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Un descubrimiento inesperado revela que, ni ostras ni chocolate, esta es la verdadera dieta del deseo sexual.

Un descubrimiento inesperado revela que, ni ostras ni chocolate, esta es la verdadera dieta del deseo sexual.

   MADRID, 29 Mar. –

   La conexión entre la alimentación y el **deseo sexual** ha captado la atención a lo largo de la historia, con diversos alimentos considerados **afrodisíacos**, como las ostras o el chocolate. Sin embargo, la ciencia continúa indagando en cómo la dieta impacta realmente en la libido, y un reciente hallazgo accidental sugiere que la clave podría no estar tanto en lo que consumimos, sino en lo que evitamos.

   Todo parece indicar que el **ayuno prolongado** en ciclos de 24 horas aumenta el deseo sexual, según un estudio realizado en ratones macho. El ayuno es un tema recurrente de investigación, ya que la reducción de la ingesta de alimentos y, por consiguiente, la restricción calórica pueden tener diferentes efectos en el organismo, más allá de la pérdida de peso comúnmente observada.

   Investigadores del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (Alemania) (DZNE) han descubierto que realizar **ayuno en ciclos de 24 horas** durante aproximadamente seis meses incrementa el deseo sexual en ratones macho al disminuir la concentración cerebral del neurotransmisor serotonina. Este hallazgo, publicado en Cell Metabolism, está vinculado con una deficiencia inducida por la dieta del triptófano, un aminoácido que debe obtenerse a través de los alimentos.

   Los investigadores del DZNE, junto a un equipo de la Universidad de Qingdao en China, sugieren que podrían existir mecanismos similares en humanos y consideran el **ayuno** como un posible enfoque para abordar la indeseada pérdida del deseo sexual.

   El doctor Dan Ehninger, líder del grupo de investigación en DZNE y autor principal del estudio, ha estado trabajando en este campo durante bastante tiempo. «Nos interesan los efectos del ayuno en el envejecimiento. Utilizando ratones como modelo, investigamos los mecanismos biológicos subyacentes. Nuestro objetivo es obtener información que también pueda ser relevante para los humanos», explica.

EL AYUNO AFECTA A LA DESCENDENCIA

   Los hallazgos de la investigación surgieron de un descubrimiento accidental. Inicialmente, Ehninger y su equipo pretendían investigar cómo el **ayuno** afecta a la **descendencia** de ratones macho. Sin embargo, un hallazgo particular llevó su investigación en una nueva dirección: los ratones macho de edad avanzada que habían ayunado durante períodos prolongados produjeron un número inusualmente alto de crías.

   En contra de las hipótesis iniciales, este fenómeno no se debió a efectos del ayuno en los órganos reproductivos ni al estado endocrino de los animales. Los cambios relacionados con la edad en los testículos, la calidad del esperma y los niveles de testosterona, argumentaban en contra de una alta fertilidad.

   «Fue un poco de trabajo detectivesco descubrir la verdadera causa», reflexionan los investigadores. «Finalmente, nos dimos cuenta de que era una cuestión de comportamiento. Los machos en ayunas tuvieron significativamente más contactos sexuales que los ratones que podían comer libremente. En otras palabras, estos animales mostraron una frecuencia de apareamiento inusualmente alta, resultando en un número elevado de crías para su edad. Su comportamiento de apareamiento compensó con creces las limitaciones fisiológicas asociadas a la edad», señalan.

24 HORAS CON ACCESO EXCLUSIVO A AGUA

   Estos ratones macho fueron sometidos a un tipo específico de **ayuno intermitente**. Su acceso a alimento seguía un patrón recurrente de 24 horas: se les permitió alimentarse ad libitum durante 24 horas, seguidas de 24 horas con acceso exclusivo a agua. Durante el régimen de ayuno, los machos permanecieron juntos sin contacto con hembras. Posteriormente, se les presentaron hembras criadas sin restricciones dietéticas.

   También se observó un aumento en la conducta de apareamiento en ratones más jóvenes. Estos machos, que comenzaron el ayuno intermitente a los dos meses de edad, habían seguido esta dieta durante seis meses antes de ser introducidos a las hembras, mostrando una actividad sexual superior en comparación con sus pares alimentados ad libitum.

   Sin embargo, este efecto no se observó en otros grupos experimentales, tanto jóvenes como mayores, que ayunaron solo unas pocas semanas. Según estos experimentos, la duración mínima parece estar entre seis semanas y seis meses.

   Al investigar las causas, el enfoque se centró en los neurotransmisores que influyen en la conducta sexual. Algunos tienen un efecto estimulante, mientras que otros actúan como inhibidores. Entre los ratones macho sexualmente activos, un factor resalta: los niveles de serotonina, un mensajero químico generalmente asociado con efectos inhibidores, eran inusualmente bajos.

   En general, los ratones en ayunas consumieron casi un 15% menos de calorías que los animales del grupo de control. Esta reducción también aplicó, en términos generales, a su ingesta de triptófano. Sin embargo, actualmente no está claro si la disminución de los niveles de serotonina está relacionada con este régimen de alimentación específico o si también podría ocurrir con otros tipos de **ayuno**. Estudios futuros deberán esclarecer este punto.

CONSIDERAN QUE ES POSIBLE EL MISMO COMPORTAMIENTO SEXUAL EN HUMANOS

   Como destaca el científico, también existe la posibilidad de que este efecto se produzca con una restricción calórica general, donde se disponga de alimentos de manera continua, pero en cantidades reducidas. «Los mensajeros químicos también desempeñan un papel importante en la regulación del comportamiento sexual en humanos, especialmente la serotonina», afirma Ehninger.

   Esto se evidencia, por ejemplo, en el uso de ISRS, una clase de antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina, cuyo posible efecto secundario es la reducción de la libido. Por el contrario, se sabe que niveles bajos de serotonina fomentan el deseo sexual.

   «En vista de esto, considero muy plausible que el **ayuno** pueda influir en el deseo sexual en humanos, posiblemente no solo en hombres, sino también en mujeres, ya que la serotonina también afecta su libido». Según Ehninger, existen pocos estudios científicos sobre los efectos del **ayuno** en la libido humana.

   «En mi opinión, sería valioso investigar este tema más a fondo. Veo potencial para una aplicación terapéutica. La falta de deseo sexual no siempre se percibe como un problema, pero algunas personas la padecen, lo que se conoce como ‘trastorno del deseo sexual hipoactivo’, sobre todo en adultos mayores. El **ayuno** podría ser un complemento útil a las opciones de tratamiento existentes».

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