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Impacto de la enfermedad en las decisiones políticas

Impacto de la enfermedad en las decisiones políticas


– BRIGHTSTARS/ISTOCK – Archivo

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   MADRID, 20 Jul. –

   Varios exlíderes de las nueve naciones con armas nucleares han enfrentado problemas de salud durante su mandato, lo que genera preocupación sobre su capacidad de **toma de decisiones** mientras tenían acceso a los códigos de lanzamiento de armas nucleares, según un estudio realizado por la Universidad de Otago en Nueva Zelanda.

   El estudio revisó la información sanitaria de 51 líderes fallecidos de países con armas nucleares: China, Francia, India, Israel, Corea del Norte, Pakistán, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. Ocho de esos líderes murieron por enfermedades crónicas durante su mandato y cinco por infartos o accidentes cerebrovasculares. Muchos de ellos padecieron múltiples problemas de salud significativos durante su tiempo en el cargo, incluyendo **demencia**, **trastornos de la personalidad**, **depresión** y **abuso de drogas y alcohol**.

   Liderado por el profesor Nick Wilson del Departamento de **Salud Pública** de la Universidad de Otago, junto con el profesor asociado George Thomson y el investigador independiente Dr. Matt Boyd, el estudio fue publicado en la revista ‘BMC Research Notes’.

   El profesor Wilson indica que de los líderes que dejaron el cargo en vida, 15 presentaban problemas de salud confirmados o posibles que podrían haber acelerado su salida.

   Es posible que el rendimiento de este grupo de 15 líderes se viera afectado por sus problemas de salud. Casos notables incluyen a dos exprimeros ministros de Israel: **Ariel Sharon**, quien entró en coma tras un derrame cerebral en el cargo, y **Menachem Begin**, cuya depresión fue tan severa que pasó su último año como líder recluido. **Richard Nixon** también enfrentó crisis relacionadas con el alcoholismo, incluso durante una crisis nuclear en Oriente Medio.

   «Ha habido casos en que la información sobre la salud de los líderes se ha mantenido en secreto», asegura el profesor Wilson.

   Este fue el caso de varios presidentes estadounidenses, incluyendo a **Dwight D. Eisenhower**, cuyo médico describió su ataque cardíaco de 1955 como un simple malestar digestivo; **John F. Kennedy**, cuyos asesores ocultaron su condición de portador de la enfermedad de **Addison**; y **Ronald Reagan**, cuya administración minimizó la gravedad de sus heridas tras un atentado en 1981 y los posibles signos de demencia al final de su mandato.

   El profesor Wilson resalta que Kennedy tenía un estado de salud deficiente durante sus dos primeros años en la presidencia, lo que afectó su rendimiento, incluyendo la fallida invasión de **Bahía de Cochinos** en 1961, respaldada por la CIA, y su ineficacia en la cumbre de **la Guerra Fría** con el líder soviético **Nikita Khrushchev**. De igual manera, la mala salud mental de Khrushchev estuvo probablemente relacionada con la **Crisis de Berlín** y la **Crisis de los Misiles de Cuba**.

   En Francia, el presidente **François Mitterrand** se mantuvo en el poder hasta el final de su mandato en 1995, aunque ocultaba su avance de cáncer de próstata y su médico determinó que ya no podía desempeñar sus funciones en 1994.

   Este reciente estudio se basa en investigaciones previas sobre exprimeros ministros neozelandeses, mostrando que el rendimiento de al menos cuatro líderes se vio comprometido debido a problemas de salud y el exceso de alcohol en el caso de **Robert Muldoon**.

MAS PELIGRO TRAS LA GUERRA DE UCRANIA Y GAZA

   El profesor Wilson advierte que la creciente inestabilidad internacional tras la invasión rusa de Ucrania en 2022 ha hecho más crucial asegurar un adecuado liderazgo en los países que poseen armas nucleares.

   «Particularmente en Estados Unidos, donde un líder puede, en teoría, autorizar el lanzamiento de armas nucleares de manera unilateral, lo que se conoce como ‘monarquía nuclear’. «

   Señala que hay diversas medidas que podrían mitigar los riesgos para la seguridad global procedentes de líderes cuyo juicio es cuestionable. Entre ellas, la desactivación de las armas nucleares almacenadas en estado de «alerta máxima», la adopción de políticas de «no primer uso», que restringen el uso de armas nucleares a un ataque de represalia, la exigencia de autorizaciones colectivas para cualquier lanzamiento y la promoción de **tratados de desarme nuclear**.

   El profesor Wilson también sugiere que las democracias deberían considerar establecer límites de mandato para sus líderes, así como sistemas de revocación de mandato, permitiendo a los votantes solicitar la dimisión de los políticos. Se podrían implementar requisitos de evaluaciones médicas y psicológicas para los líderes antes de asumir el cargo y durante su mandato.

   «Mantener un vínculo robusto con periodistas de investigación también puede ser fundamental para sacar a la luz las deficiencias de los líderes», concluye.

   El profesor Wilson enfatiza que los políticos, en general, enfrentan altos niveles de estrés, lo que puede impactar su bienestar mental. Un estudio con parlamentarios del Reino Unido reveló que tienen un 34% más de probabilidades de padecer problemas de salud mental en comparación con personas de altos ingresos.

   Buscar formas de reducir el estrés de los políticos y abordar sus necesidades de salud mental es otra estrategia para disminuir los riesgos para la seguridad global.

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