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Esta dieta heredada de tus abuelos podría estar perjudicando tus riñones sin que lo sepas

Esta dieta heredada de tus abuelos podría estar perjudicando tus riñones sin que lo sepas


    MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) –

   Ludwing Feuerbach ya afirmó en 1850 que «eres lo que comes», pero lo que el filósofo alemán no anticipó es que también eres lo que consumieron (y lo que no) tus abuelos. Un estudio realizado por la Universidad de Tulane en Nueva Orleans (EEUU), publicado en la revista ‘Heliyon’, revela que lo que falta en la dieta de un individuo puede repercutir en la salud de sus descendientes a través de varias generaciones.

Así, la hambruna en una generación puede tener consecuencias genéticas perjudiciales en la siguiente, aunque persisten interrogantes sobre cuántas generaciones pueden verse afectadas tras una crisis nutricional en un antepasado.

   Los investigadores hallaron que cuando alimentaron a ratones con una dieta baja en proteínas, sus crías durante las siguientes cuatro generaciones presentaron menor peso al nacer y riñones más pequeños, constituyendo un factor de riesgo significativo para la enfermedad renal crónica y la hipertensión.

   Posteriormente, los expertos intentaron mejorar la dieta de las generaciones descendientes, pero esto no tuvo efecto, resultado en que las generaciones posteriores continuaran naciendo con un recuento bajo de nefronas, las unidades de filtración esenciales que permiten a los riñones eliminar los desechos del torrente sanguíneo. Aunque aún queda mucho por investigar para comprobar si estos hallazgos aplican a los seres humanos, los resultados subrayan la posibilidad de que la escasez de alimentos o la malnutrición tengan repercusiones negativas para la salud durante décadas.

   «Es como una avalancha«, menciona el autor principal y profesor adjunto de nefrología pediátrica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane, Giovane Tortelote. «Uno podría pensar que al corregir la dieta en la primera generación el problema se resolvería allí, pero incluso si tienen una buena alimentación, las siguientes generaciones (nietos, bisnietos, tataranietos) pueden nacer con un menor peso y un recuento bajo de nefronas a pesar de que nunca han experimentado inanición o una dieta deficiente en proteínas», añade.

   Aunque la nutrición materna es fundamental para el desarrollo de un bebé, el estudio demostró que la descendencia de la primera generación se veía afectada independientemente de si la madre o el padre seguían una dieta pobre en proteínas.

   Los investigadores estudiaron cuatro generaciones de crías cuyos recuentos de nefronas comenzaron a mostrar signos de normalización en la tercera y cuarta generación. Tortelote señala que se requiere más investigación para determinar qué generación finalmente establece un desarrollo renal adecuado y los motivos por los cuales se transmite este rasgo en primer lugar. «La alimentación de la madre es absolutamente crucial, pero parece que también existe un factor epigenético del padre que influye en el desarrollo adecuado de los riñones», explica el experto.

   Finalmente, el estudio también contribuye a una mayor comprensión de las causas subyacentes de la enfermedad renal crónica, la octava causa principal de muerte en los Estados Unidos. «Si naces con menos nefronas, eres más propenso a sufrir hipertensión, y cuanta más hipertensión presentes, más daño sufrirás en el riñón, lo que genera un ciclo devastador y una crisis de salud pública que podría impactar a personas de 50 a 60 años si se aplica esto a la esperanza de vida humana», concluye el nefrólogo.