MADRID 22 Mar. –
Un nuevo estudio ha analizado el célebre cuadro de Gustav Klimt, ‘El Beso’, y ha revelado una intrigante «trama» entre el pintor, su obra más famosa y un Premio Nobel, mostrando cómo la medicina puede insuflar vida al arte.
Investigadores de la Universidad de Corea del Sur han examinado esta icónica obra desde una perspectiva médica y artística, concluyendo que Klimt incorporó conocimientos científicos de su época para ofrecer un nuevo significado a su pintura. Este hallazgo es parte de un seguimiento a un estudio anterior del equipo, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) en 2021, que exploró el simbolismo del desarrollo humano en ‘El Beso’.
En ese estudio, se determinó que los patrones y motivos de las prendas de las figuras representaban metafóricamente el esperma, los óvulos y la fertilización.
Ahora, según deducen en el nuevo trabajo, los discos rojos presentes en ‘El Beso’ podrían simbolizar glóbulos rojos y representar procesos biológicos como la circulación sanguínea y la fertilidad. La disposición de estos elementos en el lienzo parece estar estratégicamente pensada para evocar el pulso vital y la creación de la vida, reforzando así la relación íntima entre arte y ciencia.
Los «glóbulos rojos» son, de hecho, los que insuflan vida a la obra. Para investigar el impacto de estas formas rojas similares a glóbulos sanguíneos, el equipo de investigación creó una versión modificada de ‘El Beso’, titulada ‘Kiss, RBC Knockout Kiss’, en la que se eliminaron los discos rojos.
Posteriormente, encuestaron a 300 visitantes en la Feria Internacional de Arte de Ulsan (UiAF) de 2022, a quienes presentaron tanto la versión original como la modificada.
Los espectadores describieron el cuadro original usando términos como intensidad, esplendor, vitalidad, belleza y amor joven, mientras que la versión modificada evocaba impresiones de monotonía, quietud y falta de vida.
GLOBULOS ROJOS
El profesor Im Joo Rhyu, director del Programa de Postgrado en Convergencia y Biomedicina Traslacional de la Universidad de Corea y miembro del Departamento de Anatomía, se propuso estudiar el significado médico y artístico de las formas rojas que representan glóbulos sanguíneos en el cuadro.
En colaboración con los profesores Hyunmi Park, Dae Hyun Kim y Hwamin Lee, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Corea, y la estudiante de máster Daeun Kwak, de la Universidad de Sungkyunkwan, el equipo de investigación se adentró en la literatura médica de la época de finales del siglo XIX y principios del XX para descubrir por qué estos llamativos discos rojos aparecieron en la obra más emblemática del artista.
Un examen minucioso de ‘El Beso’ revela grupos de formas rojas en forma de disco en el pecho y las rodillas de la mujer, que, para un ojo médico, se asemejan notablemente a los glóbulos rojos.
Estos elementos insuflan vida al cuadro, entrelazando la función biológica de los glóbulos rojos con la intensidad psicológica del color rojo. El estudio propone que las vestimentas de los amantes narran un ciclo de tres días de la creación de la vida, enriquecido con simbolismo fisiológico.
Un eslabón histórico clave es Karl Landsteiner, el científico premio Nobel que descubrió el sistema de grupos sanguíneos ABO. Su innovador artículo de 1901 se publicó en la revista médica austriaca ‘Wiener Klinische Wochenschrift’, en cuyo consejo de redacción figuraba el profesor Emil Zuckerkandl, amigo cercano de Klimt.
En 1903, a petición de Klimt, Zuckerkandl pronunció una conferencia sobre anatomía para artistas, que influyó en el enfoque artístico de Klimt (Dissecting Klimt, Im Joo Rhyu, 2024). Además, Klimt poseía una enciclopedia alemana de gran difusión, Meyers Grobes Konversations-Lexikon, que contenía ilustraciones en color de células sanguíneas, sugiriendo que estas imágenes pudieron haber influido en su obra.
Para reforzar esta interpretación, los brazos de la mujer de ‘El Beso’ adoptan la forma de un corazón. Los discos rojos en su pecho están estratégicamente situados cerca de este corazón simbólico, evocando el pulso rítmico de la vida que fluye a través de su cuerpo y la nueva vida que lleva dentro.
Los discos rojos en sus rodillas parecen representar la sangre menstrual, un emblema sutil pero poderoso de la fertilidad y la vitalidad reproductiva. Esto sugiere que Klimt incorporó deliberadamente la menstruación como un elemento intrínseco del desarrollo humano, elevándola a un motivo central de su narrativa visual.
“‘El beso’ de Klimt es una obra maestra que no solo capta el éxtasis del amor, sino que también entrelaza a la perfección el arte y la medicina”, afirma el profesor Rhyu. “Al transformar los conocimientos científicos de su época en una metáfora artística, Klimt creó una obra que sigue cautivando al público. La fusión de ciencia y cultura permanece siendo relevante y esencial para dar forma a nuestra comprensión del arte y de la experiencia humana”.