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¿Deseas prolongar tu vida? La actividad física regular en la edad adulta puede disminuir hasta un 40% el riesgo de mortalidad.

¿Deseas prolongar tu vida? La actividad física regular en la edad adulta puede disminuir hasta un 40% el riesgo de mortalidad.

  Adoptar un estilo de vida más activo en cualquier etapa de la edad adulta puede **prolongar la esperanza de vida**.

  MADRID, 12 Jul.

  Ser **físicamente activo** de manera continua en la edad adulta se asocia con un riesgo de muerte por cualquier causa que es entre un 30 y un 40 % menor en etapas posteriores de la vida. Aumentar los niveles de actividad por debajo de los recomendados también está vinculado a un riesgo entre el 20 y el 25 % menor, según un análisis de datos agrupados de la evidencia disponible, publicado en el British Journal of Sports Medicine.

  Con estos resultados, los investigadores concluyen que cambiar a un estilo de vida más activo en cualquier momento de la vida adulta puede **prolongar la vida** y que nunca es demasiado tarde para empezar.

  Actualmente, se recomienda que los adultos realicen entre 150 y 300 minutos semanales de **actividad física** de intensidad moderada, o entre 75 y 150 minutos semanales de actividad de alta intensidad, o una combinación de ambas, señalan los investigadores.

  Sin embargo, estas recomendaciones se basan en la mejor evidencia disponible, pero la mayoría de ellas capturaron mediciones de **actividad física** en un solo momento del tiempo, lo que podría ocultar el impacto potencial de **cambios en los patrones de actividad** durante la edad adulta.

ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR Y CÁNCER

  Los investigadores querían descubrir si los diferentes **patrones de actividad física**, así como su impacto acumulativo durante la edad adulta, estaban asociados con un menor riesgo de muerte por todas las causas, específicamente por **enfermedades cardiovasculares** y **cáncer**.

  Revisaron bases de datos de investigación en busca de estudios relevantes que evaluaran la actividad física en dos o más puntos en el tiempo, e incluyeron en su revisión 85 estudios publicados en inglés hasta abril de 2024, con tamaños de muestra que variaron de 357 a 6.572.984 participantes.

  Cincuenta y nueve de los estudios analizaron patrones a largo plazo de actividad física; 16 estudiaron los beneficios de diferentes niveles de actividad; y 11 exploraron el impacto potencial de la **actividad física acumulada** en el riesgo de muerte.

  Para abordar diferentes métodos analíticos, los investigadores llevaron a cabo análisis separados para cada uno.

  El análisis de datos agrupados mostró que un mayor nivel de **actividad física** se asoció con menores riesgos de los resultados incluidos.

  Las personas que eran consistentemente activas (32 estudios) tenían entre un 30 y un 40 % menos de riesgo de muerte por cualquier causa, mientras que quienes aumentaron sus niveles de **actividad física** por debajo de los recomendados tenían un 20 a un 25 % menos de riesgo de muerte por cualquier causa.

  Específicamente, los participantes que pasaron de ser inactivos a activos tenían un 22 % menos de probabilidades de morir por cualquier causa que aquellos que permanecieron inactivos, mientras que los que aumentaron su actividad en su tiempo libre tenían un 27 % menos de probabilidades de hacerlo.

  Por el contrario, cambiar de un estilo de vida activo a uno inactivo no se asoció con un menor riesgo de muerte por cualquier causa.

  En general, las asociaciones entre un alto nivel de **actividad física** y un menor riesgo de muerte eran más evidentes para las **enfermedades cardiovasculares** que para el **cáncer**. Comparados con quienes fueron sistemáticamente inactivos, aquellos que fueron consistentemente activos tenían aproximadamente un 40 % y un 25 % menos de probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares y cáncer, respectivamente.

  No obstante, la evidencia sobre las asociaciones entre los patrones de actividad física y la muerte por causas específicas seguía siendo poco concluyente, en especial en relación a la muerte por cáncer.

  Los datos agrupados sugirieron que quienes eran constantemente activos o que se volvieron activos tenían menores riesgos de muerte por cualquier causa y específicamente por enfermedades cardiovasculares, al cumplir con los niveles de **actividad física** semanal recomendados.

  Sin embargo, mantenerse activo y realizar más de la cantidad máxima recomendada de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa solo se asociaba con una pequeña reducción adicional del riesgo.

  A pesar de ello, mantener o aumentar la **actividad física** en niveles inferiores a la cantidad semanal recomendada se asoció con beneficios de salud significativos, indicando que algo de **actividad física** siempre es mejor que nada, afirman los investigadores.

  Un volumen promedio de **actividad física** que cumplía con la cantidad semanal recomendada se asoció con un riesgo de muerte por todas las causas entre un 30 y un 40 % menor. No obstante, se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.

  Los investigadores subrayan limitaciones en sus hallazgos, como el hecho de que la mayoría de los estudios se basaron en autoevaluaciones de la **actividad física**, que pueden no haber sido precisas.

  Adicionalmente, apenas hubo estudios que analizaran las cantidades acumuladas de actividad física o las muertes por cáncer. Sin embargo, los hallazgos tienen importantes implicaciones para la salud pública.

  En primer lugar, los resultados destacan la **importancia de la actividad física** durante la edad adulta, indicando que comenzar cualquier momento puede ofrecer beneficios para la supervivencia.

  «Dado que estar activo de manera constante proporciona mayores beneficios que haber estado activo previamente, esto resalta la importancia de la **actividad física sostenida** a lo largo del tiempo», comentan los autores. «Futuras intervenciones podrían no solo apuntar a personas inactivas, sino también ayudar a quienes son activos a mantener su actividad».

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