El líder de la junta militar se posiciona como el principal favorito, mientras que un ex primer ministro de Bongo se presenta como aspirante.
MADRID, 12
La población de Gabón está convocada a las urnas este sábado para las primeras elecciones que siguen al golpe de Estado de 2023, que puso fin a más de cinco décadas de control del país por parte de la familia Bongo. En este contexto, emerge como favorito el líder de la asonada, Brice Oligui Nguema.
Nguema, quien era jefe de la Guardia Revolucionaria y primo de Bongo, lideró la asonada poco después de que se anunciaran los resultados oficiales de las presidenciales de ese año, que confirmaron otro mandato para el ahora expresidente, en medio de denuncias de fraude por parte de la oposición.
Bongo asumió el cargo en 2009 tras el fallecimiento de su padre, Omar Bongo, quien había sido presidente de Gabón desde 1967, después de suceder a Léon M’ba, el primer presidente del país tras la independencia de Francia en 1960.
La asonada fue bien recibida por algunos sectores que criticaban el autoritarismo del presidente y las reiteradas acusaciones de manipulación electoral desde su llegada al poder, pero fue condenada por los principales líderes opositores, quienes exigieron a los militares que devolviesen el poder y se mantuvieran al margen de la política.
No obstante, los golpistas anunciaron la creación del Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI), que se ha constituido como la junta, y abrieron un proceso de transición que alcanzará su punto culminante este sábado en las urnas, antes de un referéndum constitucional previsto para noviembre de 2024.
El ‘sí’ en el referéndum resultó en una serie de modificaciones institucionales, incluyendo el fortalecimiento del sistema presidencial, tras una transición desde el sistema parlamentario que eliminó el cargo de primer ministro. Además, se introdujo un límite de dos mandatos consecutivos de siete años para el presidente, excluyendo a los descendientes de un presidente de la posibilidad de ser candidatos.
Dentro de este proceso de reformas, el Parlamento gabonés aprobó en enero una nueva ley electoral, que permitió a los militares presentarse como candidatos, algo que antes no era posible, lo que facilitó a Nguema anunciar su candidatura a la presidencia para intentar consolidarse en el poder.
Previo a esto, cuatro destacados opositores habían exigido que los militares quedaran excluidos de las elecciones, promoviendo «una transición verdaderamente inclusiva«, crítica dirigida a la gestión de la transición por parte de la junta y a lo que consideran una influencia desproporcionada del Ejército en la política del país desde la caída de Bongo.
PRINCIPALES CANDIDATOS
«Los recursos naturales deben ser explotados por y para los gaboneses», expresó recientemente durante un acto de campaña en Makokou, donde también abogó por «poner fin a las prácticas que han saqueado la administración» y aplicar «reformas profundas» para mejorar la gestión de los asuntos del país.
El líder de la junta subrayó en su programa electoral que Gabón «se encuentra en un momento decisivo de la historia» y afirmó que «es el momento de reconstruir el país sobre pilares sólidos, justos y duraderos», después de las «dificultades estructurales, organizativas y sociales» que enfrentaba en el momento del golpe.
El principal rival que Nguema enfrentará en las urnas es Alain Claude Bilie-By-Nzé, un ex primer ministro de Bongo que ha intentado distanciarse del expresidente en los últimos años y ha prometido revitalizar la economía y reducir la dependencia de Francia, antigua potencia colonial.
Bilie-By-Nzé, quien era primer ministro en el momento del golpe, promulga en su programa electoral «un plan de reforma presupuestaria y económica» para los próximos cinco años «en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial«, así como «conquistar la soberanía industrial de Gabón» y crear una comisión de reconciliación y reparaciones.
Además, ha abogado por «una reorganización de la defensa nacional» y «una revisión de los acuerdos de defensa con Francia», que han sido un importante soporte para Bongo durante su presidencia, en línea con la tendencia en África occidental y el Sahel de replantear sus huellas con la antigua metrópoli.
Otros seis candidatos se presentan, entre los cuales no se encuentra Albert Ondo Ossa, el candidato unitario de la oposición en las elecciones de 2023, quien esta vez no ha recibido apoyos y ha apelado a la abstención en sus críticas a la junta y lo que considera una deriva antidemocrática de Nguema.
Ondo Ossa ha sostenido en los últimos años que la asonada fue en realidad un ‘golpe palaciego’ para mantener a los Bongo en el poder a través de un primo del expresidente, junto con una campaña de imagen destinada a mostrar un presunto distanciamiento del régimen anterior por parte de las nuevas autoridades.
ESFUERZOS DE CONSOLIDACIÓN
Independientemente del resultado, las elecciones se perfilan como una etapa crucial para la consolidación del país tras más de un año y medio de transición, durante la cual la junta ha tomado medidas para avanzar en la votación, a diferencia de otros países de la región que han enfrentado varios golpes de Estado en los últimos años.
Gabón, que posee importantes recursos naturales y cuenta con una población de solo 2.3 millones de habitantes, tiene una de las tasas de urbanización más altas de África, ya que más del 80 por ciento de los gaboneses residen en ciudades, según datos del Banco Mundial, que también indica que más de la mitad de la población tiene menos de 20 años.
Dicho organismo destaca que Gabón ha experimentado «cambios» en sus políticas económicas tras la caída de Bongo, que incluyen la adopción de «políticas fiscales más expansionistas», «esfuerzos incrementados para apoyar negocios y la creación de empleos en diversos sectores», y «mejoras en la calidad y accesibilidad a infraestructura y servicios públicos».
Este cambio ha ido acompañado por una aceleración en el crecimiento económico del país, que es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC), alcanzando un incremento del 2.9 por ciento en 2024, en comparación con el 2.4 por ciento del año anterior. Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por los proyectos de infraestructura y el aumento en la producción de petróleo, manganeso y madera.
Todavía, los ingresos del país han sido impactados negativamente por la baja en los precios del petróleo, lo que ha elevado el déficit fiscal al 3.7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2024 y presenta «riesgos significativos» para las perspectivas de crecimiento y desarrollo del país africano.
Esta situación ha llevado a que todos los candidatos centren sus programas en la economía y la mejora de las condiciones de vida, en un esfuerzo por atraer a sus bases de votantes en el contexto de una nueva etapa tras más de 55 años de régimen de la familia Bongo.