MADRID 10 Jul.
Pacientes y dermatólogos han destacado este jueves el «alto impacto» psicosocial y laboral del eccema crónico de manos grave, pues se trata de una patología inflamatoria dolorosa, visible y «a menudo» incapacitante. Puede dificultar la realización de tareas cotidianas como cortar un tomate o agarrar una botella.
«Imaginad que además de la rojez y la inflamación, se hacen grietas. Yo una vez me conté trece grietas en un solo dedo. No se puede coger una botella porque al flexionar los dedos, estas se abren y sangran (…). Algo tan pequeño y sencillo como agarrar un picaporte se convierte en un reto», ha afirmado África Luca de Tena, directora de Comunicación y paciente de la Asociación de Afectados de Dermatitis Atópica (AADA), durante un encuentro organizado por LEO Pharma y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).
Esta situación provoca que muchos pacientes tengan que ausentarse de sus puestos de trabajo, algo que en el caso de las enfermedades de la piel «no está bien visto», e incluso a abandonar ciertos trabajos, especialmente aquellos en contacto con sustancias irritantes, como peluqueros, personal sanitario, trabajadores de la construcción o de la limpieza.
Aunque se recomienda usar guantes para el trabajo o actividades cotidianas, esto puede generar más picores debido al calor que desprenden, tal y como ha explicado Luca de Tena, quien ha querido resaltar el estrés que sufren los trabajadores por el «miedo» de que un jefe les vea sin trabajar cuando necesitan retirarse los guantes para tratar el picor.
«Aquellos pacientes con condiciones dermatológicas visibles como el eccema crónico de manos grave o la dermatitis atópica enfrentan desafíos únicos en su desarrollo emocional y social. El impacto en la autoestima puede ser profundo y duradero, afectando incluso a decisiones importantes sobre su futuro académico y profesional», ha añadido.
A pesar de que hasta el 4,6 por ciento de la población adulta española sufre eccema crónico de manos, y que un 6 por ciento de ellos es de carácter grave, la sociedad aún «no entiende» este tipo de patologías, ya que se relacionan simplemente con picores o ronchas. El ‘influencer’ y paciente Hernán Navarro ha señalado que no se consideran aspectos como el insomnio debido al picor, aunque cree que esta tendencia está cambiando.
«Más allá del enrojecimiento o la sequedad, los pacientes convivimos con grietas profundas, fisuras dolorosas e incluso limitaciones funcionales en nuestra vida cotidiana. Además del alto impacto psicosocial que, en casos graves, puede impedir nuestro día a día laboral», ha resaltado.
LA DERMATITIS Y EL ECCEMA NO DAN DESCANSO
Una de las características de enfermedades como la dermatitis o el eccema crónico es que «no dan descanso», ya que si se está mal, el día gira en torno a hacer cosas para que se vaya el brote, pero si se está bien, la preocupación es evitar que aparezca una situación negativa.
«Es un bucle que no da tregua», ha agregado Navarro, explicando que a nivel personal afecta mucho, especialmente en épocas como el verano, donde es complicado realizar deporte al aire libre debido al calor y al sudor.
El clima influye en estas enfermedades, y los pacientes de zonas secas pueden beneficiarse de ambientes más húmedos. De hecho, Navarro ha comentado que pasar de regiones como Cantabria a Madrid «se nota a peor» y con «mucho más picor».
La especialista en Dermatología Ana Molina ha coincidido en que la sociedad entiende estas enfermedades como algo «superficial y banal», considerando que los ‘influencers’ son excelentes «altavoces» para dar consejos sobre el día a día, como la forma de lavarse las manos, productos irritantes, cremas hidratantes recomendables o el uso de guantes, aunque cree que no deben hablar sobre fármacos, y que es esencial acudir a un experto.
Además, ha subrayado la importancia de consultar asociaciones de pacientes tanto para buscar recomendaciones diarias como para obtener apoyo emocional, que no siempre es fácil obtener en hospitales públicos por su «saturación».
La presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Yolanda Gilaberte, ha señalado que el aspecto emocional es «difícil de abordar» en las consultas de dermatología, tanto por la falta de tiempo como por no ser expertos en el manejo de las emociones, algo que requieren todos los pacientes y que es una «asignatura pendiente» en muchos centros.
«Las manos son algo fundamental para todo (…). Sentir que no puedes realizar bien estas tareas debido a tu problema, o el dolor que sientes, o la culpa al pensar en cómo otros percibirán tus manos puede generar una situación psicológica importante que limita al paciente», ha manifestado.