MADRID, 5 Abr. –
Las aves destacan como los animales vertebrados con la mejor percepción del color, ya que poseen cuatro e incluso cinco tipos de conos visuales (los seres humanos solo tenemos tres, excepto las mujeres tetracrómatas – que cuentan con 4–), además de gotitas de aceite coloreado en los conos que les permiten ser sensibles a una mayor variedad de longitudes de onda o colores, llegando incluso a los ultravioleta en el caso de las águilas.
“Por lo tanto, el águila no solo tiene excelente visión a larga distancia, sino que también tiene una gran capacidad para distinguir colores”, señala en una entrevista la doctora Mar González Manrique, miembro de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).
En este artículo, exploraremos un ‘poder’ exclusivo de las mujeres que se hereda de madres a hijas: el tetracromatismo. ¿Por qué se presenta principalmente en mujeres? Esta experta explica que solo la posesión de dos cromosomas X puede conferir a una persona el tetracromatismo, lo cual es exclusivo de las mujeres. “Si transmiten a sus hijas el gen híbrido o mutado, les legarán una mayor capacidad de discriminación cromática”, aclara; sin embargo, advierte que si se lo heredan a sus hijos varones, estos desarrollarán daltonismo.
QUÉ SON LOS CONOS Y SU RELACIÓN CON LA VISIÓN DEL COLOR
Los conos son las células de la retina responsables de la máxima visión; a diferencia de los bastones, que solo funcionan para la visión nocturna y con menos precisión. “Gracias a los conos, somos capaces de ver en color y distinguir entre 1 y 10 millones de tonos diferentes”, destaca esta experta.
Como se ha mencionado, lo común en los humanos es el tricromatismo, es decir, una gama de colores basada en tres tipos de conos en la retina y sus respectivos pigmentos, según continúa la jefa de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Móstoles.
“Existen tres tipos de conos (azules, rojos y verdes), dependiendo del pigmento que contienen. El gen del pigmento azul se codifica en el cromosoma 7, sin distinción de géneros. Los genes de los pigmentos rojo y verde se encuentran en el cromosoma X. Como las mujeres tienen dos cromosomas X, uno de cada progenitor, su dotación genética es más variada que la de los hombres, que solo poseen un cromosoma X provisto por la madre. Y dado que en cada célula del cuerpo femenino, incluidos los conos, se activa al azar uno u otro cromosoma X, ellas pueden tener un mayor número de tipos de conos que los varones”, resalta esta oftalmóloga.
UNA CAPACIDAD CROMÁTICA SUPERIOR
Es importante señalar, como también indica la profesora asociada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que cuando las mujeres portan un gen mutado en uno de sus cromosomas X, pueden desarrollar una capacidad cromática superior o tetracromatismo, siempre y cuando este gen alterado produzca un pigmento que absorba color de manera notablemente distinta en comparación con los pigmentos rojo y verde normales. “Sin embargo, lo que representa una ventaja para ellas, será una desventaja para sus hijos varones, quienes padecerán daltonismo si heredan el cromosoma X con la mutación”, recalca la doctora.
¿Cómo se compara el sistema visual de una persona tetracrómata con el de alguien con visión normal? La doctora González Manrique explica que en estas mujeres, el sistema visual se comporta de forma similar en lo que respecta a otras funciones no relacionadas con la percepción del color (agudeza visual, contraste, etc.). “Sin embargo, aún cuando poseen 4 pigmentos/conos distintos, esto no garantiza necesariamente una mejor percepción del color, ya que depende también de la existencia de un canal de transmisión adecuado para procesar la información de ese cuarto cono adicional que contiene el pigmento mutado, un aspecto que aún no se ha demostrado”, advierte.
IMPACTO DEL TETRACROMATISMO EN LAS MUJERES
La oftalmóloga advierte que la mejor capacidad de discriminación cromática podría no ser tan significativa y que hay diversas opiniones al respecto. “Existen autores que estiman que entre un 2-3% de las mujeres tienen esta capacidad y otros que afirman que puede llegar hasta un 50%”, puntualiza.
Actualmente, el único test que puede realizar un diagnóstico relativamente preciso de tetracromatismo es el que se efectúa con un anomaloscopio: “En esta prueba, se solicita al sujeto mezclar dos colores para obtener un tercero en ciclos sucesivos. Sin embargo, los resultados de esta prueba respecto al tetracromatismo no han sido concluyentes. Además, no es un examen accesible para todos los profesionales, siendo más común en universidades o centros de investigación”, explica.
Para identificar verdaderas “superdotadas para el color”, se requiere un test más complejo, que incluya un mayor número de tonos o tonos de baja saturación (“pastel”), donde estas mujeres tetracrómatas podrían destacarse.
IMPLICACIONES PRÁCTICAS DEL TETRACROMATISMO
Finalmente, se pregunta a esta miembro de la Sociedad Española de Oftalmología sobre las posibles implicaciones diarias del tetracromatismo para las mujeres. Tener una buena percepción del color es esencial en ciertos campos profesionales.
“Esto incluye las artes gráficas, la pintura, el diseño, la industria textil, la química, así como en cuerpos de seguridad, pilotos, controladores aéreos, etc. Sin embargo, hay muchas personas con discapacidades cromáticas leves que logran desempeñarse adecuadamente en estos entornos. De todas maneras, una tetracrómata está teóricamente capacitada para ver cientos de veces más colores que una persona tricrómata estándar, lo cual puede ser una gran ventaja.