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Estos 5 síntomas físicos podrían indicar un riesgo de demencia en tu cerebro.

Estos 5 síntomas físicos podrían indicar un riesgo de demencia en tu cerebro.


   MADRID, 21 Sep. –

Hoy, Día Mundial del Alzheimer, se destaca la relevancia de la conciencia sobre la demencia, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y que sigue siendo difícil de detectar en sus primeras fases. Con frecuencia, los síntomas iniciales son ignorados, lo que retrasa el diagnóstico y la intervención temprana, limitando las oportunidades de ralentizar su evolución.

   Por ello, la ciencia continúa buscando señales tempranas en el cuerpo y en la vida diaria que permitan identificar a quienes podrían estar en riesgo, ofreciendo una oportunidad vital para proteger la salud cerebral antes de que sea demasiado tarde. La detección temprana es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, así como para implementar estrategias preventivas y de cuidado que puedan marcar una diferencia a largo plazo.

ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE ZHENGZHOU: SEGUIMIENTO DE CERCANÍA A 490.000 PERSONAS

Investigadores de la Universidad de Zhengzhou (China) han publicado un estudio en ‘Neurology’, la revista de la Academia Americana de Neurología, donde indican que la fragilidad física podría contribuir al desarrollo de la demencia.

   «Sabíamos que la fragilidad se asocia con un mayor riesgo de demencia, pero nuestro estudio proporciona evidencia de que podría ser una causa real de demencia», comenta el autor del estudio, el doctor Yacong Bo, de la Universidad de Zhengzhou.

«Por otro lado, a pesar de esta nueva evidencia, no podemos descartar la idea de que la fragilidad pueda ser un indicador de los cambios tempranos en el proceso de la enfermedad», añaden.

   El estudio incluyó a 489.573 personas con una edad promedio de 57 años, a quienes se les realizó un seguimiento promedio de 14 años. Para ello, observaron los síntomas que corresponden a la fragilidad, un estado caracterizado por mayor vulnerabilidad física y disminución de la reserva funcional del organismo, que hace que una persona sea más susceptible a enfermedades, caídas, hospitalizaciones o incluso mortalidad frente a factores de estrés que un individuo sano podría soportar sin problemas.

RIESGO DE DEMENCIA SEGÚN NIVELES DE FRAGILIDAD

La fragilidad física se define por tener tres o más de estos cinco síntomas: sentirse cansado con frecuencia, poca o nula actividad física, caminar a una velocidad lenta, fuerza de agarre débil y pérdida de peso involuntaria.

    El 4,6% de los participantes cumplía con la definición de fragilidad, presentando tres o más síntomas. Un 43,9% que mostró uno o dos síntomas se clasificó como prefragilidad, y el 51,5% no mostró síntomas y fue catalogado como no frágil. Durante el estudio, 8.900 personas desarrollaron demencia.

El 4,6% de aquellos que presentaban fragilidad desarrollaron demencia, comparado con el 2,2% de los que presentaban prefragilidad y el 1,3% de los que no presentaban síntomas.

   Tras ajustar otros factores que podrían influir en el riesgo de demencia, como la edad, el nivel educativo y la actividad física, los investigadores encontraron que las personas que cumplían con la definición de fragilidad tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar demencia que aquellos sin síntomas de fragilidad.

Los que fueron clasificados como prefrágiles tenían un 50% más de probabilidades de desarrollar demencia.

   Las personas con fragilidad además de tener genes vinculados a la demencia tenían casi cuatro veces más probabilidades de desarrollar demencia que quienes no presentaban fragilidad ni riesgo genético.

    Los investigadores también analizaron los datos y encontraron evidencia que sugiere que la fragilidad podría ser un factor potencial en el desarrollo de la demencia. «Estos descubrimientos subrayan la importancia de identificar y gestionar la fragilidad como estrategia para prevenir la demencia», concluyen los investigadores.

Por lo tanto, los síntomas de fragilidad—cansancio, debilidad, caminata lenta, poca actividad y pérdida de peso— están asociados a un incremento del riesgo de demencia. Ser consciente de su presencia puede ayudar en la detección temprana.

BIOMARCADORES Y CAMBIOS CEREBRALES ASOCIADOS A LA FRAGILIDAD

    Al dirigirse al análisis desde otro ángulo, los investigadores descubrieron que es poco probable que la demencia aumente el riesgo de fragilidad. Además, analizaron imágenes cerebrales y biomarcadores biológicos y encontraron que las personas con fragilidad eran más propensas a presentar cambios en la estructura cerebral relacionados con la demencia. «Estos biomarcadores pueden representar un mecanismo subyacente en la relación entre la fragilidad y la demencia«, señala Bo.

   Una limitación del estudio fue que los participantes informaron cuatro de los cinco síntomas de fragilidad, lo que podría haber influenciado la precisión de la información proporcionada.