Reconoce que informó a Rubiales y asegura que «igual tenía» que haber preguntado a Jenni cómo se encontraba tras el incidente.
MADRID, 12 Feb. –
El exseleccionador femenino Jorge Vilda ha afirmado este miércoles en el juicio que se está llevando a cabo en la Audiencia Nacional que se acercó para hablar con la familia de la jugadora Jennifer Hermoso por «voluntad propia» y con la intención de frenar el «impacto negativo» que, desde su perspectiva, podría ocasionar el beso que Luis Rubiales le dio a la futbolista.
Vilda hizo estas declaraciones durante su testimonio en el juicio que también se sigue contra el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, el ex director de Marketing Rubén Rivera y, el ex director de la Selección masculina Albert Luque.
Vilda, quien enfrenta una condena de un año y seis meses de prisión por un presunto delito de coacciones, ha negado que se haya comunicado con el hermano de Jenni, Rafael, y con un amigo común por indicaciones de Rubiales o por miedo a perder su empleo. «Cuando eres campeón del mundo, sientes que has logrado un gran éxito y te sientes bastante respaldado por todo para continuar como seleccionador», ha explicado.
Respondiendo a preguntas de la Fiscalía, Vilda afirmó que se presentó «de motu propio, por voluntad propia y viendo la relevancia que adquiría todo lo relacionado con el beso, especialmente a nivel mediático». «Me preocupé porque se le estaba dando mucha más importancia a lo que ocurrió y restando relevancia al gran éxito que habíamos logrado», ha indicado.
Según Vilda: «Como entrenador, cuando ganas un campeonato el vacío es aún mayor y lo único en que piensas es en la próxima competición». «Los Juegos Olímpicos me motivaban mucho, y creí que todo eso podría tener un impacto negativo en mis jugadoras. Quería encontrar la forma de llevar a la normalidad a una selección que ha sido campeona del mundo», ha afirmado.
EL HERMANO «LO TILDA DE ANECDÓTICO»
El exseleccionador reconoció que en ese instante, en el vuelo de regreso a España, no consideró «oportuno» acercarse a Hermoso, quien estaba «en su celebración» con sus compañeras. Fue más tarde, durante el testimonio de la jugadora en la vista oral, cuando se enteró de que a Hermoso le dolió que su exentrenador no se preocupara por su estado emocional. «Igual tenía que haberle preguntado cómo estaba», ha señalado, aclarando que, tras ese incidente, no han vuelto a hablar.
Quien sí conversó fue Vilda, con el hermano y un amigo de Hermoso, a quienes preguntó «si habían visto lo del beso». Recuerda muy bien de esas palabras porque después se han repetido muchas veces, lo considera anecdótico, algo sin importancia», ha mantenido.
En ese momento, instó a Rafael Hermoso a que se acercara a su hermana para pedirle que hiciera «algún tipo de comunicación», una «fórmula para normalizar la situación y hablar sobre lo verdaderamente importante», que era la victoria en el Mundial.
Vilda, que ha rechazado responder a las acusaciones, ha afirmado que el hermano aceptó hablar con ella, en contradicción con lo que sostiene el propio Rafael y como le ha recordado la fiscal Marta Durántez. «No, eso es falso. Él me dijo que iba a hablar con ella», ha insistido el exseleccionador.
Aunque se acercó al entorno de Hermoso por iniciativa propia, Vilda ha admitido que se dirigió a Rubiales para informarle que el hermano de la jugadora había accedido a acercarse a ella para intentar convencerla de grabar un vídeo.
En este punto, la Fiscalía preguntó a Vilda si no era consciente de lo que estaba sintiendo Jenni en ese momento. «En ningún momento lo presencié, ni nadie me lo dijo. Cuando la vi con la cara un poco cruzada, porque Jenni es muy expresiva y la conozco, pensé que todo lo que estaba leyendo en los medios no le estaba gustando igual que a los demás», ha respondido.
Para más información relacionada, consulta la página oficial de la RFEF o el artículo sobre la victoria en el Mundial de Fútbol.