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Es un error considerar que los psicofármacos son la solución

Es un error considerar que los psicofármacos son la solución

   MADRID, 8 Abr. –

   La semana pasada se reunió el Consejo Interterritorial de Salud (CISNS), un ente que incluye al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas, y acordó la implementación del Plan de Salud Mental 202-2027. Esta medida implica una inversión de 39 millones de euros y uno de sus objetivos principales es abordar el consumo de psicofármacos en nuestro país.

   Según declaró la ministra Mónica García en la rueda de prensa posterior, el Ministerio trabaja en el desarrollo de «una guía práctica clínica basada en la evidencia» que oriente sobre la retirada de los antidepresivos, cuya discontinuación es «especialmente complicada».

   Pero, ¿hay realmente un abuso de los psicofármacos en España? Entrevistamos a la comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, la psiquiatra Belén González, quien mencionó que «según los datos públicos del ministerio de Sanidad y numerosos estudios científicos, el consumo se está convirtiendo en un problema debido al grado de prescripción y consumo que existe».

LOS ANTIDEPRESIVOS Y ANSIOLÍTICOS, EN EL PUNTO DE MIRA

   Destaca que «España es uno de los países con mayor consumo de psicofármacos a nivel mundial», y le preocupa especialmente el aumento en la prescripción de **antidepresivos**, cuyo consumo ha crecido un 250% en las últimas dos décadas.

    «Es necesario reflexionar sobre por qué estamos aumentando tan considerablemente su prescripción, especialmente en lo que respecta a los ansiolíticos y antidepresivos», admite esta psiquiatra responsable en la cartera de Sanidad.

   Asimismo, la comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad puntualiza que en menores de 18 años, hasta un 30% de las prescripciones se realizan fuera de ficha técnica, un problema significativo en términos de seguridad y eficacia.

EL CULPABLE: EL MODELO DE DESEQUILIBRIO QUÍMICO QUIMICO

   Como psiquiatra con años de experiencia en un centro de salud mental, indica que una de las principales causas del aumento en la prescripción de los psicofármacos está relacionada con el llamado ‘modelo del desequilibrio químico cerebral’, el cual carece de evidencia científica sólida. «Este modelo, que ha calado en la sociedad, sugiere un desequilibrio químico en el cerebro que ocasiona problemas de salud mental».

   Sin embargo, Belén González señala que un reciente estudio publicado en Psychological Frontiers analiza por qué este modelo ha sido tan aceptado en la población, destacando que la medicación ha adquirido un protagonismo desmedido y se simplifica en exceso el origen del sufrimiento psíquico. Las conclusiones indican que han sido los propios psiquiatras quienes han promovido esta idea, dificultando una comprensión más amplia de los problemas de salud mental.

   A juicio de la comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, es esencial centrar la atención en la persona, su biografía y el impacto de los eventos que haya experimentado, como las agresiones sexuales en la infancia, así como los determinantes sociales de la salud, como el trabajo, la vivienda y el género.

   «No podemos caer en el error de pensar que los psicofármacos son la solución a los problemas de salud mental; sólo pueden ser un complemento. En contraposición a la visión reduccionista, abogamos por un modelo sociopsicobiológico que integre de forma equilibrada los factores sociales, psicológicos y biológicos, colocando en el centro la vida de las personas y su contexto», añade, insistiendo en que los psicofármacos pueden aliviar los síntomas pero no reemplazan un enfoque más exhaustivo de los problemas de salud mental.

   Anota que la guía en la que trabaja el Ministerio de Sanidad, la cual se espera que se publique antes de finales de 2025, «será una guía para la retirada de la prescripción de antidepresivos, ya que estudios recientes han mostrado que estos generan un síndrome de abstinencia tras años de uso, lo que complica su discontinuación». Servirá de base para que los especialistas ajusten mejor la prescripción de psicofármacos y minimicen el síndrome de abstinencia.

   Además, menciona que se tendrá en cuenta la población a la que se dirigen los psicofármacos, ya sea mayores, jóvenes o personas de mediana edad. «Nos concentramos en cómo se prescriben y retiran estos fármacos, y en formular recomendaciones sobre la prescripción social para evitar el abuso de antidepresivos, sobre todo cuando el problema de base es social», añade González.

DATOS PREOCUPANTES

   Según afirma, Sanidad está «enormemente preocupada» por la variación en la prescripción según género y clase social, especialmente entre los jóvenes: «Entre niños y adolescentes de 8 a 18 años, el consumo de psicofármacos en chicas llega a duplicarse en comparación con los chicos, incluso con el mismo diagnóstico y número de visitas a Atención Primaria y psiquiatras. Las mujeres jóvenes han experimentado el mayor incremento en el uso de antidepresivos desde 2017 hasta 2022, relacionado con los patrones y sesgos de género de los clínicos».

   Entre otros datos, la comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad destaca que el consumo de psicofármacos en mujeres jóvenes ha pasado de un 4.5% a un 7.5% en cinco años. Además, el uso de antidepresivos es aproximadamente cuatro veces mayor en personas de bajos ingresos en comparación con aquellos de altos ingresos, y casi siete veces mayor en el caso de ansiolíticos. En 2022, un 20% de las mujeres y un 10% de los hombres adquirieron al menos un envase de ansiolíticos, mientras que un 15% de las mujeres y un 7% de los hombres hicieron lo mismo con los antidepresivos», concluye.

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