MADRID, 21 de mayo –
El Plan Nacional de Reformulación de Alimentos de España ha conseguido reducir los niveles de grasas saturadas, azúcar y sal en la mayoría de los alimentos y bebidas disponibles en el país. Esto se establece según un estudio realizado por el Grupo de Excelencia Nutrición para la Vida y el Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad (IUAyS) de la Universidad CEU San Pablo.
Este análisis, publicado en la revista ‘Journal of Food Composition and Analysis’, se basa en la evaluación de la composición de los alimentos registrados entre 2022 y 2023 en la base de datos Tabula, que incluye el etiquetado declarado y actualizado de 6,500 productos envasados y comercializados en España.
Un gran número de las categorías analizadas se encuentran por debajo de los umbrales de ‘alto contenido en’ azúcares, grasas saturadas y sal, conforme a lo estipulado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Según Gregorio Varela-Moreiras, catedrático de Nutrición y Bromatología en la Universidad CEU San Pablo y coordinador del estudio, «Estos resultados sugieren que los esfuerzos en reformulación de alimentos y bebidas están teniendo un impacto positivo, así como el plan en la mejora de la calidad nutricional del mercado de productos procesados».
No obstante, los investigadores han identificado áreas de mejora en categorías como chocolate, productos de confitería azucarados, barritas energéticas, coberturas dulces, postres y helados comestibles, los cuales presentan un perfil nutricional menos favorable debido a sus altos niveles simultáneos de azúcar y grasas saturadas.
Es fundamental continuar trabajando para mejorar el perfil nutricional de los productos alimenticios; sin embargo, Varela-Moreiras señala que estas estrategias deben coexistir con políticas más amplias. Esto incluye la mejora de la disponibilidad y accesibilidad de alimentos frescos y mínimamente procesados, así como campañas de educación alimentaria desde edades tempranas y diversas acciones que fomenten entornos alimentarios saludables.
El estudio también ha evidenciado la importancia de herramientas como Tabula para monitorear cambios en la oferta de alimentos y bebidas, facilitando la implementación de políticas de salud pública. Sin embargo, esto requiere un esfuerzo en la recopilación, procesamiento y análisis de datos en tiempo real, que actualmente se ve «limitado» por las tecnologías de automatización y la financiación disponible.
«Es necesario contar con sistemas de información vivos y dinámicos que se actualicen frecuentemente, incorporando los datos que los propios fabricantes pueden proporcionar de manera centralizada y estandarizada. Esto facilitaría enormemente los esfuerzos de monitoreo», ha declarado Varela-Moreiras.
Adicionalmente, ha enfatizado que Tabula ofrece datos actualizados que permiten la toma de decisiones basadas en criterios actuales sobre las políticas implementadas, especialmente considerando que el mercado alimentario es constante y global. Por ello, es «fundamental» contar con información científica, dinámica y de calidad que refleje estos cambios.
«Es crucial que sigamos aplicando estrategias de reformulación para mejorar el perfil nutricional de los alimentos y bebidas, particularmente en categorías con alto contenido de sal, azúcar y grasas saturadas», ha afirmado Varela-Moreiras.
Los investigadores creen que este tipo de estrategias tendrán un impacto positivo en la salud de la población si se vinculan a políticas más amplias, como mejorar la disponibilidad y accesibilidad a alimentos de carácter fresco y mínimamente procesado.
En conclusión, subrayan la importancia del apoyo gubernamental para financiar y promover iniciativas complementarias, como la centralización de los datos nutricionales obligatorios de los fabricantes, lo que podría facilitar «significativamente» las labores de seguimiento.