MADRID, 19 Jul. –
El enfermero y profesor Carlos Romero, quien también trabaja en festivales por toda España, ha declarado que este tipo de eventos, que atraen a miles de personas, son la «única opción» para disfrutar de una fiesta con asistencia sanitaria inmediata garantizada, lo que asegura que «todo transcurra según lo planeado» en caso de alguna emergencia.
«Si mis hijos tuviesen que salir de fiesta, les aconsejaría que asistiesen a un festival. En estos eventos, no existe la posibilidad de estar sin vigilancia por más de diez minutos. En ese lapso, alguien te verá, ya sea del equipo organizador, de seguridad o del personal sanitario», aseveró Romero en una entrevista con el Colegio Oficial de Enfermeros y Enfermeras de Castellón.
También subrayó las «increíbles» medidas de seguridad y que «no hay otra alternativa para salir que ofrezca asistencia médica en cuestión de segundos», enfatizando que el costo de la entrada no solo cubre los conciertos, sino también una «muy amplia» cobertura de personal sanitario distribuido en diferentes puntos del recinto, contando siempre con ambulancias de varios tipos. El enfermero también mencionó que muchos de estos eventos disponen de vigilancia las 24 horas en los camping.
Las incidencias más comunes son de carácter leve, como solicitudes de tiritas para rozaduras o analgésicos para el dolor de cabeza, según explicó el enfermero.
«Las situaciones más serias suelen estar relacionadas con el calor. La mayoría de festivales ocurren en verano, por lo que este factor es recurrente. Muchas intervenciones se deben a golpes de calor y lipotimias. Las condiciones climáticas también pueden agravar patologías anteriores o causar nuevas», agregó.
Aunque las atenciones por consumo de drogas «no son tan comunes como se podría pensar», destacó que esto depende del tipo de festival y del perfil de los asistentes. Existen eventos de música electrónica donde asisten personas de entre 30 y 40 años, con una capacidad económica «considerable», que tienden al consumo de sustancias «variadas y en altas dosis».
Por otro lado, los jóvenes con menos recursos que acampan varios días y viven con una alimentación y descanso «deficientes» tienden a experimentar debilidad general, por lo que cualquier consumo de alcohol puede llevar a una «típica borrachera», aunque casi nunca se reportan casos de coma etílico.
Por esta razón, ha recomendado reducir los factores de falta de sueño, mala alimentación, deshidratación y exposición excesiva al calor.
«Les sugeriría dormir lo mejor posible. Si un concierto inicia a las 18:00 horas, no es necesario estar allí tres horas antes para conseguir un lugar en primera fila. Es recomendable no exponerse demasiado al sol, aunque eso signifique estar un poco más lejos. También es bueno descansar durante las actuaciones que no se asistan, sentarse a la sombra y beber agua. Además, aconsejaría consumir con moderación, aunque eso ya depende de cada uno», añadió.
MANTENER UNA CALMA ABSOLUTA
Además, quiso enviar un mensaje tranquilizador al personal sanitario que trabaja por primera vez en estos eventos, resaltando la importancia de tener confianza en uno mismo y de mantener la «calma absoluta» a pesar de que la multitud «se descontrole» por problemas como un mareo.
«Es fundamental trabajar de manera tranquila para que la calma se extienda a todos. También es importante recordar que el equipo está para apoyarse mutuamente; hay que colaborar. Por otro lado, hay que ser resolutivos y hábiles con los recursos disponibles, que a menudo son bastante limitados en la atención extrahospitalaria», recomendó.
Finalmente, consideró que si un recinto no cuenta con médicos, enfermeros y una ambulancia de Soporte Vital Avanzado (SVA), el festival debería ser suspendido.
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