MADRID 26 Ago. –
El Consejo General de Enfermería (CGE) ha puesto en alerta sobre los efectos perjudiciales para la salud de la solución mineral milagrosa (denominada MMS por sus siglas en inglés), un compuesto altamente oxidante usado como blanqueante industrial, similar a la lejía. Su administración a personas, a través de vía rectal, «no solo carece de evidencia científica, sino que puede comprometer su vida».
Según informan, se trata de una solución acuosa de clorito sódico al 28 por ciento, un producto comúnmente utilizado en la fabricación de papel y tratamiento de aguas. «Su uso en seres humanos no solo carece de respaldo científico, sino que puede resultar tóxico y poner en riesgo la vida de las personas», advierte el Consejo.
El enema, comercializado en línea como una pseudoterapia, promete ser un «remedio milagroso» para diversas enfermedades, desde el cáncer hasta el autismo, el sida o el COVID-19. Además, las enfermeras señalan que se ofrece «sin garantías, regulación y a precios abusivos».
«Estos productos apelan a la desesperación y se presentan como la última esperanza, retrasando tratamientos realmente útiles para el paciente. Esto los convierte en un negocio lucrativo para quienes se aprovechan de la vulnerabilidad. Su consumo puede provocar desde lesiones en el tracto digestivo hasta anemia, fallo renal o incluso hospitalización. Por ello, las enfermeras debemos seguir trabajando, desde la prevención y educación para la salud, en desmentir estos bulos que ponen en grave riesgo la salud de la población», explica Héctor Nafría, divulgador científico de la Unidad de Cultura Científica del Consejo General de Enfermería (CGE).
RIESGOS
Las enfermeras indican que, cuando una terapia carece de base científica, «puede parecer inocua», pero las consecuencias de su consumo pueden ser «determinantes» para la salud. En España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomienda no consumir este producto nocivo, ya que no hay pruebas de que pueda usarse para tratar o prevenir la infección por coronavirus, ni tampoco evidencia de que sea efectivo contra otras enfermedades como la malaria, el autismo, cáncer o enfermedades parasitarias o degenerativas. Además, su consumo puede retrasar el acceso y comienzo de tratamientos vitales para el paciente.
«Las pseudoterapias pueden causar daño a nivel físico, psicológico, económico y social. Y lo peor, puede que debido a ellas no se acceda al tratamiento correcto o que se retrase el mismo. Esto ocurre con frecuencia en enfermedades graves como el cáncer, que requieren atención urgente. Tal como algunos casos clínicos evidencian, el perfil tóxico de este enema milagroso incluye desde metahemoglobinemia, que impide que nuestro cuerpo transporte oxígeno, hemólisis intravascular, dolor abdominal, vómitos, diarrea, náuseas y deshidratación, entre otros efectos», continúa Nafría.
DESINFORMACIÓN
El Consejo recalca que el exceso de información no contrastada que circula en redes sociales, así como los canales y fuentes de información poco fiables y las promesas de una cura instantánea y «milagrosa», llevan a muchos pacientes a consumir estas sustancias perjudiciales para la salud. «No existe evidencia a favor, pero sí en contra de su uso», sostiene.
«En 2021 se reportó el primer caso de proctocolitis aguda clínicamente significativa con correlación histológica secundaria a la ingestión de esta sustancia. La paciente admitió haber consumido MMS una vez por semana durante los últimos tres meses para aliviar su dolor de espalda crónico. Este es un claro ejemplo de cómo vivir con dolor resulta desesperante para los pacientes, especialmente aquellos oncológicos. Dada la alta prevalencia de estas enfermedades y su complicado afrontamiento, estamos obligados a hacer un ejercicio de responsabilidad sanitaria, educando al paciente sobre los peligros que pueden conllevar terapias como estas», afirma Pedro Belinchón de Miguel, director del Máster Oficial en Enfermería Oncológica en la Universidad Europea de Madrid.
Las enfermeras aseguran que desempeñan un «papel fundamental» contra la desinformación, «abordando este problema desde la educación y la prevención, y combatiendo los bulos con evidencia científica y empatía». «Como profesionales cercanas a la ciudadanía, las enfermeras debemos educar, informar y proteger a los ciudadanos. Desmentir los bulos y desmontar pseudoterapias es otra forma de cuidar. Debemos explicar la ciencia que hay tras cada cuidado para que los pacientes tomen decisiones de salud basadas en el conocimiento y la información veraz. Las pseudoterapias no son una opción segura, mientras que la ciencia sí lo es», concluye Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.