Aumento de hospitalizaciones por diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas.

Aumento de hospitalizaciones por diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas.

   MADRID, 13 Abr. –

    Las inundaciones **afectan la salud** al contaminar el sistema de abastecimiento de agua, aumentando el riesgo de enfermedades digestivas y facilitando la propagación de enfermedades infecciosas. Además, pueden crear ambientes favorables para el crecimiento de hongos, bacterias, virus y vectores como ratones e insectos, provocando brotes de enfermedades respiratorias, digestivas e infecciosas.

    Estas situaciones también pueden resultar en evacuaciones masivas y desplazamientos poblacionales. Aunque se proporcionen refugios temporales, la carencia de instalaciones sanitarias con frecuencia genera problemas de higiene, lo que incrementa la probabilidad de enfermedades respiratorias, digestivas e infecciosas.

   Recientemente, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Monash en Australia ha encontrado que las inundaciones, cada vez más frecuentes a nivel mundial debido al cambio climático, tienen un impacto significativo en la salud; el estudio revela un incremento del 26 por ciento en el riesgo de enfermedades que requieren hospitalización.

   La investigación, publicada en la revista ‘Nature Water’, es el análisis más amplio y exhaustivo sobre los impactos a largo plazo de las inundaciones en la salud, examinando más de 300 millones de registros de hospitalizaciones en ocho países propensos a inundaciones. Los territorios incluidos en el estudio son Australia, Vietnam, Brasil, Canadá, Chile, Tailandia, Nueva Zelanda y Taiwán.

   El impacto en la salud de las comunidades puede persistir hasta siete meses después del evento. Según el estudio, provocó aumentos en las hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares (35%), enfermedades respiratorias (30%), enfermedades infecciosas (26%), enfermedades digestivas (30%) como gastroenteritis, trastornos de salud mental (11%), diabetes (61%), cáncer (34%), trastornos del sistema nervioso (34%) y enfermedades renales (40%).

   Dirigido por los profesores Yuming Guo y Shanshan Li, el estudio analizó datos de 747 comunidades de ocho territorios que experimentaron inundaciones significativas entre 2010 y 2019, incluyendo la región noreste de Nueva Gales del Sur en Australia, la cuenca del río Amazonas en Brasil, el Mekong en Vietnam y el sur de Tailandia.

Se estima que el 23% de la población mundial está expuesta a inundaciones severas, un evento que se presenta aproximadamente una vez cada 100 años. Según el profesor Guo, se anticipa un aumento en la severidad, duración y frecuencia de las inundaciones debido a la mayor ocurrencia de precipitaciones extremas y al incremento del nivel del mar por el calentamiento global.

   Aunque se prevén efectos de las inundaciones en la salud, como ahogamiento, electrocución e hipotermia, este es el primer estudio y el más integral que investiga los impactos más amplios en la salud, «sugiriendo que los efectos de las inundaciones en la salud podrían haber sido subestimados y se verán agravados a medida que el clima cambie», agrega Guo.

CÓMO LAS INUNDACIONES TIENEN UN IMPACTO A LARGO PLAZO EN LA SALUD

    Las inundaciones **afectan la salud** al contaminar el sistema de abastecimiento de agua, incrementando el riesgo de enfermedades digestivas y facilitando la propagación de enfermedades infecciosas. Además, crean entornos que favorecen el crecimiento de hongos, bacterias, virus y vectores como ratones e insectos, lo que puede causar brotes de enfermedades respiratorias, digestivas e infecciosas.

    Estas situaciones pueden conducir a evacuaciones masivas y generar desplazamientos poblacionales. A pesar de que se proporcionen refugios temporales, la falta de instalaciones sanitarias suele originar problemas de higiene, lo que aumenta la probabilidad de enfermedades respiratorias, digestivas e infecciosas.

    Además, el acceso y la capacidad de los servicios de salud pueden verse comprometidos tras las inundaciones, lo que provoca retrasos en las intervenciones médicas habituales, como la diálisis para enfermedades renales, la quimioterapia y la radioterapia para el cáncer, y los regímenes de medicación para enfermedades cardiovasculares, respiratorias, infecciosas, digestivas, trastornos mentales, diabetes, trastornos del sistema nervioso y enfermedades renales.

   Por otro lado, el estrés psicológico a largo plazo (como el causado por daños materiales y pérdidas económicas) puede agudizar o inducir consecuencias adversas para la salud, al afectar el sistema inmunitario, interrumpir el sueño, provocar abuso de sustancias y disminuir el autocuidado.

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