Anticuerpos conjugados: aliados en la lucha contra el cáncer de mama triple negativo metastásico

Anticuerpos conjugados: aliados en la lucha contra el cáncer de mama triple negativo metastásico

En Madrid, el cáncer de mama se presenta como el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres, aunque también puede afectar a hombres. Entre el 10 y el 15 por ciento de los diagnósticos corresponden a casos de cáncer de mama triple negativo, uno de los subtipos más agresivos y con opciones limitadas de tratamiento. Este cáncer puede aparecer a cualquier edad, pero tiene una alta incidencia entre mujeres jóvenes, lo que genera un gran impacto tanto en las pacientes como en su entorno.

Los conjugados anticuerpo-fármaco (ADC, por sus siglas en inglés) emergen como una alternativa superior a la quimioterapia en el tratamiento de primera línea para el cáncer de mama triple negativo metastásico. Esto se sustenta en los resultados del ensayo clínico internacional ‘Ascent-03’, llevado a cabo por investigadores del International Breast Cancer Center (IBCC)-Pangaea Oncology (Barcelona) y el IOB Institute of Oncology Madrid.

Los ADC funcionan como un ‘caballo de Troya’, dirigiéndose a receptores en la superficie celular, con una carga oculta de quimioterapia. Al unirse el conjugado al receptor, libera la quimioterapia dentro de la célula tumoral y la destruye de forma selectiva.

«Este estudio muestra que los caballos de Troya son la mejor opción para pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico recién diagnosticado. Esto confirma que, una vez aprobados por las agencias reguladoras, deberían ser considerados como primera opción para estos pacientes«, ha señalado Javier Cortés, director del IBCC-Pangaea Oncology y principal autor del artículo publicado en ‘The New England Journal of Medicine’.

En el estudio de fase III ‘Ascent-03’, se incluyó a 558 pacientes con cáncer de mama triple negativo que no habían recibido tratamiento previo, y presentaban cáncer localmente avanzado, no operable o metastásico al momento del diagnóstico, reclutadas en 229 centros de 30 países. Las pacientes no podían ser candidatas a otros tratamientos, ya que no sobreexpresaban los inhibidores de PD-1 o PD-L1.

Las participantes se dividieron en dos grupos: uno recibió el ADC sacituzumab govitecán y otro el régimen convencional de quimioterapia.

MEJORAS EN SUPERVIVENCIA LIBRE DE PROGRESIÓN

Con respecto al objetivo principal del estudio, la supervivencia libre de progresión fue de 9,7 meses para las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán, comparado con 6,9 meses en el grupo que recibió quimioterapia. La tasa de respuesta objetiva fue del 48 por ciento en el primer grupo y la duración media de respuesta fue de 12,2 meses, significativamente mayor que el de las que recibieron quimioterapia, que fue de 7,2 meses.

«Hemos logrado un aumento del 38 por ciento en el control de la enfermedad, casi un 40 por ciento de mejoría con el caballo de Troya. Además, hemos incrementado el tiempo hasta la progresión de la enfermedad en casi tres meses. El tiempo de respuesta de las pacientes es considerablemente más prolongado; una paciente que responde a este tratamiento experimenta mejores respuestas que con quimioterapia: con quimioterapia la respuesta dura alrededor de siete meses, mientras que con el caballo de Troya es superior a un año», ha resaltado el Dr. Cortés.

En cuanto a la toxicidad, hubo episodios adversos en el 66 por ciento de las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán; principalmente neutropenia (43%), diarrea (9%) y leucopenia (7%). En el grupo de quimioterapia, los eventos adversos se observaron en el 62 por ciento de las pacientes; neutropenia (41%), anemia (16%) y leucopenia (13%). Sin embargo, la interrupción del tratamiento fue menor, del 4 por ciento en el grupo de sacituzumab govitecán, frente al 12 por ciento en el de quimioterapia.

UNA «VUELTA DE TUERCA» PARA MEJORAR EL PRONÓSTICO

Javier Cortés, quien participará como ponente en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), ha enfatizado que este es el «estudio definitivo» que demuestra que los ADC deben ser utilizados como primera línea en todos los tipos de tumores de mama metastásicos. «Por supuesto, continuaremos investigando la relevancia de los caballos de Troya en otros tumores y en distintas líneas», añadió.

Para el oncólogo, las conclusiones del estudio representan un importante avance y una «vuelta de tuerca», ofreciendo a las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama triple negativo metastásico una nueva opción para mejorar su pronóstico.

«En los casos de cáncer de mama triple negativos, hay dos grupos de pacientes. En uno, el 35-40 por ciento expresan la proteína PD-L1, mientras que el otro grupo no la expresa. Estos hallazgos indican que ambos grupos de pacientes deben ser tratados con los caballos de Troya. Además, para los pacientes PD-L1 positivos se añadirá inmunoterapia, mientras que los negativos recibirán solo el caballo de Troya sin inmunoterapia», explicó el experto.

También subrayó que los nuevos resultados abren la puerta a investigar cómo combinar los ADC con otros fármacos, incluyendo inmunoterapia, en todos los tipos de cáncer triple negativo, independientemente de la expresión de PD-L1; la posibilidad de combinar distintos conjugados; y la aplicación en cáncer de mama temprano triple negativo, con el objetivo de curar a más pacientes.

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