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¿Cera de oídos y olfato: una combinación simple y económica para detectar el Parkinson?

¿Cera de oídos y olfato: una combinación simple y económica para detectar el Parkinson?

MADRID, 21 Jun.

El cerúmen de los oídos podría representar un futuro sistema de detección del Parkinson, sencillo y económico, según un estudio de investigadores chinos que han desarrollado un sistema capaz de detectar la enfermedad a partir del olor de la cera del oído utilizando inteligencia artificial.

La intervención temprana para esta enfermedad neurológica degenerativa es crucial para optimizar la atención, ya que la mayoría de los tratamientos solo ralentizan su progreso. Por lo tanto, se requiere un diagnóstico precoz, pero las pruebas actuales, como las escalas de valoración clínica y las imágenes neuronales, pueden ser subjetivas y costosas. Para más información sobre las pruebas diagnósticas, visita este artículo.

Investigaciones anteriores han demostrado que los cambios en la cera, una sustancia aceitosa secretada por la piel, pueden ayudar a identificar a las personas con Parkinson. En concreto, la cera de las personas con la enfermedad puede tener un olor característico debido a que los compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por el cerúmen se alteran por la progresión de la enfermedad, incluyendo la neurodegeneración, la inflamación sistémica y el estrés oxidativo.

Cuando el sebo de la piel se expone a factores ambientales como la contaminación y la humedad, su composición puede variar, lo que lo convierte en un medio de prueba poco confiable. Sin embargo, la piel del interior del conducto auditivo externo permanece alejada de estos elementos. Por ello, los investigadores Hao Dong, de la Facultad de Ingeniería de Automatización, Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Nanjing, y Danhua Zhu, de la Universidad de Zhejiang, se centraron en la cera de los oídos, que, compuesta mayormente por sebo, es fácil de muestrear.

Para identificar posibles COV asociados con la enfermedad en la cera de los oídos, los investigadores hisoparon los conductos auditivos de 209 personas (108 de las cuales habían sido diagnosticadas). Analizaron las secreciones recogidas utilizando técnicas de cromatografía de gases y espectrometría de masas. Cuatro de los COV que hallaron en la cera del oído de personas con Parkinson eran significativamente diferentes de la cera de personas sanas. Concluyeron que estos cuatro COV, incluidos el etilbenceno, el 4-etiltolueno, el pentanal y el 2-pentadecil-1,3-dioxolano, son biomarcadores potenciales de la enfermedad.

Dong, Zhu y sus colegas entrenaron un sistema olfativo de inteligencia artificial (AIO) con sus datos de COV en la cera del oído. El modelo de cribado resultante, basado en AIO, categorizó con un 94% de precisión las muestras de cerumen de personas con y sin Parkinson. Según los investigadores, el sistema AIO podría utilizarse como herramienta de cribado de primera línea para la detección precoz de la EP, facilitando una intervención médica temprana y mejorando la atención al paciente.

«Este método es un experimento a pequeña escala en un solo centro en China –señala Dong–. El siguiente paso es realizar más investigaciones en diferentes etapas de la enfermedad, en múltiples centros de investigación y entre diversos grupos étnicos, para determinar si este método tiene un mayor valor de aplicación práctica».

Para profundizar en el tema del diagnóstico temprano del Parkinson, consulta este enlace.

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