Cómo evitar los problemas más comunes en los pies durante el verano

Cómo evitar los problemas más comunes en los pies durante el verano

   MADRID, 14 Ago. –

   ¿Sufres de ampollas, grietas o rozaduras en los pies cada verano? No es por casualidad. El calor, el sudor y los cambios bruscos de calzado pueden perjudicar la piel y comprometer la salud de tus pies. A continuación, te mostramos cómo prevenir y tratar estos problemas antes de que se agraven.

   Para ello, entrevistamos a Antonio Viana, miembro de la Comisión de Comunicación del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España y presidente del Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana.

   «Las ampollas, las rozaduras y las grietas son más comunes durante el verano debido a varios factores. Primero, el cambio del calzado invernal a veraniego no suele ser gradual, lo que provoca un cambio brusco en los materiales que tocan la piel del pie», señala.

   Por otro lado, este experto recuerda que, durante los meses fríos, los pies están más protegidos por los calcetines y por calzado fabricado con materiales más suaves y cómodos; mientras que el calzado de verano, como sandalias y chanclas, suele tener costuras y materiales más rígidos, lo que aumenta la fricción. «Estas fricciones pueden generar rozaduras y ampollas», advierte Antonio Viana.

   En lo que respecta a las grietas, menciona que la principal causa es la deshidratación de la piel: «Al exponer los pies al calor y al sol, la piel pierde humedad, especialmente en áreas como los talones, que tienen una capa de piel más gruesa. La falta de hidratación provoca que la piel pierda elasticidad, lo que puede llevar a la aparición de grietas. Además, las grietas entre los dedos se deben a la acumulación de sudor y humedad, más frecuentes en verano por el calor y la transpiración».

CÓMO PREVENIRLAS

   Para evitar estos problemas, el presidente de los podólogos valencianos sostiene que «la prevención comienza con una transición adecuada al calzado de verano», siendo recomendable usar sandalias o chanclas que carezcan de costuras duras y ofrezcan buen soporte al pie.

   «Además, la hidratación es esencial: mantener la piel de los pies bien hidratada con cremas específicas evita la sequedad y las grietas. Las cremas con urea son excelentes para este propósito. También es crucial mantener una adecuada higiene de los pies, especialmente para evitar infecciones por sudoración excesiva», agrega.

SI YA HAN APARECIDO LAS AMPOLLAS O LAS GRIETAS

   Si ya tienes ampollas, Viana aconseja no reventarlas, a menos que sean muy dolorosas o grandes, ya que lo ideal es permitir que se absorban por sí solas. «Si necesitas drenarlas, utiliza una aguja estéril y evita retirar la piel que las cubre», puntualiza.

   Además, sugiere mantener la zona limpia, lavándola con agua y jabón neutro, aplicando un antiséptico cuando sea posible; y considera el uso de apósitos hidrocoloides para ampollas, que se pueden adquirir en farmacias, dado que «ayudan a proteger la piel y a acelerar la recuperación».

   Asimismo, recomienda evitar la fricción mediante calzado cómodo y transpirable para reducir el roce, así como estar atento a signos de infección, de forma que si la ampolla presenta pus, enrojecimiento excesivo o dolor persistente, es mejor consultar a un especialista (podólogo).

   Para las grietas en los pies, es recomendable una hidratación intensiva mediante cremas con urea (20-40%) para favorecer la reparación de la piel; además de evitar productos irritantes, como el alcohol y otros productos agresivos que pueden empeorar la lesión.

   «Es importante proteger la piel, y en casos severos, los vendajes o parches especiales pueden ayudar a sellar la grieta y a prevenir infecciones. También puede ser útil una exfoliación suave, sin eliminar la piel de manera brusca; se recomienda el uso de piedra pómez con moderación. Si las grietas son profundas o duelen al caminar, consulta a un podólogo para una evaluación profesional», enfatiza Viana.

CUÁNDO ACUDIR AL PODÓLOGO

   De hecho, este experto lamenta que a menudo se reventen las ampollas sin las condiciones higiénicas adecuadas, lo que puede llevar a infecciones; además, el uso de calzado inadecuado puede agravar el problema. También es importante evitar remedios caseros sin supervisión, ya que algunas sustancias como el vinagre o el limón pueden irritar la piel; y no descuidar la hidratación, ya que no basta con aplicar crema una sola vez, sino que la constancia es fundamental. Asimismo, no se deben ignorar los signos de infección: si hay dolor intenso, secreción o inflamación, se debe buscar atención podológica.

   Elena Carrascosa, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España, recuerda que los signos que indican la necesidad de acudir al podólogo son:

*Dolor intenso o persistente: si una ampolla o grieta te impide caminar normalmente o causa molestias constantes.

*Signos de infección: enrojecimiento excesivo, hinchazón, calor en la zona, secreción de pus o mal olor son indicativos de una posible infección.

*Sangrado o profundización de la grieta: si la piel se abre demasiado y afecta capas más profundas.

*Ampolla que no cicatriza o se agranda: si después de varios días sigue llena de líquido o aumenta de tamaño en lugar de mejorar.

*Presencia de fiebre: Un síntoma sistémico como fiebre puede indicar que la infección se ha extendido.

*Personas con riesgo elevado: Si tienes diabetes, problemas circulatorios o neuropatía, cualquier lesión en los pies debe ser revisada de inmediato, ya que existe un alto riesgo de ulceraciones graves.

   «Una ampolla o una grieta puede volverse peligrosa si se infecta, ya que puede convertirse en un absceso que requiera drenaje. Además, en personas con enfermedades vasculares o diabetes, puede dar lugar a una úlcera crónica con riesgo de complicaciones severas. Las grietas profundas también pueden afectar tejidos internos, causando dolor al caminar y predisponiendo a infecciones recurrentes. Por ello, el cuidado temprano es crucial para evitar problemas mayores. Si detectas cualquiera de estos signos, lo mejor es acudir al podólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuado», finaliza la presidenta de los podólogos.

Para más información sobre el cuidado de los pies y su salud, puedes visitar nuestro artículo sobre los cuidados esenciales para tus pies.

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