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¿El pescado mejora la inteligencia de los niños? Aunque no parece, ofrece otros beneficios para su cerebro.

¿El pescado mejora la inteligencia de los niños? Aunque no parece, ofrece otros beneficios para su cerebro.

  MADRID, 31 May. –

La creencia de que consumir más pescado eleva la inteligencia infantil es bastante común. A menudo se atribuye a los ácidos grasos omega-3 en el pescado, los cuales son esenciales para el desarrollo del cerebro.

   No obstante, una nueva evaluación de Nutrimedia ha analizado la evidencia científica existente respecto a la noción de que «una dieta rica en pescado mejora la inteligencia en niños y adolescentes» y concluye que esta idea es posiblemente falsa.

   Nutrimedia, un proyecto divulgativo del Centro Cochrane Iberoamericano y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, ha revisado más de 50 mensajes sobre alimentación y nutrición, utilizando datos de ensayos clínicos en niños y adolescentes de 0 a 15 años. Según estos datos, con un grado de certeza bajo, el consumo de al menos dos raciones de pescado a la semana tiene poco o ningún efecto sobre los resultados en pruebas de inteligencia.

   «Los estudios observacionales sugieren una ligera mejora en las pruebas de inteligencia y en las calificaciones escolares en niños de 9 a 15 años, con un seguimiento de entre uno y tres años. Sin embargo, estos resultados presentan un grado de certeza muy bajo y son poco fiables debido a diversas deficiencias en los estudios», señala Paula González-Caicedo, investigadora del Centro Cochrane Iberoamericano y autora principal de la evaluación.

   La evidencia detrás de esta evaluación proviene principalmente de cinco ensayos clínicos recientes, realizados con cerca de un millar de niños y adolescentes. Esta evidencia es limitada, ya que la duración de los estudios fue de solo unos pocos meses.

   Por ello, «la conclusión de esta evaluación es necesariamente provisional», afirma Javier Brachiglione, investigador del Centro Cochrane Iberoamericano y coautor de la evaluación. «Además, la ingesta de pescado podría tener efectos beneficiosos en otros aspectos del desarrollo cerebral, como las habilidades socioemocionales y la destreza motora», añade.

   Otro aspecto que destacan los autores del informe es que una evaluación integral del impacto del consumo de pescado debe considerar también los posibles riesgos derivados de la presencia de contaminantes en el agua, tales como bifenilos policlorados, mercurio o ciertos antibióticos.

   «Para valorar de manera equilibrada los efectos del consumo de pescado durante la infancia y la adolescencia, es necesario considerar conjuntamente todos estos aspectos, tanto los potencialmente beneficiosos como los perjudiciales», concluye Javier Brachiglione.

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