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La pandemia de Covid-19 disminuyó la esperanza de vida global en 1.8 años

La pandemia de Covid-19 disminuyó la esperanza de vida global en 1.8 años

MADRID 16 May. –

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe que revela las «profundas repercusiones sanitarias» causadas por la pandemia de Covid-19, provocando una reducción de la esperanza de vida mundial en 1,8 años entre 2019 y 2022, lo que se traduce en una desaceleración de los avances en la salud a nivel global.

Además, se ha registrado un aumento de los niveles de ansiedad y depresión, resultando en una disminución de la esperanza de vida saludable mundial en seis semanas, y «anulando la mayor parte» de los logros obtenidos gracias a una menor mortalidad por enfermedades no transmisibles.

Tras la pandemia, ha surgido una tendencia de desaceleración en el progreso que se daba previamente, y la recuperación está siendo más lenta. Por ello, la OMS ha instado a tomar medidas globales para «retomar» el rumbo.

«Detrás de cada dato hay una persona: un niño que no llegó a cumplir cinco años, una madre fallecida en el parto, una vida truncada por una enfermedad prevenible», ha manifestado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha subrayado que estas son «tragedias evitables» que reflejan «deficiencias» en el acceso a protección e inversión, especialmente para mujeres y niñas.

Lamentó que el progreso en salud se esté «ralentizando», por lo que ha solicitado a los gobiernos actuar con «urgencia», «compromiso» y «rendición de cuentas».

La OMS también ha advertido del progreso desigual hacia la meta de los 3.000 millones del plan 2019-2025, que busca lograr cobertura sanitaria universal para 1.000 millones más de personas, así como mejorar la protección ante emergencias sanitarias y la salud y bienestar de otras 1.000 millones de personas.

Según datos del estudio, a finales de 2024, hasta 1.400 millones de personas vivían de forma más saludable, un avance atribuido a la reducción del consumo de tabaco, la mejora de la calidad del aire y mejor acceso al agua, la higiene y el saneamiento.

No obstante, el informe indica un progreso lento en la cobertura de servicios de salud esencial, ya que solo 431 millones de personas más accedieron a estos servicios sin dificultades económicas; y en la protección contra emergencias, con cerca de 637 millones más mejor protegidos.

Además, las muertes maternas e infantiles no están disminuyendo «con suficiente rapidez» para alcanzar objetivos globales, lo que está relacionado con la falta de inversión en Atención Primaria, la escasez de personal sanitario cualificado y las deficiencias en servicios de inmunización y partos seguros. Esta desaceleración se presenta tras «dos décadas de avances» en los que la mortalidad materna se redujo más del 40%, y la de menores de cinco años a más de la mitad.

Si estas deficiencias no se corrigen para 2030, la OMS advierte que el mundo «corre el riesgo» de perder 700.000 madres y ocho millones de niños menores de cinco años.

«Este informe muestra que el mundo está fallando en su chequeo médico. Sin embargo, los países han demostrado que es posible avanzar rápidamente», ha afirmado la subdirectora general de la OMS para Datos, Análisis y Gestión de Impacto, Samira Asma, quien ha señalado que es posible lograr «un mundo donde los datos sean más oportunos y precisos» y las muertes prematuras sean poco frecuentes.

AUMENTO DE LAS MUERTES PREMATURAS POR ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES

Los datos también reflejan un aumento de los fallecimientos prematuros por enfermedades no transmisibles, como patologías cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes o cáncer, en parte debido al crecimiento y envejecimiento de la población, siendo estas la principal causa de muerte en personas menores de 70 años.

Aunque el organismo no cree que el mundo esté en camino de reducir esta mortalidad en un tercio para 2030, ha destacado que el consumo de tabaco y alcohol está disminuyendo a nivel global, pasando de 5,7 a cinco litros per cápita entre 2010 y 2022.

El documento también señala que la contaminación atmosférica continúa siendo una de las principales causas de muerte prevenible, con más de 6,7 millones de fallecimientos atribuidos en 2022.

DISMINUCIÓN DE LA INCIDENCIA DEL VIH Y LA TUBERCULOSIS

Por otro lado, la OMS ha resaltado la disminución de la incidencia del VIH y de la tuberculosis, además de un menor número de personas que requieren tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas.

Sin embargo, ha lamentado el resurgimiento de la malaria desde 2015 y ha identificado las resistencias a los antimicrobianos como uno de sus principales retos. Además, ha señalado que la vacunación infantil no se ha recuperado completamente en 2023 tras la pandemia, y muchos países se están «quedando atrás» en la lucha contra riesgos sanitarios como la desnutrición, la contaminación y las condiciones de vida inseguras.

Esta situación se ve agravada por las recientes interrupciones en la financiación internacional, especialmente en los países con mayores necesidades médicas, que requieren «urgentemente» fondos sostenibles para mantener los logros alcanzados y enfrentar amenazas crecientes, como el déficit de profesionales de salud.

Se estima que faltarán hasta 11,1 millones de profesionales de la salud para 2030, con casi un 70% de este déficit concentrado en África y el Mediterráneo Oriental.

Además, el jefe de la Unidad de Datos y Análisis de Salud de la OMS, Haidong Wang, ha explicado que la solidez de los sistemas de salud depende de información sanitaria fiable, que permite tomar mejores decisiones y obtener resultados más rápidamente.

«La OMS apoya a los países con la estrategia SCORE para fortalecer los sistemas de información sanitaria y a través del Centro Mundial de Datos de Salud, que ayuda a estandarizar y maximizar el valor de los datos en todos los países y sistemas», añadió.

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