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Ibuprofeno y paracetamol: ¿Facilitadores de la resistencia bacteriana a los antibióticos?

Ibuprofeno y paracetamol: ¿Facilitadores de la resistencia bacteriana a los antibióticos?

MADRID 27 Ago. –

Una nueva investigación de la Universidad de Australia Meridional revela que medicamentos como el **ibuprofeno** y el **paracetamol** están contribuyendo de manera silenciosa a una de las mayores amenazas para la salud a nivel mundial: la **resistencia a los antibióticos**.

Este es el primer estudio de su tipo que muestra que el ibuprofeno y el paracetamol no solo promueven la resistencia a los antibióticos de forma aislada, sino que, cuando se utilizan en conjunto, amplifican esta resistencia.

Al estudiar la interacción entre medicamentos no antibióticos y el antibiótico de amplio espectro ciprofloxacino con la bacteria ‘Escherichia coli’ (E. coli), comúnmente responsable de infecciones intestinales y del tracto urinario, se descubrió que estos medicamentos aumentan significativamente las mutaciones bacterianas, haciendo que la E. coli sea altamente resistente al antibiótico.

Este hallazgo tiene serias implicaciones para la salud, especialmente para las personas en residencias de ancianos, donde se prescriben frecuentemente múltiples medicamentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza global para la salud pública, con 1,27 millones de muertes atribuidas a la resistencia bacteriana en 2019.

La profesora asociada Rietie Venter de UniSA subraya que los hallazgos suscitan importantes preguntas sobre los riesgos de la **polifarmacia** en el cuidado de la población anciana.

«Los antibióticos han sido fundamentales en el tratamiento de enfermedades infecciosas, pero su uso excesivo ha llevado a un aumento global de las bacterias resistentes», explica el profesor asociado Venter.

«Esto es especialmente común en residencias de ancianos, donde es más probable que se receten múltiples medicamentos, no solo antibióticos, sino también fármacos para el dolor, el sueño o la presión arterial, creando un ambiente propicio para que las bacterias intestinales se vuelvan resistentes a los antibióticos», añade.

En este estudio, se analizó el efecto de medicamentos no antibióticos y la ciprofloxacina, utilizada para infecciones de piel, intestino y vías urinarias. «Cuando las bacterias fueron expuestas a la ciprofloxacina junto con ibuprofeno y paracetamol, desarrollaron más mutaciones genéticas que al recibir solo el antibiótico, lo que les ayudó a crecer más rápidamente y a hacerse altamente resistentes. Alarmantemente, no solo eran resistentes a la ciprofloxacina, sino que también se observó un aumento en la resistencia a otros antibióticos de diferentes clases», detalla.

«Además, identificamos los mecanismos genéticos detrás de esta resistencia, incorporando que tanto el ibuprofeno como el paracetamol activan las defensas bacterianas para expulsar los antibióticos, disminuyendo así su eficacia», destaca.

El estudio incluyó la evaluación de nueve medicamentos de uso común en residencias de ancianos: **ibuprofeno** (analgésico antiinflamatorio), **diclofenaco** (antiinflamatorio para la artritis), **acetaminofén** (paracetamol), **furosemida** (para la hipertensión), **metformina** (diabetes), **atorvastatina** (nivel de colesterol), **tramadol** (analgésico postquirúrgico), **temazepam** (trastornos del sueño) y **pseudoefedrina** (descongestionante).

El profesor asociado Venter sostiene que el estudio pone de manifiesto que la **resistencia a los antibióticos** es un reto más complejo de lo que se pensaba, involucrando también a medicamentos comunes no antibióticos. «La resistencia a los antibióticos ya no se limita a los antibióticos», afirma.

«Este estudio es un recordatorio claro que debemos evaluar cuidadosamente los riesgos de usar múltiples medicamentos, especialmente en el cuidado de ancianos, a quienes frecuentemente se les prescribe una combinación de tratamientos a largo plazo», declaró.

Esto no implica que estos medicamentos deban ser evitados, sino que se debe ser más consciente de cómo interactúan con los antibióticos, considerando combinaciones más allá de solo dos medicamentos.

Los investigadores abogan por más estudios sobre las interacciones farmacológicas en tratamientos a largo plazo, buscando entender cómo los medicamentos comunes pueden influir en la eficacia de los antibióticos.

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