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Contamos con más recursos y capacitación que nunca para la detección del autismo

Contamos con más recursos y capacitación que nunca para la detección del autismo

MADRID, 13 Oct.

Esta semana fuimos testigos de las declaraciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump, en las que vinculó la toma de paracetamol durante el embarazo con el desarrollo de autismo en los menores; unas declaraciones que han sido refutadas por toda la comunidad internacional al poco de salir publicadas.

Preguntamos por este acontecimiento a Lucía, mi pediatra, a quien entrevistamos por la publicación de ‘El gran libro de Lucía, mi pediatra’ (Planeta) en una edición ampliada, y en la que precisamente dedica un capítulo al trastorno del espectro autista (TEA).

«Realmente es irresponsable emitir unas declaraciones de este calaje y además en el tono en el que las ha hecho», afirma, indicando que estas declaraciones han causado preocupación. «Afirmar esta asociación, diciéndoles claramente a las mujeres que no consuman paracetamol si están embarazadas, es preocupante. También insinuó que las vacunas que reciben los bebés en su primer año parecen no ser muy necesarias. Aunque estas declaraciones pueden sonar alarmantes en un bar, la comunidad científica se lleva las manos a la cabeza al escucharlas del presidente de Estados Unidos», subraya.

Considera que «la Ciencia es algo que es muy vivo», y asegura que no se puede hacer ninguna afirmación categórica. Sin embargo, la evidencia científica actual sobre la toma de paracetamol en el embarazo «es sólida» y respalda que el paracetamol «es el analgésico más seguro durante el embarazo». «Lo que pase en 20-30 años no sabemos, pero la evidencia científica actual contradice las declaraciones de Trump», precisa.

LAS EMBARAZADAS SÍ PUEDEN TOMAR PARACETAMOL

En este contexto, esta experta recuerda que las asociaciones científicas de ginecología y obstetricia, la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), así como su homóloga europea (la EMA), han publicado comunicados afirmando que las embarazadas pueden seguir tomando paracetamol.

«Es el fármaco más seguro en el embarazo por encima de cualquier otro analgésico. Mantener una fiebre elevada en una mujer embarazada puede provocar daño tanto a la madre como al feto. Insisten en que la prescripción de paracetamol por un profesional sanitario, con la dosis adecuada, es segura», insiste esta especialista.

POR QUÉ SE DETECTA CADA VEZ MÁS EL TEA

Pedimos a esta experta que nos aclare por qué cada vez se detectan más casos de TEA, señalando que se da una mayor detección por la mayor información y formación entre los profesionales hoy en día.

«Es un trastorno relativamente joven dentro de la bibliografía científica. Hace 100 años nadie sabía qué era. Llevo 20 años de pediatra y no había ni la mitad de información cuando empecé. Pero la comunidad pediátrica, docente y de enfermería ya tiene conocimiento sobre este trastorno del neurodesarrollo», resalta.

Aquí indica que la revisión de los 18 meses es fundamental, donde se evalúa el desarrollo psicomotor del menor: «En la revisión de los 18 meses se verifica que los niños mantienen la mirada con la persona que les habla, deben decir papá y mamá con conocimiento, señalar con el dedo, pedir bracitos, decir adiós, obedecer órdenes sencillas y mostrar curiosidad por el entorno. Si mayoritariamente es un no la respuesta, se sospecha que puede haber un problema y se deriva a neuropediatras y neuropsicólogos para evaluación».

Recuerda que es un trastorno del neurodesarrollo complejo y con una variabilidad clínica muy amplia, desde un grado leve, con niños funcionales, hasta severos con discapacidad significativa que requieren recursos a lo largo de toda su vida. «Es un trastorno del que seguimos aprendiendo y estudiando. Hay causas genéticas y ambientales, pero también hay otros factores en investigación», explica.

LAS VACUNAS NO PROVOCAN AUTISMO

Finalmente, otro tema que la Administración Trump ha planteado es la supuesta relación entre las vacunas y el autismo, una falacia rechazada por la comunidad científica internacional. Tal como señala Lucía, mi pediatra, en su libro, todo surgió a raíz de un estudio publicado en The Lancet en 1998, que se basó en solo 14 niños de familias antivacunas y que afirmaba que «existía una relación entre la administración de la vacuna triple vírica y la aparición del TEA».

«Wakefield recibió financiación para este estudio de un bufete de abogados que intentaba demandar a las farmacéuticas fabricantes de la vacuna, y antes de 1998 ya solicitó la inscripción de la patente de una vacuna propia que, según él, carecería de estos problemas de la vacuna real», añade.

En 2010, el Colegio Médico General británico revocó la licencia de médico a Andrew Wakefield por actuar de manera deshonesta. La propia revista rectificó y pidió disculpas, pero el daño ya estaba hecho, ya que miles de familias decidieron no vacunar a sus hijos, lo que resultó en muertes por sarampión en múltiples lugares del mundo. Desde entonces, se han publicado cientos de estudios, con más de un millón y medio de niños, y en ningún caso se observó tal asociación. Por lo tanto, la comunidad científica y las propias asociaciones de autismo son unánimes: las vacunas no provocan autismo», concluye esta reconocida pediatra.

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