MADRID 24 Jul.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han presentado un informe conjunto que destaca los hallazgos sobre la amenaza «persistente y prevenible» de los medicamentos contaminados. Estos medicamentos han provocado pérdidas de vidas y comprometido la salud de pacientes, predominantemente niños, a causa de la ingestión de fármacos con niveles «peligrosamente altos» de sustancias químicas tóxicas.
El documento recuerda que, en los últimos 90 años, se han documentado al menos 25 incidentes de contaminación de excipientes que han causado más de 1.300 muertes a nivel global, muchas de ellas de niños. Estos incidentes suelen surgir debido a las vulnerabilidades en la cadena de suministro global de excipientes farmacéuticos, afectando de manera «desproporcionada» a individuos en países de ingresos bajos y medianos (PIBM), donde la supervisión regulatoria y el acceso a medicamentos de calidad son limitados.
Titulado ‘Medicamentos contaminados e integridad de la cadena de suministro de excipientes farmacéuticos’, el informe subraya una crisis de salud pública «trágica y continua»: la contaminación de medicamentos con productos químicos tóxicos de grado industrial, en particular dietilenglicol (DEG) y etilenglicol (EG).
«Estas sustancias se utilizan como disolventes industriales y anticongelantes, pero pueden causar graves problemas de salud y ser mortales si se ingieren, incluso en pequeñas cantidades, especialmente en niños. Frecuentemente, son sustituidos ilegalmente por excipientes de grado farmacéutico como el propilenglicol, glicerina y sorbitol, ingredientes comunes en la formulación de medicamentos, como jarabes para la tos y paracetamol», destacan las organizaciones.
La mayoría de los casos recientes se refieren a medicamentos líquidos orales de bajo costo que se pueden adquirir sin receta médica. Generalmente, estos medicamentos se comercializan específicamente para niños y son productos registrados disponibles en farmacias, boticas o mercados informales.
El informe revela cómo las redes criminales explotan la volatilidad del mercado y las lagunas regulatorias para introducir sustitutos tóxicos en la cadena de suministro. De esta forma, se evidencian el uso de etiquetas falsificadas y la sustitución de excipientes legítimos por productos químicos tóxicos, como el propilenglicol, así como la comercialización de excipientes falsificados a través de plataformas en línea, incluidos e-commerce y redes sociales.
Además, se denuncia la falta de supervisión regulatoria para los fabricantes y distribuidores de excipientes de alto riesgo, así como las deficiencias en los mecanismos de vigilancia y cumplimiento posteriores a la comercialización, tanto en los países productores como en los importadores.
LLAMADA A LA ACCIÓN
El informe solicita una acción mundial urgente para cerrar las brechas regulatorias, fortalecer la supervisión de las cadenas de suministro de excipientes y proteger a todas las poblaciones, especialmente a las más vulnerables, como los niños, de intoxicaciones prevenibles y mortales. Se refuerza la importancia de contar con sistemas regulatorios sólidos y eficaces para asegurar el acceso a productos seguros y de calidad garantizada.
Como complemento a esta perspectiva de salud pública, la UNODC destaca la dimensión criminal del problema, documentando cómo los grupos delictivos organizados falsifican documentación, sustituyen productos químicos de grado industrial y utilizan plataformas digitales para infiltrarse ilegalmente en la cadena de suministro farmacéutica global con sustancias tóxicas y no reguladas.
Por lo tanto, se subraya la necesidad de mejorar los marcos regulatorios y mecanismos de cumplimiento, así como un mayor cumplimiento por parte de fabricantes y distribuidores y una mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de excipientes.
Las organizaciones advierten que, en muchos casos, los medicamentos contaminados son resultado de conductas delictivas intencionales. «Abordar esta amenaza requiere esfuerzos coordinados de todas las partes interesadas, incluidos organismos encargados de hacer cumplir la ley, funcionarios de aduanas, fiscales y organismos anticorrupción», apuntan.
El informe insta a una mayor cooperación transfronteriza, mayor capacidad de investigación y el uso de instrumentos legales internacionales como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (UNTOC).
Por ello, la OMS y la UNODC llaman a los Estados miembros, autoridades regulatorias nacionales, actores de la justicia penal, organismos encargados de hacer cumplir la ley, fabricantes farmacéuticos y distribuidores de excipientes a tomar medidas decisivas de inmediato para prevenir nuevas tragedias evitables. «Si no se actúa ahora, se corre el riesgo de condenar a futuras generaciones de niños a los mismos daños inaceptables y evitables», concluyen.