¿Deseas algo dulce o una bebida alcohólica? Descubre el "interruptor" biológico que frena esos antojos.

¿Deseas algo dulce o una bebida alcohólica? Descubre el «interruptor» biológico que frena esos antojos.


Archivo – Joven a punto de darse un atracón de dulces. – DEAGREEZ/ISTOCK – Archivo

   MADRID, 21 Dic. –

   Un estudio pionero, realizado por investigadores de City of Hope, una de las organizaciones de investigación y tratamiento del cáncer más grandes y avanzadas de los Estados Unidos, ha descubierto cómo el hígado activa una hormona que reduce el deseo de dulces y alcohol. Los hallazgos podrían conducir a nuevas terapias para diversas afecciones, como la enfermedad del hígado graso o MASLD (enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica), que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y cáncer de hígado.

   Además, los científicos de este centro de investigación, líder en diabetes y otras enfermedades potencialmente mortales, también han descubierto cómo la deficiencia de citrina (DC), un trastorno genético poco común que impide que el hígado convierta los alimentos en energía de manera eficiente puede provocar la acumulación de grasa en el hígado, incluso en personas delgadas.

   El autor principal del estudio, el doctor Charles Brenner, presidente de la Cátedra de Diabetes y Metabolismo del Cáncer de la Alfred E. Mann Family Foundation de City of Hope, observó que la enfermedad del hígado graso es más común en personas con obesidad, pero cientos de millones de personas delgadas sin saberlo también padecen esta afección que programa al hígado para almacenar grasa en lugar de quemar energía.

   Brenner, bioquímico de renombre internacional, ha dedicado décadas a descubrir las vías metabólicas y a determinar cómo las alteraciones metabólicas influyen en la salud y la enfermedad. Dos hechos inusuales lo sorprendieron: por un lado, casi todos los pacientes con DC son delgados pero presentan MASLD; y por otro, las personas con DC comparten una aversión a los dulces.

   Sabiendo que el hígado aumenta los niveles de la hormona FGF21 en múltiples condiciones de estrés metabólico y que altas dosis de FGF21 causan una aversión a los dulces y al alcohol, Brenner planteó la hipótesis de que el estrés específico en la DC impulsa la acumulación de grasa en el hígado y la producción de FGF21.

   «De forma similar a cómo el estudio de casos raros y hereditarios de cáncer de mama en hombres condujo a la identificación de genes clave que impulsan casos comunes de cáncer de mama en mujeres, utilizamos la DC como modelo para comprender por qué el hígado genera grasa en lugar de quemarla en un estado delgado –explica–. Descubrimos que la clave reside en la acumulación de una pequeña molécula llamada G3P que activa ChREBP, una proteína que activa los genes de síntesis de grasa”.

   El trabajo, publicado en la revista ‘Nature Metabolism’, fue sorprendente porque hasta entonces no se había identificado a G3P como el activador de ChREBP, y las condiciones que inducen FGF21, que incluyen tanto la dieta cetogénica (la ausencia de carbohidratos) como el consumo de carbohidratos simples, habían eludido la comprensión.

   Los hallazgos sugieren nuevos enfoques terapéuticos para resolver la MASLD. Cuando G3P-ChREBP activa la síntesis de grasa, también inhibe su quema, lo que podría ser controlado por fármacos. Además, los médicos podrían recetar fármacos basados en G3P para obtener los efectos del FGF21, es decir, reducir el apetito por los dulces y, al mismo tiempo, activar las vías de quema de grasa.

   La investigación, aun en curso, será clave para explorar estas vías de tratamiento, ofreciendo esperanza a las personas con DC, individuos delgados con enfermedad del hígado graso y otros para quienes las terapias basadas en FGF21 pueden ayudar a perder peso y/o promover una dieta y un estilo de vida más saludables.

   «Nuestro principal objetivo es transformar nuestra comprensión de la disfunción metabólica en beneficios tangibles para las personas que enfrentan estas enfermedades interconectadas –destaca el doctor Brenner–. Al ayudar a descubrir nuevas maneras de tratar las causas profundas, este estudio nos acerca un paso más a lograr ese objetivo».

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