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Las enfermedades visuales más comunes tendrán un coste económico de 99.800 millones entre 2021 y 2030.

Las enfermedades visuales más comunes tendrán un coste económico de 99.800 millones entre 2021 y 2030.

MADRID 9 Oct. –

Según las conclusiones del estudio ‘Evaluación de la carga económica de la pérdida de visión y la ceguera irreversible en España (2021-2030): una perspectiva social’, impulsado por AbbVie, las principales patologías visuales habrán supuesto una carga económica de 99.800 millones de euros en España entre 2021 y 2030.

De esta cantidad, el 8 por ciento corresponde a costes vinculados a consultas médicas, pruebas y tratamientos; mientras que el 44 por ciento se asocia a gastos como adquisición de dispositivos, cuidados informales y adaptaciones en el hogar. El 38 por ciento restante es consecuencia de la pérdida de productividad, lo que destaca el impacto económico de estas enfermedades en la vida laboral de quienes las padecen.

Uno de los principales costes procederán del glaucoma, que genera un gasto anual de 23.919 euros por paciente, así como del edema macular diabético (EMD), que ocasiona 13.659 euros. Se estima que para 2030 estas dos patologías habrán suposto un gasto de 53.400 millones de euros, considerando pruebas diagnósticas, consultas, intervenciones, tratamientos, cuidados informales o adaptaciones en la vivienda, entre otros.

CASI OCHO MILLONES

Con motivo del Día Mundial de la Visión, que se celebra este jueves, desde AbbVie señalan que se prevé que el número de personas con pérdida de visión o ceguera en España se duplique para 2030, alcanzando casi ocho millones de pacientes afectados por glaucoma, retinopatía diabética, edema macular diabético, degeneración macular asociada a la edad o alta miopía. De ellos, más de cinco millones se estima que están en edad laboral (entre 18 y 65 años), lo que condiciona su acceso al empleo, su estabilidad y sus oportunidades profesionales.

Asimismo, subrayan que este aumento de personas con patologías que pueden causar ceguera potencialmente irreversible se debe, principalmente, al envejecimiento de la población y al aumento de enfermedades crónicas como la diabetes, que incrementan el riesgo de sufrir complicaciones oculares. En este contexto, el EMD es la complicación más frecuente de la retinopatía diabética y la principal causa de ceguera en la población diabética.

A pesar de esto, los expertos indican que pocas personas con diabetes se someten a revisiones periódicas de retina, lo que retrasa la detección del EMD y agrava su evolución. Por otro lado, el glaucoma es una de las causas más significativas de ceguera irreversible en el mundo y, al ser asintomático en fases iniciales, a menudo se diagnostica tarde.

Otras patologías como la retinopatía diabética y la alta miopía también están mostrando un crecimiento notable en el número de pacientes y en los costes asociados. En concreto, la retinopatía diabética multiplicará por siete su impacto económico en 2030 respecto a 2021, y el EMD por más de tres.

«La discapacidad visual no solo genera costes económicos, sino también un profundo impacto en la calidad de vida de quienes la padecen. La pérdida de visión se asocia a un mayor riesgo de caídas, accidentes domésticos y dificultades para realizar actividades básicas como leer, desplazarse o mantener la autonomía personal», afirman los autores del informe.

Añadieron que diversos estudios han demostrado que los pacientes con discapacidad visual presentan tasas más elevadas de depresión y mayor riesgo de aislamiento social. Este efecto social y emocional es especialmente relevante en personas mayores, quienes frecuentemente confunden la pérdida de visión con un proceso natural del envejecimiento, sin saber que muchas de estas patologías pueden tratarse si se detectan a tiempo.

En España, aunque se ha logrado reducir considerablemente el número de casos en los últimos años, se estima que el 80 por ciento de los casos de ceguera son evitables o susceptibles de tratamiento. Según los expertos, esto sería posible a través de la prevención y la detección temprana de patologías oculares capaces de provocar ceguera, particularmente ceguera irreversible, como es el caso del glaucoma o el EMD, ya que ambas enfermedades carecen de síntomas evidentes en sus primeras etapas.

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