MADRID, 1 Feb. –
El término ‘protector de estómago’, asociado a ciertos medicamentos, puede llevar a confusión. A menudo, incluso los propios profesionales de la salud se refieren a estos fármacos de esta manera, lo que puede llevar a los pacientes a solicitarlos innecesariamente.
“A grandes rasgos, el estómago secreta ácido clorhídrico para digerir los alimentos. El exceso de este ácido es lo que regularían los denominados protectores de estómago. Sin embargo, estos no son necesarios a menos que haya una patología asociada o para prevenir su aparición,” explica Susana Gregorio Mazo, farmacéutica comunitaria en Calahorra (La Rioja) y miembro del Grupo de Trabajo Nutrición y Digestivo de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).
Esta experta señala que existen distintos grupos de fármacos que regulan o neutralizan la secreción ácida. “Por supuesto, las indicaciones de unos y otros son diferentes. Mencionemos dos de ellos con un ejemplo sencillo”, sostiene esta diplomada en Salud Pública, citando:
·Inhibidores de la bomba de protones: impiden que las células parietales secreten ácido; aquí se incluyen el omeprazol, lansoprazol, pantoprazol y esomeprazol.
·Antiácidos: neutralizan el ácido clorhídrico en la luz gástrica una vez que este ya se ha generado; son compuestos de ion sodio, calcio, magnesio o aluminio, como por ejemplo una marca conocida cuyo principio activo es almagato, o el bicarbonato de sodio, entre otros.
¿EN QUÉ CASOS ESTÁN INDICADOS?
Susana Gregorio Mazo aclara que los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol y similares, están indicados únicamente en las siguientes condiciones:
1. Úlcera péptica.
2. En tratamientos de erradicación de ‘Helycobacter pylori’.
3. Esofagitis por reflujo.
4. Síndrome de Zollinger-Ellison.
5. Uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
Respecto a los antiácidos, la miembro de SEFAC comenta que son indicados cuando ya hay ácido en el estómago y se debe neutralizar para proteger las mucosas, como después de consumir alimentos que provocan exceso de acidez.
PRINCIPALES ERRORES QUE COMETEMOS EN SU TOMA
Al consultarle sobre los principales errores asociados a su uso, explica que, por ejemplo, cuando un paciente solicita omeprazol antes de una comida copiosa: “Hemos mencionado que el omeprazol actúa bloqueando la entrada de ácido al estómago, pero no lo neutraliza. Si ya se ha producido, no hay manera de neutralizarlo. Además, tomarlo antes de la comida no es adecuado, ya que el ácido es necesario para una buena digestión. En este caso, deberíamos recomendar un antiácido y tomarlo de media hora a una hora después de comer”.
Además, esta farmacéutica subraya que todos los medicamentos mencionados pueden presentar reacciones adversas severas, y deben ser considerados: “Los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, pueden interferir en el metabolismo de otros fármacos, provocando posibles intoxicaciones”. También resalta que pueden reducir los niveles de magnesio y afectar la absorción de vitamina B12 y hierro, lo que puede desembocar en anemia.
“En el caso de los antiácidos, estos pueden interferir en la absorción de otros medicamentos si se toman simultáneamente, por lo que es recomendable separarlos al menos por dos horas”, añade.
EVITAR LA ACIDEZ
Finalmente, Gregorio Mazo destaca que son frecuentes las consultas en farmacia sobre ocasiones de acidez,recordando que puede ser un síntoma de enfermedades crónicas como diabetes mellitus, trastornos de tiroides, Parkinson, infección por ‘Helycobacter pylori’, Salmonella, hernia de hiato, o disfagias, entre otras.
“Creo que los farmacéuticos comunitarios realizamos una gran labor educativa en consultas sobre cómo prevenir y tratar dicha acidez”, comparte y aporta algunos ‘consejos’ al respecto:
a. Evitar alimentos que tienden a desencadenarla fácilmente, como el café, bebidas carbonatadas, cítricos y tomate, entre otros.
b. Optar por otros como infusiones de manzanilla, yogur, carnes y pescado blanco, y aceite de oliva como fuente principal.
c. Evitar comidas muy calientes o frías.
d. No acostarse antes de dos horas después de las comidas.
e. Priorizar las comidas ligeras, especialmente en la cena, ya que las comidas copiosas y muy grasas son más difíciles de digerir.
f. Evitar fumar dado que el tabaco puede aumentar la secreción de ácido y disminuir la producción de saliva, que ayuda a neutralizarlo.
g. Evitar situaciones de estrés físico o emocional que puedan agravar los síntomas.