MADRID, 5 Abr.
El **CrossFit**, un entrenamiento de alta intensidad que se basa en ejercicios funcionales y ha adquirido gran popularidad en los últimos años, mejora la resistencia, la fuerza y la movilidad. Sin embargo, su práctica sin las **precauciones adecuadas** puede resultar en lesiones o sobrecargas musculares.
«El CrossFit es un deporte exigente que combina movimientos de halterofilia, gimnasia y entrenamiento metabólico. Por ello, es esencial practicarlo con la técnica correcta y una progresión controlada para minimizar el riesgo de dolencias articulares y musculares, en especial en la zona lumbar, las rodillas y los hombros», señala Alexandra Perales Wilson-Smith, fisioterapeuta de Blua de Sanitas.
Por otra parte, la **fatiga generada** por la alta intensidad de los ejercicios puede afectar la técnica y, como consecuencia, aumentar la probabilidad de lesiones.
«Es fundamental respetar los tiempos de descanso, adaptar los entrenamientos al nivel de cada persona y priorizar la calidad sobre la cantidad. El objetivo es optimizar el rendimiento y reducir el riesgo de problemas musculoesqueléticos», añade.
En este contexto, los expertos de Sanitas sugieren seguir una serie de **pautas para practicar CrossFit de forma segura**:
– **Entrenar bajo supervisión profesional**: contar con un entrenador certificado es clave para recibir indicaciones precisas sobre la postura y la ejecución de cada movimiento. De esta manera, se podrán ajustar las cargas y repeticiones según el estado físico de cada individuo.
– **Progresar de forma gradual**: iniciar con ejercicios básicos y aumentar progresivamente la intensidad permite al cuerpo adaptarse y fortalecer los grupos musculares implicados. Es recomendable comenzar con pesos ligeros y dominar la técnica antes de incrementar la dificultad, reduciendo así el riesgo de lesiones.
– **Cuidar la movilidad y la flexibilidad**: realizar ejercicios de movilidad articular antes de entrenar y estiramientos al finalizar contribuye a prevenir sobrecargas musculares. Incorporar sesiones de yoga o pilates es aconsejable para potenciar la flexibilidad y mitigar la rigidez muscular.
– **Escuchar las señales del cuerpo**: el dolor agudo o la fatiga extrema pueden ser indicativos de sobreentrenamiento o lesiones inminentes. En tales casos, es recomendable reducir la intensidad o interrumpir la sesión para evitar complicaciones mayores.
– **Utilizar el equipamiento adecuado**: un calzado que brinde buena estabilidad, así como muñequeras y rodilleras, pueden ayudar a proteger las articulaciones durante ciertos ejercicios. Además, usar guantes es primordial para prevenir ampollas y callos en las manos, especialmente en las primeras sesiones.
– **Mantener una hidratación y alimentación adecuadas**: el consumo adecuado de agua y una dieta equilibrada que asegure una ingesta suficiente de proteínas y carbohidratos son esenciales para facilitar la recuperación muscular y mejorar el rendimiento físico.
«Si, a pesar de seguir estas recomendaciones, se presentan molestias persistentes, es importante acudir a un *especialista en fisioterapia* o medicina deportiva, ya sea de manera presencial o mediante computadora. Un experto realizará un diagnóstico adecuado, identificando los posibles desequilibrios musculares y aplicando estrategias que mejoren tanto la seguridad como la efectividad del entrenamiento», concluye Perales.