Icono del sitio DGratisDigital

Enfermedad renal: la falta de vitamina D activa y sus efectos en anemia y problemas óseos

Enfermedad renal: la falta de vitamina D activa y sus efectos en anemia y problemas óseos


   MADRID, 3 Sep. –

   Los seres humanos, en general, contamos con dos riñones, del tamaño de un puño cada uno, situados a ambos lados de la columna vertebral. Todos conocemos su función esencial: filtrar la sangre de las impurezas que se generan en nuestro organismo y que luego se eliminan a través de la orina. Sin embargo, también desempeñan otras funciones cruciales para el correcto funcionamiento del cuerpo, como la producción de hormonas y la regulación de electrolitos como el sodio, el calcio y el potasio.

   Para entender mejor esta función endocrina, hablamos con el doctor Emilio Sánchez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), quien destaca que los riñones no solo se encargan de la filtración y eliminación de las toxinas generadas por el metabolismo celular, sino que también mantienen el ‘medio interno’, asegurando que las concentraciones de los componentes sanguíneos sean las adecuadas.

   «Este órgano endocrino de primer orden produce tres hormonas: eritropoyetina (EPO, que estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea), vitamina D activa, y renina (clave para el control de la presión arterial)», explica el experto.

   Hablando sobre uno de los aspectos menos conocidos de los riñones, el doctor Sánchez señala que cuando estos no funcionan correctamente, su capacidad de filtrar la sangre disminuye, así como su capacidad de producir hormonas, incluida la EPO, fundamental para la síntesis de glóbulos rojos.

   «Por eso, ante la falta de EPO, puede aparecer la anemia, una condición asociada con la enfermedad renal, y en ciertos casos es necesario administrarla de manera exógena para evitar que los pacientes con enfermedad renal crónica sufran anemia», agrega el presidente de la SEN.

LA VITAMINA D Y EL RIÑÓN

Además, como se mencionó, el riñón es responsable de la producción de vitamina D activa. Este especialista comenta que la vitamina D es una «molécula compleja» que se ingresa al organismo a través de la exposición solar o la alimentación.

   La vitamina D que obtenemos de estas fuentes no está lista para ejecutar su función. Primero, se somete a una hidroxilación en el hígado, donde se transforma en 25-hidroxivitamina D, su forma de almacenamiento. Luego, en el riñón, sufre una segunda hidroxilación que la convierte en 1,25-dihidroxivitamina D o calcitriol, su forma activa, capaz de regular el calcio y el fósforo en el organismo.

   «Sin un funcionamiento adecuado del riñón, no se producirá vitamina D activa, esencial para muchos procesos del organismo, tales como la salud ósea (favorece la formación de hueso) y promueve que el calcio se deposite en los huesos y no en otras áreas; también presenta efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores, cruciales para el correcto funcionamiento de los procesos orgánicos», detalla el presidente de la SEN.

   Así, el doctor Sánchez enfatiza que si se presenta una enfermedad renal crónica, las repercusiones en la producción de estas hormonas son evidentes; por ejemplo, la ausencia de EPO puede ocasionar anemia, mientras que la falta de vitamina D puede conducir a enfermedades óseas y provocar que el calcio se acumule en áreas no óseas, resultando en calcificación valvular y vascular.

SÍNTOMAS DE QUE ALGO NO VA BIEN EN NUESTROS RIÑONES

   En consecuencia, el presidente de la Sociedad Española de Nefrología recuerda que «desafortunadamente», la enfermedad renal crónica se presenta actualmente como una pandemia silenciosa, afectando al 15% de la población en países occidentales, y que generalmente no presenta síntomas hasta etapas avanzadas.

   «En lo que respecta a la función endocrina, el único signo que puede notarse es el cansancio o fatiga debido a la anemia, que suele aparecer en fases avanzadas. Además, el déficit de vitamina D generalmente no presenta síntomas y es un hallazgo que se evalúa a través de análisis de sangre», añade.

   En este contexto, este especialista celebra que los avances en nefrología de las últimas décadas han permitido suplementar a los pacientes con las hormonas que podrían estar en déficit. Por ejemplo, la EPO puede administrarse por vía subcutánea o intravenosa, habitualmente a pacientes en hemodiálisis.

   «En cuanto a la vitamina D, se pueden ofrecer suplementos nutricionales en formas inactivas que se activan tanto en el hígado como en el riñón, o ya activados para cumplir sus funciones de manera directa. Estos suplementos pueden administrarse por vía intravenosa o oral», enfatiza.

CUIDAR DE NUESTROS RIÑONES EN EL DÍA

   Por último, solicitamos al presidente de la Sociedad Española de Nefrología sugerencias para cuidar de nuestros riñones a diario, recomendando medidas como: evitar la obesidad y el tabaco; controlar la diabetes y la hipertensión arterial; realizar ejercicio diario; mantener una dieta rica en frutas y verduras; y evitar medicamentos que puedan dañar los riñones, como los antiinflamatorios no esteroides (AINES), los cuales son comúnmente utilizados para el control del dolor y que en muchas ocasiones deberían ser reemplazados por analgésicos bajo prescripción médica.

Sociedad Española de Nefrología | Control de Diabetes | Obesidad y Salud | Efectos de la Vitamina D

Salir de la versión móvil