MADRID, 9 Oct. (EDIZIONES) –
El sueño desempeña un papel crucial en la modulación del dolor, especialmente en el caso de los dolores de cabeza. La falta de sueño puede agravar el dolor, mientras que el dolor a menudo interfiere con el sueño, creando así un círculo vicioso.
«Cuando hablamos de cefaleas nocturnas, es importante distinguir entre dos categorías. Por un lado, están las cefaleas de gran intensidad que nos despiertan en medio de la noche, que son relativamente raras pero lo suficientemente severas como para interrumpir nuestro sueño; por otro lado, tenemos las cefaleas que nos hacen despertar ya con dolor, pero no necesariamente son la causa de nuestro despertar», comenta el doctor Diego García-Borreguero, director del Instituto del Sueño, en entrevista con Europa Press Infosalus.
El doctor también señala que estas cefaleas nocturnas pueden ser secundarias a problemas graves. Por ejemplo, una cefalea podría ser un signo de una hemorragia subaracnoidea o de un ataque de glaucoma que se manifiesta durante la noche. «Sin embargo, si los episodios de cefalea son recurrentes, es probable que estén relacionados con una enfermedad primaria», aclara.
UN CÍRCULO VICIOSO
Además, este experto aclara que el sueño es «un periodo de riesgo», donde pueden surgir condiciones que agraven la cefalea al despertar; recordando que algunos tipos de cefaleas pueden aparecer en las primeras horas del sueño. «Estas cefaleas pueden ocurrir durante la noche o al despertarse. Esto provoca un círculo vicioso y, como consecuencia de la cefalea, a menudo no dormimos. A su vez, la falta de sueño intensifica o incrementa la frecuencia del dolor», señala el doctor.
García-Borreguero enfatiza que es crucial consultar con un especialista si el problema es frecuente en nuestra vida diaria: «Si al despertar ya experimentamos dolor de cabeza, y este desaparece en las horas siguientes, hay alta probabilidad de que esté relacionado con un problema de salud que ocurre durante el sueño, y es recomendable evaluar esta situación».
LAS CEFALEAS CÍCLICAS Y LA CEFALEA EN RACIMOS
El director del Instituto del Sueño también menciona varias cefaleas nocturnas, como las cefaleas cíclicas, que según explica, solo se producen durante el sueño, especialmente entre las 2 y 4 de la madrugada, y suelen afectar de forma bilateral desde la frente hasta la zona temporal.
«La cefalea cíclica suele aparecer repentinamente, es más común en mujeres, y raramente se asocia con fotofobia o intolerancia al ruido. Generalmente es breve, con una duración máxima de dos horas, y su tratamiento es específico», agrega el neurólogo.
Otra forma de cefalea nocturna es la cefalea en racimos, que es extremadamente severa y puede durar entre 15 minutos y 2 horas. «Suele aparecer al principio de la noche y se manifiesta normalmente de forma unilateral alrededor del ojo. Se llama en racimos porque se presenta en episodios, con un mínimo de uno diario y hasta 8 en un solo día», detalla.
Además, existen períodos donde estos ataques pueden presentarse a diario, alternándose con periodos asintomáticos. «Estos episodios son muy severos y suelen ocurrir durante la noche, afectando al 70% de los pacientes», enfatiza el director del Instituto del Sueño.
EL SÍNDROME DE LA CABEZA EXPLOSIVA
Asimismo, el síndrome de la cabeza explosiva es otra forma de cefalea nocturna, caracterizada por un dolor leve y un ruido interno agudo como una explosión. «Este dolor surge al inicio del sueño, provocando un despertar abrupto en quienes lo sufren», explica el doctor. «Alrededor del 30% de los afectados tienen antecedentes familiares de migraña, y se considera como una de las formas de aura de la migraña, respondiendo además a medicamentos similares».
EL CASO DE LA MIGRAÑA
Por otro lado, la migraña, que afecta al 2% de la población de manera crónica, y al 14% episódicamente, puede estar vinculada a las cefaleas nocturnas. «La migraña comienza a manifestarse con síntomas como fatiga o incremento del apetito y puede incluir fenómenos anormales en la visión», describe el doctor.
«En dos tercios de estos pacientes, los episodios ocurren mientras duermen», observa, y en muchos casos se relacionan con la disminución del sueño profundo en los días anteriores. «Condiciones que alteran el sueño, como el síndrome de piernas inquietas, incrementan hasta 4 veces el riesgo de migraña en comparación con la población general, incluyendo el insomnio y la apnea del sueño», añade.
EL DOLOR DE CABEZA EN LA AOS
El doctor también menciona el dolor de cabeza matutino relacionado con la apnea obstructiva del sueño (AOS), que se presenta al despertar y desaparece posteriormente. Este tipo de dolor se describe como una sensación de presión desde la frente hasta la nuca, y es más frecuente en personas que roncan o tienen AOS. Se piensa que está vinculado con el aumento de anhídrido carbónico durante la noche, lo que causa vasodilatación en las arterias cerebrales, provocando así el dolor.
LAS CEFALEAS NOCTURNAS POR BRUXISMO
Finalmente, el doctor García-Borreguero menciona las cefaleas nocturnas asociadas al bruxismo, que ocurre cuando se aprietan o rechinan los dientes durante la noche. «En muchas personas, el dolor ocurre únicamente durante el sueño y puede predisponer a la cefalea tensional», concluye el director del Instituto del Sueño.

