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La ciencia destaca un alimento común en nuestras despensas.

La ciencia destaca un alimento común en nuestras despensas.


MADRID, 20 Dic. –

Durante años hemos escuchado consejos de todo tipo sobre qué comer para cuidar el cerebro, desde frutas exóticas hasta suplementos milagrosos. Pero a veces, la clave no está en los alimentos ‘obvios’, sino en opciones al alcance de la mano que podrían tener un impacto en tu memoria a largo plazo.

Los hábitos diarios y la alimentación juegan un papel más crucial de lo que pensamos en la salud cerebral. Estudios recientes sugieren que ciertos patrones de consumo pueden asociarse con un menor riesgo de demencia, indicando que pequeños cambios en tu dieta pueden tener efectos duraderos sobre tu mente.

INVESTIGADORES HAN ANALIZADO LA DIETA ASOCIADA A LA MEMORIA

Investigadores de la Universidad de Lund, Suecia, han analizado alimentos que podrían estar vinculados a un menor riesgo de demencia. El debate sobre las dietas bajas en grasas ha moldeado nuestras recomendaciones de salud y ha influido en nuestra percepción sobre nutrición y bienestar.

Durante décadas, el temor a las grasas saturadas y su conexión con enfermedades cardiovasculares ha dominado la conversación dietética. La dieta MIND, diseñada para disminuir el riesgo de demencia, incluye alimentos protectores como verduras, frutos secos, frutas, bayas, cereales integrales y pescado, mientras que el queso es un alimento a limitar.

UNA BUENA NOTICIA PARA LOS AMANTES DEL QUESO

El estudio ha revelado que consumir más queso y cremas lácteas ricas en grasa podría estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar demencia. Sin embargo, los investigadores, que han publicado su estudio en Neurology, advierten que este estudio no prueba que el consumo de queso y crema grasos reduzca el riesgo de demencia; simplemente muestra una asociación.

Los quesos grasos contienen más del 20% de grasa e incluyen variedades como cheddar, brie y gouda. Las cremas ricas en grasa suelen tener entre un 30% y un 40% de grasa, como la nata para montar. Generalmente, se etiquetan como versiones «enteras» o «normales».

LO QUE LOS INVESTIGADORES OBSERVARON TRAS AÑOS DE SEGUIMIENTO

“Durante décadas, el debate sobre las dietas altas en grasas frente a las bajas ha moldeado las recomendaciones de salud, llevando a clasificar el queso como un alimento que debe limitarse”, comenta la Dra. Emily Sonestedt, de la Universidad de Lund, Suecia.

“Nuestro estudio descubrió que algunos productos lácteos ricos en grasas pueden realmente reducir el riesgo de demencia, desafiando algunas creencias comunes sobre la grasa y la salud cerebral”.

Los investigadores analizaron datos de 27.670 personas en Suecia, con una edad promedio de 58 años al inicio del estudio. Se les dio seguimiento promedio de 25 años. Durante el estudio, 3.208 participantes desarrollaron demencia. Los participantes registraron su dieta durante una semana y respondieron preguntas sobre la frecuencia de ciertos alimentos en los últimos años.

Los investigadores compararon a personas que consumían 50 gramos o más de queso rico en grasa al día con aquellas que consumían menos de 15 gramos. Por ejemplo, 50 gramos de queso equivalen aproximadamente a dos lonchas de queso cheddar. Entre quienes consumieron más queso, el 10% desarrolló demencia al final del estudio, en contraste con el 13% de los que consumieron menos.

Después de ajustar por edad, sexo y calidad general de la dieta, se encontró que aquellos que consumían más queso rico en grasa tenían un 13% menos de riesgo de desarrollar demencia. En el análisis de tipos específicos de demencia, se descubrió que quienes consumían más queso rico en grasa tenían un 29% menos de riesgo de demencia vascular.

Los investigadores también hallaron un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer entre aquellos que consumían más queso, aunque solo entre aquellos sin la variante del gen APOE e4, un factor de riesgo genético.

Los investigadores compararon a personas que consumían 20 gramos o más de crema alta en grasa diariamente con aquellos que no la consumían. Por ejemplo, 20 gramos equivalen aproximadamente a 1,4 cucharadas de crema batida espesa. Tras realizar ajustes, encontraron que aquellos que consumían crema con alto contenido de grasa diariamente tenían un 16% menos de riesgo de demencia en comparación con aquellos que no la consumían.

NO TODOS LOS LÁCTEOS SON IGUALES

No se encontraron asociaciones entre el riesgo de demencia y el consumo de queso bajo en grasa, crema baja en grasa, leche de alto o bajo contenido graso, mantequilla o leche fermentada, que incluye yogur, kéfir y suero de leche.

“Estos hallazgos sugieren que, en lo que respecta a la salud cerebral, no todos los lácteos son iguales«, afirma Sonestedt. «Si bien consumir más queso y crema con alto contenido graso se relacionó con un menor riesgo de demencia, otros productos lácteos no presentaron el mismo efecto. Se necesita más investigación para confirmar estos resultados y explorar si el consumo de ciertos lácteos grasos puede ofrecer alguna protección para el cerebro».

Una limitación fue que todos los participantes del estudio eran de Suecia, lo que implica que los resultados podrían no ser aplicables a otras poblaciones. Sonestedt menciona que en Suecia, el queso se consume mayormente crudo, mientras que en otros países, como Estados Unidos, se calienta o se sirve con carne. Por tanto, considera esencial realizar estudios adicionales en otros contextos.

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