El litio podría aclarar las causas del Alzheimer y ofrecer un tratamiento potencial.

El litio podría aclarar las causas del Alzheimer y ofrecer un tratamiento potencial.

MADRID, 6 Ago.

Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos) han descubierto que la pérdida de litio en el cerebro acelera el deterioro de la memoria, contribuyendo a la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo abre la posibilidad de que este compuesto ayude en el tratamiento de una patología que afecta a cerca de 400 millones de personas en el mundo.

El Alzheimer implica una serie de anomalías cerebrales, como acumulaciones de la proteína beta amiloide, ovillos neurofibrilares de la proteína tau y la pérdida de una proteína protectora llamada REST. Sin embargo, estas no explican completamente la aparición de la enfermedad, ya que algunas personas que las presentan no muestran signos de deterioro cognitivo. Además, los fármacos dirigidos a la beta amiloide no logran revertir la pérdida de memoria.

El trabajo publicado en ‘Nature’, y elaborado a lo largo de 10 años, sugiere que el litio podría ser clave para entender mejor el Alzheimer. Según demuestra por primera vez, el litio se produce de forma natural en el cerebro, lo protege de la neurodegeneración y mantiene la función normal de todos los tipos principales de neuronas.

El equipo investigador utilizó un tipo avanzado de espectroscopia de masas para medir niveles de alrededor de 30 metales diferentes en el cerebro y la sangre de personas cognitivamente sanas, en una etapa temprana de demencia y en otras con Alzheimer avanzado. Para ello, se valió de un banco de tejido cerebral ‘post mortem’ del Rush Memory and Aging Project de Chicago.

El litio fue el único metal cuyos niveles diferían notablemente entre los grupos y que se alteró en las primeras etapas de la pérdida de memoria. Estos hallazgos fueron replicados en muestras obtenidas de múltiples bancos de cerebros de todo el país. Se observó que los niveles de litio eran elevados en los donantes cognitivamente sanos, pero muy reducidos en aquellos con deterioro leve o Alzheimer avanzado.

Un experimento en ratones reveló que la falta de litio no solo se relaciona con la enfermedad de Alzheimer, sino que también contribuye a su desarrollo. Se observó que alimentar a ratones sanos con una dieta restringida en litio redujo sus niveles cerebrales a un nivel similar al de pacientes con Alzheimer. Esto pareció acelerar el proceso de envejecimiento, provocando inflamación cerebral, pérdida de conexiones sinápticas entre neuronas y deterioro cognitivo.

En modelos murinos con Alzheimer, la falta de litio aceleró drásticamente la formación de placas de beta-amiloide y estructuras similares a ovillos neurofibrilares. La falta de litio también activó la microglía, una célula inflamatoria cerebral, disminuyendo su capacidad para degradar el amiloide; provocó la pérdida de sinapsis, axones y mielina, que protege a las neuronas; y aceleró el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria, todos ellos característicos de la enfermedad de Alzheimer.

Además, estos experimentos mostraron que el litio alteraba la actividad de los genes que se sabe que aumentan o reducen el riesgo de padecer Alzheimer, incluido el más conocido, el APOE.

TRATAMIENTO CON LITIO

A partir de estos resultados, los expertos decidieron comprobar los efectos del orotato de litio en el deterioro de la memoria en los ratones. Esto revirtió el daño relacionado con la enfermedad y restauró la función de la memoria, incluso en ratones mayores con enfermedad avanzada.

Otro hallazgo destacó que mantener niveles estables de litio en las primeras etapas de la vida previno la aparición del Alzheimer, confirmando que este compuesto impulsa el proceso patológico.

Los investigadores han afirmado que, si se replica en estudios posteriores, la detección del litio mediante análisis de sangre rutinarios podría ofrecer una forma de identificar a individuos en riesgo de padecer Alzheimer que se beneficiarían con un tratamiento para prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad.

Dado que aún no se ha demostrado la seguridad ni eficacia del tratamiento con litio contra la neurodegeneración en humanos, los autores han advertido a la población contra el uso de este tipo de compuestos sin supervisión médica.

PROMETEDOR, PERO CON CAUTELA

El investigador del Barcelonabeta Brain Research Center y del Servicio de Neurología del Hospital del Mar (Barcelona), Marc Suárez Calvet, ha señalado que los resultados de este estudio son «prometedores», pero también ha enfatizado que se debe actuar «con cautela» porque aún son necesarios ensayos clínicos en pacientes para confirmar la eficacia y seguridad del litio antes de su uso terapéutico.

En la misma línea, Jordi Pérez-Tur, investigador del Institut de Biomedicina de València del CSIC, insta a no caer en un optimismo excesivo y a continuar avanzando en este camino de forma rigurosa. “Es fundamental confirmar que en el ser humano ocurre lo mismo que se ha visto en modelos animales, que son imperfectos, y establecer qué dosis son necesarias y seguras, además de evaluar posibles efectos secundarios. No obstante, el uso de este metal en el tratamiento de condiciones neurológicas ofrece una esperanza de que la implementación será relativamente rápida”, ha dicho.

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