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¡Deja de lado los flotadores y siéntate ya!

   MADRID, 26 Sep. (EDIZIONES) – Después de dar a luz, en algunas ocasiones es necesario ponerse puntos. Con los avances de hoy, ya no es imprescindible acudir a la matrona para que los supervise y los retire, ya que actualmente son reabsorbibles. Sin embargo, es fundamental seguir ciertas pautas de cuidado para evitar infecciones. La matrona Paula Camarós, autora del libro ‘Ha nacido una madre’ recién publicado por Planeta, comparte una serie de consejos para cuidar los puntos, resaltando la importancia de identificar si se ubican en la zona del periné (como en el caso de una episiotomía) o en el abdomen tras una cesárea. «Una premisa clara para ambos tipos es que los puntos deben mantenerse limpios y secos. Algunos profesionales sugieren jabones específicos para el área, disponibles en farmacias, aunque no son estrictamente necesarios. En países donde las condiciones higiénico-sanitarias son adecuadas, no se requiere su uso. La recomendación de la OMS es mantener la zona seca y limpia», aclara. En cuanto a los entuertos y loquios tras el parto, y especialmente en el caso de una episiotomía, Camarós asevera que es conveniente cambiar las compresas con frecuencia, ya que la humedad puede obstaculizar la recuperación e incrementar el riesgo de infección. Cada vez se utilizan menos grapas en cesáreas, continúa, y es esencial que la ropa interior que elija la mujer no presione la cicatriz. «Existen bragas altas que quedan por encima de la cicatriz. Es vital evitar que la cicatriz esté comprimida por la ropa para prevenir sangrados e infecciones», añade.

TIPOS DE PUNTOS

Para los desgarros, hay varios tipos de puntos, que van desde el tipo 1, leve, hasta el tipo 4, que involucra la musculatura anal y es severo. En los casos de tipo 1, la matrona indica que, como son superficiales, no se necesitan suturas, ya que se cierran de manera natural manteniendo la zona limpia y seca. «Los puntos de tipo 2, 3 y 4 requieren un seguimiento cuidadoso por parte de la matrona o un obstetra. Hoy en día, los puntos son reabsorbibles, no se retiran, y cerrarán de adentro hacia afuera, dejando como resultado una sutura continua sin rastro visible tras un tiempo», agrega. Sin embargo, destaca una recomendación sobre el manejo de estos puntos que resulta «muy contradictoria»: muchas veces se aconseja a las mujeres sentarse sobre un flotador para aliviar la presión de los puntos. «Esta recomendación no es beneficiosa, ya que al sentarse en un flotador, el peso no se distribuye adecuadamente, lo que podría ocasionar que los puntos se salgan por algún borde», explica. Al referirse a la limpieza de los puntos, advierte sobre el uso de secadores de aire frío, una práctica que ha sido recomendada en muchas ocasiones. Paula Camarós sostiene que lo mejor es secar la zona a toques y no arrastrar la toalla, ya que esto puede aflojar los puntos, y el aire tiende a irritar la zona, haciéndola más incómoda. Además, señala la importancia del cuidado de la cicatriz, que debería ser tratada con fisioterapia: «Durante la cesárea, se cortan hasta cinco capas de piel, lo que involucra piel, ligamentos, tendones y musculatura. Una cicatriz tan profunda necesita rehabilitación, ya que no es solo una cuestión estética. Después de ocho semanas, la mujer debería pasar por una revisión con un fisioterapeuta especializado, y a las seis semanas si se trata de un parto vaginal». Por otro lado, menciona los problemas como las hemorroides y el estreñimiento en el posparto, que complican aún más la defecación para la mamá, especialmente si tiene puntos en la zona de la episiotomía: «Es vital contar con algo que facilite la evacuación. Elevar las piernas puede ayudar, pero a veces es recomendable solicitar al médico un medicamento que ablande las heces para evitar esforzarse y prevenga que los puntos se aflojen, lo que podría requerir cirugía». Asimismo, desaconseja los baños de inmersión prolongados; al ducharse, sugiere evitar las duchas vaginales y simplemente hacer un lavado rápido con agua y jabón. «Los puntos se irán reabsorbiendo y eventualmente desaparecerán», afirma.

COMPLICACIONES SI NO SE CUIDAN BIEN

En conclusión, la matrona resalta que si los puntos no se cuidan adecuadamente, pueden abrirse, sangrar o infectarse, lo que puede manifestarse con picazón, molestias, olor inusual o supuración. «Esto es problemático para la mujer, ya que necesitaría tratamiento antibiótico, complicando un proceso que normalmente debería avanzar sin problemas», lamenta. Enfatiza que la recuperación de los puntos no termina cuando desaparecen, ya que queda una cicatriz y un tejido lesionado que deben ser atendidos: «No es solo una cuestión estética la que subyace a una cicatriz.» Esto debería ser lo que menos preocupe a las mujeres. Es necesario cuidar de la fascia, los ligamentos y la musculatura, ya que muchas dolencias se derivan de complicaciones de cicatrices previas».
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