MADRID –
España es el país que ha logrado la mayor disminución de los casos de obesidad entre 1990 y 2022, alcanzando una reducción del 4,6 por ciento en mujeres, según el Informe Mundial del Corazón 2025, elaborado por la Federación Mundial del Corazón para analizar la evolución de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Durante el periodo analizado, los casos de obesidad aumentaron en la mayoría de los países, mientras que se duplicaron las muertes globales por ECV vinculadas a un índice de masa corporal (IMC) elevado. Francia, Moldavia y Lituania son los únicos países, junto a España, donde se ha observado una disminución de casos, que varía entre el uno y el dos por ciento en mujeres.
No obstante, la tendencia global hacia la obesidad ha sido un notable crecimiento. En 2022, 878 millones de adultos vivían con obesidad, cuatro veces más que los 194 millones de 1990. El informe menciona un estudio publicado en The Lancet, que advierte que, si continúan las tendencias, casi dos de cada tres adultos de 25 años o más podrían vivir con sobrepeso u obesidad para 2050.
Sobre el impacto económico de la obesidad a nivel mundial, el informe indica que en 2019 esta equivalía al 2,2 por ciento del PIB, advirtiendo que podría aumentar a más del tres por ciento para 2060 si el aumento de casos sigue en ascenso.
Sin embargo, si se logra una acción coordinada y basada en la evidencia que revierta la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso a los niveles de 2019, esto podría representar un ahorro de 2,2 billones de dólares estadounidenses (1.957.824.000.000 euros) en costos anuales a nivel mundial entre 2020 y 2060.
Además, el documento señala los riesgos de la obesidad en la población infantil, indicando que los niños con un IMC alto tienen un 40 por ciento más de probabilidades que sus pares de sufrir ECV en la mediana edad. La obesidad a edades tempranas puede reducir significativamente la esperanza de vida, y sus impactos psicológicos son profundos, siendo la principal causa de acoso y discriminación en las escuelas.
MEDIDAS DE SALUD PÚBLICA – «Para enfrentar la creciente crisis de obesidad mundial, los gobiernos deben implementar medidas de salud pública rentables que mejoren la conciencia pública y reduzcan los factores de riesgo, reconociendo que la obesidad es multifactorial», destacó Francisco López-Jiménez, profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de Mayo Clinic.
El informe resalta la regulación adoptada en países como Ruanda, Letonia, Japón y Reino Unido, que han impuesto limitaciones sobre la densidad de fast food, así como iniciativas fiscales para reducir la obesidad y las ECV.
También se destaca el éxito de proyectos comunitarios como el ‘Mana Tu’ de Nueva Zelanda, que proporcionó apoyo y orientación para el manejo eficaz de enfermedades, incluyendo la nutrición, lo que resultó en un aumento del consumo de frutas y verduras y un incremento promedio del 10 por ciento en la actividad física.
Finalmente, el texto enfatiza el estigma y la discriminación que persisten en torno a la obesidad, lo que ha obstaculizado los esfuerzos para combatirla. Se urge a abordar este problema y a apoyar a las poblaciones marginadas que enfrentan mayores obstáculos para una vida saludable.
«Para abordar las crecientes implicaciones de la crisis de obesidad, instamos a los gobiernos a tomar medidas e invertir específicamente. Es necesario fortalecer los sistemas de salud para garantizar un acceso más amplio y asequible a la atención médica relacionada con la obesidad y las ECV», afirmó Mariachiara Di Cesare, directora del Instituto de Salud Pública y Bienestar de la Universidad de Essex.