MADRID, 22 Oct. (EDIZIONES) –
La ensalada es uno de los platos más versátiles que podemos preparar. Además, representa una opción excelente para aumentar el consumo de vegetales, siendo una de las mejores maneras de conservar sus nutrientes y fitonutrientes, ya que la cocción no les afecta y estos no se diluyen.
En una entrevista con Europa Press Infosalus, el dietista-nutricionista y colaborador de medios de comunicación, Luis A. Zamora, fundador de la Sociedad Científica Española de Dietética y Nutrición y autor de ‘El método Z para comer bien’ de Rocaeditorial, afirma que la mejor ensalada es la que se aliña con sal, aceite y vinagre en las proporciones correctas, incluso señalando que se puede prescindir de la sal.
«Además de realzar el sabor, estamos incorporando una grasa cardiosaludable a un plato que, bien elaborado—sin ingredientes como taquitos de beicon, crutones o quesos grasos como el parmesano—y con verduras frescas, y algo de proteína magra como el huevo duro o carnes y pescados blancos, constituye una excelente opción», destaca.
Sin embargo, Zamora advierte que el problema surge al utilizar salsas preparadas, como la césar, miel y mostaza, salsas de yogur o barbacoa, y vinagres balsámicos, ya que estas incorporan grasas de baja calidad, azúcares añadidos y féculas procesadas.
«Siempre puedes optar por zumo de limón, vinagretas, o yogur natural sin azúcar. No arruines un plato tan básico y nutricionalmente perfecto«, aconseja este experto en nutrición.
A su vez, considera que algo que, en principio, es muy saludable como una ensalada, puede convertirse en un ultraprocesado si se utiliza este tipo de salsas poco saludables, como la salsa césar, que contiene queso graso como el parmesano. «Por lo tanto, no todo lo que se mezcla en un bol se puede considerar una ensalada», advierte Zamora.
LA MEJOR LECHUGA PARA LA ENSALADA
Según su criterio, cualquier lechuga puede ser adecuada para una ensalada, aunque para él «la base verde ideal son los brotes tiernos», ya que en ellos se concentran numerosos nutrientes, gracias a la rúcula, los canónigos o la espinaca baby. «Al final, la lechuga tiene tanto contenido en agua que no es rica en nutrientes en comparación», aclara.
Este experto en nutrición recomienda mezclar diferentes bases verdes, «porque la variedad asegura la ingesta de nutrientes» y fomenta la incorporación de tantos alimentos frescos como sea posible, «acercándote así a las recomendaciones nutricionales».
CUIDADO AL PREPARAR LA ENSALADA
Por último, Luis A. Zamora recuerda que tanto la lechuga como otros vegetales que se añaden a la ensalada, como los tomates, pueden estar en contacto con tierra, el ambiente o polvo, por lo que es importante ser cuidadoso si se consumen crudos.
«Para lavarlas, simplemente hay que ponerlas bajo el grifo y frotarlas, incluso separando las hojas si vienen del supermercado. Si las hemos recogido del campo, para mayor seguridad, se puede preparar una mezcla de tres litros de agua y una cucharadita de lejía, dejarlas en esta mezcla durante 5 minutos y luego enjuagar bien. ‘Eso sí, siempre utiliza lejía apta para alimentos, nunca una que no lo especifique'», advierte.
Además, menciona que si se utilizan aquellas que vienen en bolsa, generalmente ya están lavadas y no es necesario repetir este proceso, indicado como ‘ya listas para el consumo’.

