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Crean por primera vez tejido cardíaco a través de bioimpresión 3D

Crean por primera vez tejido cardíaco a través de bioimpresión 3D

Podría cambiar «radicalmente» las opciones terapéuticas en insuficiencia cardiaca

L’HOSPITALET DE LLOBREGAT (BARCELONA), 25 Jun. – Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) ha conseguido generar, por primera vez, un trozo de tejido de miocardio mediante bioimpresión 3D que puede crecer y sobrevivir en un modelo animal.

Los investigadores han desarrollado un parche compuesto por capas de biotinta y pequeños vasos sanguíneos que logran integrarse con el sistema circulatorio del huésped, según lo han expuesto en una reunión con la prensa.

Hasta ahora, las alternativas para pacientes con infarto agudo o insuficiencia cardiaca eran inyecciones, injertos, o parches creados mediante cultivo en placas, que no lograban recrear el miocardio en toda su complejidad y terminaban muriendo.

Ángel Raya, líder del estudio, ha mencionado que la nueva técnica desarrollada podría transformar «radicalmente» las opciones terapéuticas en estos casos, con el potencial de retrasar hasta 15-20 años la hipertrofia en el corazón.

NUEVA BIOTINTA

Dentro del contexto de la bioimpresión 3D, la investigación ha permitido perfeccionar la «receta» de la biotinta, que incluye gelatina, fibrinógeno, ácido hialurónico y transglutaminasa microbiana (mTG), a la que se añaden microfragmentos vasculares para crear la biotinta vascular, la cual se utiliza para fabricar las capas externas del tejido.

Simultáneamente, se incorporan cardiomiocitos para formar la biotinta muscular, destinada a las capas intermedias, «las que realmente laten y darían funcionalidad al corazón», según palabras de Laura Casado, coautora del estudio.

Raya ha señalado que a partir del tejido generado podrían desarrollarse otros tipos de parches, gracias a la flexibilidad que proporciona la bioimpresión: «Si puedes hacer un cubo, puedes hacer cualquier cosa».

PRÓXIMOS PASOS

Tras las pruebas en ratones, el siguiente paso es intentar implantar el parche en cerdos, algo que los investigadores prevén llevar a cabo el próximo septiembre en la fase preclínica.

Para continuar con las investigaciones y potencialmente llevar la terapia al primer paciente, calculan que serán necesarios al menos 5 años más de estudio y colaboraciones con otras instituciones.

BANCOS DE IPS

Los investigadores también buscan crear bancos de líneas de células madre pluripotentes inducidas (iPS), a partir de las cuales se pueden crear otros tipos de células, como cardiomiocitos, que permitirían desarrollar parches compatibles con todos los receptores.

El año pasado, el Idibell, junto al Banc de Sang i Teixits, solicitó financiación para establecer un banco español de iPS y publicó 7 líneas de donantes universales; sin embargo, estiman que se requerirían 200 líneas para atender a la población europea.

FINANCIACIÓN

El equipo actualmente se encuentra en búsqueda de financiación: solicitaron ayudas del Instituto Europeo de Tecnología (EIT), pero estas fueron denegadas; Raya aclaró que, por lo general, solo se financian el 10% de las solicitudes.

Han declarado que necesitan una empresa «potente» que se encargue de la bioimpresión clínica, y varios hospitales han mostrado interés en avanzar con este proyecto.

Por el momento, se centrarían en un desarrollo académico: «La industria farmacéutica ha demostrado que no está interesada en desarrollos de riesgo», lamentó Raya.

Si tiene éxito e se implementa como práctica clínica habitual, un parche como el desarrollado podría ser implantado de manera similar a como se realiza un ‘bypass’.

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