborda como Powell ven en el nombramiento de Villarino, por su trayectoria profesional –fue jefe de gabinete de cuatro ministros de Exteriores consecutivos– un impulso del Rey a la imagen exterior de la monarquía. En este sentido, el director del Real Instituto Elcano destaca la «importante agenda exterior» del último año.
Se han producido dos viajes de Estado, a Países Bajos e Italia, así como la visita del Rey a los tres países bálticos –Estonia, Letonia y Lituania– en junio para ver a las tropas españolas desplegadas allí, su asistencia a las tomas de posesión de El Salvador, Costa Rica y República Dominicana, además de la Cumbre Iberoamericana en Cuenca (Ecuador).
En julio, se llevó a cabo el primer viaje al exterior de la Princesa de Asturias, con destino a Portugal, donde fue recibida por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, quien mantiene una estrecha relación con Don Felipe.
DESAFÍOS PARA VILLARINO
En cuanto a los desafíos que enfrenta, Powell cree que el principal, al igual que para el resto de monarquías europeas, es «demostrar día a día que la institución es útil a la sociedad», ya que sus funciones «no siempre son bien entendidas».
En su opinión, la presencia de la Princesa de Asturias contribuye positivamente a la Familia Real, pues su imagen de mujer joven ayuda a captar el interés de la juventud, que en general es «bastante escéptica».
Laborda agrega que hay un «tremendo desafío» a nivel internacional para las democracias clásicas y, por ende, para las monarquías parlamentarias como la española. «El populismo que impera en el contexto mundial es incompatible con la democracia y la monarquía», valora, indicando que Villarino enfrenta un desafío mayor que el de Alfonsín al inicio del reinado, dado el deterioro de la imagen de la monarquía por las actividades del Rey emérito.
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