MADRID, 15 Abr. –
En la actualidad, 800.000 personas sufren **Alzheimer** en España, y se diagnostican al año aproximadamente 40.000 nuevos casos. Esta enfermedad se considera la principal causa de demencia en el país y también la patología que genera mayor discapacidad entre las personas de edad avanzada, tal como destaca la [Sociedad Española de Neurología](https://www.sen.es).
Actualmente, los medicamentos disponibles para el Alzheimer solo abordan los síntomas y el avance de la enfermedad, sin poder curar al paciente, erradicar la enfermedad ni prevenirla. Esto resalta la importancia de un estilo de vida saludable en la **prevención** de esta enfermedad, y se busca continuamente nuevas estrategias para evitar su aparición o desarrollo.
Tradicionalmente, la prevención del Alzheimer se ha centrado en la alimentación, el ejercicio y el control de los factores de riesgo cardiovascular, entre otros cambios relacionados con hábitos saludables. Sin embargo, en los últimos años, se han puesto en marcha ensayos clínicos de vacunas dirigidas contra la proteína beta-amiloide, una de las principales características del Alzheimer.
UN DEPÓSITO ANORMAL DE PROTEÍNAS Y EL CEREBRO SE INFLAMA
El doctor Mario Riverol Fernández, quien ha estado investigando una vacuna contra el Alzheimer, señala en una entrevista que esta **enfermedad neurodegenerativa** se caracteriza por el depósito anormal de dos proteínas en el cerebro: la proteína Tau y el **amiloide**. «Se cree que eliminar estas proteínas del cerebro podría detener la evolución de la enfermedad».
Además, en el contexto del Alzheimer, se produce inflamación en el cerebro, algo que también ocurre en otras patologías neurodegenerativas. Sin embargo, aún se desconoce si esta reacción inflamatoria es beneficiosa o si, por el contrario, empeora el problema neurodegenerativo.
CASI 3 DÉCADAS BUSCANDO UNA VACUNA CONTRA EL ALZHEIMER
El doctor Riverol explica que las iniciativas para desarrollar vacunas contra el Alzheimer no son recientes. Desde principios de 2000, se diseñó una vacuna contra el amiloide que fue aplicada a pacientes con esta enfermedad. «Este ensayo clínico tuvo que ser interrumpido debido a la aparición de inflamación cerebral grave, que resultó en el fallecimiento de algunos pacientes», lamenta el neurólogo.
El doctor Riverol indica que posteriormente se han desarrollado vacunas que no causaron esos efectos adversos. «Hasta ahora, las vacunas se han tolerado bien y han inducido la formación de anticuerpos contra el amiloide, pero se requieren nuevos ensayos clínicos para evaluar su eficacia», menciona.
Por otra parte, celebra que se están desarrollando vacunas dirigidas contra la proteína Tau: «Actualmente hay ensayos clínicos en los que se prueba la seguridad y eficacia en sujetos sin síntomas cognitivos, pero con marcadores de riesgo para desarrollar Alzheimer».
POR QUÉ NO SE OBTIENEN LOS RESULTADOS ESPERADOS
Sobre las razones por las cuales las vacunas contra el Alzheimer no han logrado los resultados esperados, el neurólogo explica que es crucial evitar que estas vacunas produzcan una estimulación excesiva del sistema inmune que pueda causar inflamación cerebral, como se observó con la primera vacuna.
Además, considera fundamental que la vacuna induzca al sistema inmune a producir anticuerpos contra las proteínas del Alzheimer, ya sea amiloide o Tau. «Es necesario que esta producción de anticuerpos se mantenga a lo largo del tiempo (por ejemplo, realizando dosis de recuerdo de la vacuna). Y también se debe comprobar que las vacunas prevengan o ralenticen la evolución del Alzheimer», asegura.
¿LA VACUNA SERÁ LA SOLUCIÓN?
En este sentido, se le pregunta al experto si cree que algún día se podrá desarrollar una vacuna efectiva contra el Alzheimer o si la clave residirá en combinar diversas estrategias terapéuticas.
El doctor opina que la enfermedad de Alzheimer es «muy compleja», y sugiere que pensar que un solo medicamento podrá curarla «es poco realista en este momento». Sin embargo, aclara que, si se logra entender el mecanismo específico que causa la enfermedad, se podría intervenir para evitar que esta patología se manifieste. «No obstante, actualmente no comprendemos bien esos mecanismos y seguimos trabajando sobre teorías», añade.
LA APORTACIÓN DE VACUNAS FRENTE A LA GRIPE O EL NEUMOCOCO
Durante la entrevista, también se abordan estudios que sugieren que las vacunas contra la gripe o el neumococo podrían reducir el riesgo de Alzheimer. «Efectivamente, existen investigaciones que indican que las personas vacunadas contra la gripe o el neumococo tienen un menor riesgo de desarrollar Alzheimer», afirma.
«Sin embargo, no se ha aclarado qué mecanismo podría estar detrás de esto, y las evidencias son limitadas. Hasta el momento, no hay recomendaciones para vacunarse contra estos virus con el fin de prevenir el Alzheimer. Sería necesario realizar ensayos clínicos de vacunas contra estos patógenos en individuos cognitivamente sanos para demostrar que realmente previenen el Alzheimer», concluye el doctor Riverol.
Finalmente, se le pregunta sobre las terapias basadas en anticuerpos, que también están siendo exploradas en el ámbito del Alzheimer. «Las terapias que administran anticuerpos contra la proteína amiloide han demostrado disminuir esta proteína en el cerebro y ralentizar la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Idealmente, deberíamos poder generar anticuerpos a través del sistema inmune del paciente para prevenir el Alzheimer antes de que aparezcan los primeros síntomas», asegura el experto.