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¿Nacer en los últimos meses del año incrementa el riesgo?

¿Nacer en los últimos meses del año incrementa el riesgo?

   MADRID, 6 Jul. –

   Un reciente estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) ha revelado que, estadísticamente, los niños nacidos en octubre, noviembre o diciembre son diagnosticados con problemas de salud mental con mayor frecuencia que aquellos que nacen a principios de año. Los resultados se aplican a todos los géneros, ya sean recién nacidos a término o de forma prematura.

   Este estudio, publicado en la revista ‘BMJ Peadiatrics Open’, analizó a más de un millón de noruegos entre 4 y 17 años (nacidos entre 1991 y 2012) utilizando registros sanitarios noruegos.

   El estudio busca identificar los llamados «efectos relativos de la edad» para determinar si los niños y adolescentes nacidos hacia finales de año son diagnosticados con trastornos de salud mental más a menudo que sus compañeros que nacen a principios de año (enero, febrero y marzo).

   «Nuestros hallazgos indican que los más jóvenes en una clase escolar tienen más probabilidades de ser diagnosticados con enfermedades mentales que los mayores,» destaca Christine Strand Bachmann, investigadora de doctorado en el Departamento de Salud Pública y Enfermería de NTNU. Esto es especialmente evidente en el caso del TDAH, donde se observa un aumento en la incidencia de entre el 20 y el 80 por ciento entre los más pequeños de la clase, dependiendo de si nacieron a término o de forma prematura.

   Los investigadores también encontraron la misma tendencia en otros trastornos neuropsiquiátricos, como retrasos en áreas como el desarrollo del lenguaje, habilidades académicas y habilidades motoras.

   Además, se observó que las niñas prematuras más pequeñas tenían un riesgo significativamente mayor de ser diagnosticadas con trastornos emocionales, tales como ansiedad, depresión y trastornos de adaptación, en comparación con las niñas prematuras mayores del mismo grupo de edad.

   «Los niños y adolescentes que nacen prematuramente son más vulnerables a problemas de salud mental y social en contraste con los nacidos a término, y los riesgos asociados al nacimiento a finales de año incrementan esta vulnerabilidad,» señala Strand. «Creemos que estos hallazgos, que reflejan un incremento en los diagnósticos psicológicos en los alumnos más pequeños, pueden estar relacionados con la organización de nuestro sistema educativo. Este sistema no logra ofrecer el apoyo necesario a niños con comportamientos normales, pero más inmaduros.»

   La investigadora sugiere que posibles soluciones incluyen flexibilidad en las fechas de inicio de clases o apoyo adicional.

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