Descubre cuál es el entrenamiento perfecto para ti.

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   MADRID, 10 Ago. –

   Encontrar la motivación para realizar ejercicio puede ser un gran reto al entrenar. Esta podría ser una de las causas por las que menos de una cuarta parte de las personas logran cumplir con los objetivos de actividad recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

   Las directrices de actividad física de la OMS indican que los adultos sanos deben completar al menos 150 minutos de actividad (es decir, fuerza, resistencia, mixta) por semana; sin embargo, solo el 22,5% de los adultos y el 19% de los adolescentes en todo el mundo cumplen con dichos objetivos.

   Por lo tanto, la inactividad física se está convirtiendo en uno de los principales factores de riesgo para la mala salud física y mental a lo largo de la vida, y hay una creciente necesidad de hallazgos efectivos para fomentar la participación en la actividad física. Comprender cómo se relacionan los rasgos de personalidad individuales con la participación en la actividad física puede contribuir a optimizar estas intervenciones y a dar forma a la educación física en las escuelas para promover el afecto positivo y el disfrute durante el ejercicio

   Una vía para hacer que el ejercicio sea más placentero es optar por tipos de ejercicio que se ajusten a nuestra personalidad. En este contexto, investigadores del Reino Unido han analizado cómo la personalidad influye en los tipos de ejercicio que preferimos y nuestro compromiso hacia ellos.

   «Descubrimos que nuestra personalidad puede influir en la forma en que nos comprometemos con el ejercicio y, en particular, en qué tipos de ejercicio disfrutamos más», comenta la Dra. Flaminia Ronca, primera autora del estudio, del Instituto de Deporte, Ejercicio y Salud del University College de Londres (UCL).

   «Comprender los factores de personalidad al diseñar y recomendar programas de actividad física probablemente sea crucial para determinar el éxito de un programa y la continuidad en las prácticas de ejercicio», añade el profesor Paul Burgess, autor principal del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la UCL.

PRINCIPALES CONCLUSIONES

    Los investigadores han hallado que las personas con ciertos rasgos de personalidad pueden beneficiarse más de ciertos tipos de ejercicio, especialmente aquellos que complementan el alivio del estrés. Los resultados fueron publicados en ‘Frontiers in Psychology’.

   Para el estudio, se reclutaron participantes que se sometieron a pruebas de laboratorio para evaluar su condición física inicial. Posteriormente, se dividieron en dos grupos: el primer grupo recibió un plan de acondicionamiento físico en casa de ocho semanas que incluía ciclismo y entrenamiento de fuerza (grupo de intervención), mientras que el otro grupo mantuvo su estilo de vida habitual (grupo de control).

   Durante las pruebas de laboratorio, en la primera semana de intervención y después de esta, todos los participantes completaron un cuestionario sobre la satisfacción que sintieron en cada sesión de entrenamiento. Los rasgos de personalidad analizados incluyeron extroversión, responsabilidad, amabilidad, neuroticismo (tendencia a la negatividad) y apertura.

   «Nuestros cerebros están conectados de formas diversas, lo que influye en nuestros comportamientos y la manera en que interactuamos con nuestro entorno. Por esta razón, no sorprende que la personalidad también tenga un efecto en cómo respondemos a distintas intensidades de ejercicio», explica Ronca.

   Por ejemplo, los extrovertidos disfrutaban de sesiones de alta intensidad en compañía, incluyendo deportes en equipo. En contraste, quienes tenían un alto nivel de neuroticismo preferían entrenamientos individuales; aunque se sentían cómodos con alta intensidad, requerían breves descansos entre sesiones. Aquellos que mostraron un alto nivel de consciencia y apertura se ejercitaron independientemente de si disfrutaban de la actividad o si se sentían motivados por la curiosidad.

   Lo que resultó particularmente interesante fue el vínculo entre personalidad, mejora de la condición física y estrés, de acuerdo con los investigadores. Antes de la intervención, los niveles de estrés de ambos grupos eran similares; sin embargo, tras la intervención, especialmente entre las personas con alta puntuación en neuroticismo, se observó una reducción notable del estrés. «Es un hallazgo excelente, ya que muestra que quienes más se benefician de la reducción del estrés responden muy bien al ejercicio», destaca Ronca.

   Los investigadores subrayan que lo más importante en el ejercicio es hallar algo que disfrute y no desanimarse si no se encuentra de inmediato. «No importa si no disfrutamos de una sesión en particular», advierte Ronca. «Podemos explorar otras opciones».

    «Deseamos que si las personas descubren actividades físicas que disfrutan, estén más dispuestas a practicarlas», concluye Burgess. «Al fin y al cabo, no es necesario obligar a los perros a salir a pasear; ser tan inactivos físicamente que comencemos a sentir malestar podría ser algo peculiarmente humano. De hecho, nuestro cuerpo nos castiga haciéndonos sentir mal. Pero, por alguna razón, muchos humanos parecen no captar consciente o inconscientemente estas señales que envía nuestro cuerpo».

PERSONALIDAD Y ACTIVIDAD FÍSICA

Predictores de la aptitud física inicial:

Extroversión y escrupulosidad se relacionan con una mejor aptitud física inicial.

Neuroticismo no predijo la aptitud física inicial, pero sí se asoció con una peor recuperación cardiovascular tras el ejercicio.

Apertura y amabilidad no mostraron relación con la aptitud inicial.

Disfrute de las sesiones y adherencia:

Extrovertidos disfrutaron más de sesiones de alta intensidad, pero presentaron menor adherencia al programa.

Personas con alto neuroticismo prefirieron sesiones de baja intensidad y sin supervisión. Mostraron menos propensión a automonitorear su frecuencia cardíaca.

Alta apertura se asoció con menor disfrute del ejercicio extenuante, pero mayor probabilidad de participar en pruebas futuras.

Escrupulosidad y amabilidad no predijeron preferencias claras ni adherencia.

Resultados de la intervención:

Solo los participantes con alto neuroticismo experimentaron una reducción del estrés, independientemente de las mejoras en la condición física. Ningún rasgo de personalidad predijo mejoras en VO2máx (consumo máximo de oxígeno) o potencia de ciclismo.

Interpretaciones adicionales:

El neuroticismo se relaciona con una menor participación en actividad física, pero también con sensibilidad a la percepción del esfuerzo y mayor disfrute cuando se percibe competencia.

La escrupulosidad podría estar más ligada a la motivación por salud que al disfrute.

La apertura se relaciona con una mayor conciencia corporal, lo que podría afectar negativamente la percepción del esfuerzo intenso.

La amabilidad no mostró asociaciones significativas.

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