MADRID, 14 Oct. (EDIZIONES) –
Sí, la respuesta es afirmativa, aunque nunca lo hayas considerado. Tanto las gafas de sol como las gafas con graduación que utilizas diariamente para mejorar tu visión tienen una fecha de caducidad. Olvídate de usar las gafas de cuando tu madre era joven o de las que te regalaron hace años, porque no estás protegiendo adecuadamente tus ojos.
En una entrevista con Europa Press Infosalus, el médico oftalmólogo Salvador García Delpech, presidente de la Sociedad Española de Contactología y miembro de la Sociedad Española de Oftalmología, confirma que los cristales de las gafas sí caducan, tanto los de sol como los de vista.
El doctor explica que en las gafas de sol, el factor de protección solar ultravioleta pierde efectividad con el paso del tiempo. La luz solar emite diversas radiaciones, y específicamente, la luz ultravioleta puede dañar tanto el cristalino como la mácula del ojo.
«En las gafas de sol, el factor de protección ultravioleta varía de 0 a 4 grados, siendo mayor la protección con un número más alto. Este factor es primordial al elegir unas gafas de sol y dependerá del uso que vayamos a darles. Si planeas estar en un barco por mucho tiempo bajo una intensa radiación solar, lo mejor es un factor 4, pero si simplemente caminas por la calle en España, un factor 2-3 es adecuado para el uso diario”, acentúa este experto de la Sociedad Española de Oftalmología, quien aclara que «cuidado, la oscuridad del cristal no significa mayor protección para los ojos.»
CUIDADO SI SE HAN RAYADO LAS GAFAS
El doctor García Delpech señala que tanto las gafas de sol como las gafas de vista pueden rayarse, lo que afectará la protección que necesitan los ojos de la persona.
Al preguntarle sobre la caducidad de las gafas, este médico menciona que «todo depende del uso que se les dé», y que el estado de las gafas debe ser evaluado en las revisiones oftalmológicas anuales. Así, se analiza el estado del ojo del paciente y de las gafas que utiliza.
«Depende mucho del tipo de gafas y del manejo que se les dé. A los adultos se les debe revisar anualmente; a los niños, cada seis meses. Cada vez que se realizan estos exámenes, también se evalúa el estado de las gafas. Como norma general, la caducidad suele estar entre 3-4 años antes de que pierdan sus características; sin embargo, esto es muy genérico y depende del uso específico de cada par”, aclara el médico oftalmólogo.
Además, la duración de los cristales puede variar según su tipo; por ejemplo, un miope puede ver reducidos sus cristales, y también factores como tratamientos antirreflectantes pueden influir en la caducidad.
«Los tratamientos antirreflejantes son una capa que se aplica sobre el cristal, que puede desgastarse con el tiempo y causar manchas. Así, un cristal con tratamiento antirreflejante puede deteriorarse con el tiempo, dificultando la visibilidad”, añade el doctor Salvador García Delpech.
CÓMO CUIDAR DE NUESTRAS LENTES EN EL DÍA A DÍA
Ante esta información, solicitamos al presidente de la Sociedad Española de Contactología unos consejos para cuidar nuestras gafas en el día a día, comenzando por la importancia de acudir anualmente a la revisión oftalmológica.
Considera esencial guardar siempre las gafas en una funda; si se usan esporádicamente, es ideal que sea dura. En el caso de los niños, las gafas deben ser lo más flexibles posible y, a su juicio, es preferible que utilicen cristales de plástico en lugar de cristal.
Limpiar los cristales con productos específicos es otro de sus consejos, y si no tienes, puedes utilizar jabón neutro, pero siempre con un paño adecuado, «nunca con papeles, ya que pueden rayarlas».
Evitar dejar las gafas de sol expuestas a agentes externos, como el calor excesivo dentro de un coche, es otra recomendación, ya que puede dañar tanto los cristales como la estructura de las gafas; además de cuidar que no se doblen y mantener su forma original.
«El ojo es una proyección del sistema nervioso central y está conectado directamente al cerebro a través del nervio óptico. Por lo tanto, tener gafas en mal estado puede provocar dolores de cabeza, por ejemplo. Cuidar tu vista es crucial porque el ojo está íntimamente relacionado con el sistema nervioso. También es fundamental recordar que los problemas de visión son cuestiones oftalmológicas y médicas«, concluye el miembro de la Sociedad Española de Oftalmología.

