¿Es posible prevenir las alergias? Descubre cómo ciertos hábitos pueden hacer la diferencia, según alergólogas de la SEAIC.

¿Es posible prevenir las alergias? Descubre cómo ciertos hábitos pueden hacer la diferencia, según alergólogas de la SEAIC.

MADRID, 31 de mayo.

Estamos en pleno auge de las alergias primaverales y muchos experimentan sus síntomas durante esta época del año. Es interesante explorar hasta qué punto podemos prevenir el desarrollo de alergias, por lo que consultamos a dos expertas del Comité de Inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

La doctora Gabriela Zambrano Ibarra enfatiza que desarrollar una alergia no solo depende de la genética, aunque los antecedentes familiares incrementan el riesgo: “Existen múltiples factores ambientales y biológicos que influyen en la aparición de enfermedades alérgicas. No se hereda una alergia específica, sino una predisposición general, determinada por la interacción de varios genes, cada uno aportando un pequeño riesgo. Además, el entorno desempeña un papel fundamental: la colonización microbiana temprana, la exposición a alérgenos durante la infancia y la contaminación ambiental pueden impactar la forma en que el sistema inmunitario responde a sustancias externas”.

En cuanto a si es posible prevenir la aparición de alergias en niños desde la infancia, la doctora Mª Elena Seoane Reula subraya que, aunque no siempre es posible evitar completamente el desarrollo de alergias, sí se puede reducir el riesgo, sobre todo en niños con antecedentes familiares. Las estrategias más eficaces incluyen:

  • Fomentar la lactancia materna, que favorece una microbiota intestinal equilibrada.
  • La exposición de los niños a entornos rurales o la convivencia con animales desde edades tempranas, contribuye a una mayor diversidad microbiana y fortalece el sistema inmunitario.
  • Evitar el uso innecesario de antibióticos, ya que pueden alterar el microbioma del individuo.
  • Minimizar la exposición a contaminantes ambientales y al humo del tabaco.
  • Introducir de manera controlada alimentos potencialmente alergénicos entre los 4 y 6 meses de vida, según la evidencia científica más reciente.
  • Considerar, bajo recomendación médica, el uso de probióticos y prebióticos durante el embarazo y la lactancia.

Esta especialista también destaca hábitos cotidianos que pueden reducir el riesgo de desarrollar alergias respiratorias o alimentarias desde la infancia, tales como:

  • Evitar la exposición al humo de tabaco.
  • Reducir la presencia de alérgenos en el hogar (ácaros, epitelios de animales, pólenes) mediante ventilación adecuada, limpieza frecuente y uso de aspiradoras con filtros HEPA; utilizar mascarilla y gafas de sol al aire libre.
  • No abusar de productos de limpieza agresivos.
  • Mantener una dieta variada y equilibrada, sin eliminar alimentos sin indicación médica.
  • Introducir alimentos potencialmente alergénicos de forma temprana y controlada.
  • Promover la exposición moderada al aire libre y evitar una higiene excesiva.

EL PAPEL DE LAS VACUNAS

En este contexto, la doctora Gabriela Zambrano Ibarra señala que la inmunoterapia específica con alérgenos, conocida como “vacunas para la alergia”, tiene como objetivo principal modificar el curso de la enfermedad alérgica, reduciendo la frecuencia e intensidad de los síntomas y mejorando la calidad de vida. “Sin embargo, estas vacunas no previenen alergias en personas sanas que no presentan sensibilización”, aclara.

Respecto a si una persona puede “curarse” de una alergia o solo aprender a convivir con ella, destaca que en la mayoría de los casos “las alergias no tienen una ‘cura definitiva’; sin embargo, pueden mejorar de manera significativa con el tiempo o con el tratamiento adecuado.

Algunas alergias alimentarias en la infancia, como la alergia a la leche o el huevo, pueden desaparecer espontáneamente, mientras que otras, como la alergia a frutos secos o mariscos, suelen persistir. En estos casos, la estrategia se basa en evitar el alérgeno y controlar los síntomas”, menciona esta experta del Comité de Inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Además, sostiene que, para ciertos alimentos, existen protocolos de desensibilización, que deben ser valorados de forma individualizada.

REFORZAR EL SISTEMA INMUNITARIO Y MINIMIZAR ALERGIAS

Para fortalecer el sistema inmunitario y reducir el riesgo de alergias, estas especialistas insisten en:

  • Mantener una dieta rica en fibra y alimentos fermentados, que favorecen un microbioma intestinal saludable.
  • Fomentar la exposición moderada al medio ambiente y la convivencia con mascotas desde la infancia, en la medida de lo posible.
  • Evitar la higiene extrema y la exposición a contaminantes y toxinas.
  • Limitar el uso innecesario de antibióticos.
  • Priorizar hábitos de vida saludables, como la actividad física y el juego al aire libre.

“Un concepto clave es la ‘marcha atópica’, que describe la evolución natural de las enfermedades alérgicas en la infancia. Suele comenzar con dermatitis atópica, seguida de alergias alimentarias y, posteriormente, enfermedades respiratorias como rinitis o asma. Existe un periodo crítico entre los 4 y 12 meses de vida en el que el sistema inmunitario aprende a tolerar los alérgenos, por lo que la intervención en esta etapa puede ser decisiva para la prevención primaria. Ante cualquier sospecha de alergia, un diagnóstico precoz y un manejo adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida del paciente”, concluyen estas especialistas de la SEAIC.

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