MADRID 23 Jul. –
**El consumo de cannabis** en la adolescencia, combinado con infecciones durante el embarazo, genera cambios cerebrales que podrían incrementar el riesgo de desarrollar esquizofrenia, de acuerdo a una investigación realizada por la UNED, bajo la dirección del catedrático de Psicobiología y actual decano de la Facultad de Psicología, Alejandro Higuera Matas.
En el estudio, su equipo examina cómo ciertos factores ambientales y genéticos interactúan durante el desarrollo, aumentando la vulnerabilidad a los trastornos psicóticos. «El cannabis puede abrir una puerta a estos trastornos, pero únicamente en individuos con un riesgo particular, como aquellos expuestos a infecciones durante su desarrollo prenatal», aclara Higuera.
La investigación de la UNED se llevó a cabo en modelos animales, a los que se les administró **THC** -el principal componente psicoactivo del cannabis- en la adolescencia, combinándolo con una infección prenatal simulada. «Nuestra pregunta era si existirían cambios cerebrales específicos en los animales expuestos tanto al cannabinoide como a la infección, que no se observaran en los otros grupos de animales», resume el investigador.
Finalmente, se observó que únicamente los animales expuestos a ambos factores mostraron los cambios cerebrales más alineados con la esquizofrenia, incluso antes de que aparecieran los síntomas conductuales.
Asimismo, se detectaron alteraciones en la expresión de genes asociados a la **plasticidad sináptica**, el **sistema inmune cerebral** y el metabolismo de **neurotransmisores clave**. El equipo de Higuera también analizó la sangre de estos animales para proponer algunos **marcadores diagnósticos** que podrían ser útiles en seres humanos.
En este sentido, aunque el cannabis no es el único desencadenante de la esquizofrenia, actúa como un catalizador en cerebros previamente alterados. «Esto abre una vía muy interesante para la **prevención**, permitiéndonos identificar a los individuos más vulnerables», señala Higuera.
Por ello, la investigación, financiada por la *Agencia Estatal de Investigación* en 2020, subraya un aspecto crucial: la importancia de los factores ambientales acumulativos. En lo que respecta a la esquizofrenia, no se trata de un único desencadenante, sino de una suma de impactos en momentos críticos del desarrollo. Para el experto, estos datos «deberían ser suficiente para luchar contra la banalización del consumo de cannabis, especialmente en adolescentes».
Para más información, consulta estos enlaces sobre el impacto del cannabis en adolescentes y aprende sobre la esquizofrenia y sus factores de riesgo.