Este es el compuesto similar a la lejía que produce tu cuerpo para combatir infecciones (y por eso los mocos son verdes).

Este es el compuesto similar a la lejía que produce tu cuerpo para combatir infecciones (y por eso los mocos son verdes).


Archivo – Niño con mocos. – KAKIGORISTUDIO/ISTOCK – Archivo

El color del moco por sí solo no es suficiente para determinar si un paciente precisa o no de antibiótico.

MADRID, 13 Dic. (EDIZIONES) –

El moco verde no aparece por arte de magia, ni es un diagnóstico automático de una infección bacteriana. Su color tiene un origen químico muy concreto: una enzima liberada por los glóbulos blancos que actúa como una especie de ‘lejía natural’ que es capaz de destruir a los microbios. Esta reacción inflamatoria explica por qué el moco cambia de aspecto durante un resfriado y puede ser verde.

“El cambio de color de los mocos durante una infección respiratoria se explica por el proceso inflamatorio local. Por ejemplo, la coloración verde o amarilla ocurre por la migración de leucocitos, especialmente neutrófilos, a la luz de las vías respiratorias. Estos neutrófilos liberan enzimas como la mieloperoxidasa (MPO), que es de color verdoso y que se acumula en el moco conforme aumenta la respuesta inflamatoria,” explica la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), la doctora Silvia Sánchez Ramón.

En concreto, esta experta señala que el color verde característico del moco purulento se debe principalmente a la acumulación de la enzima MPO, que es intensamente verde por su grupo hemo y que, junto con la acción de oxidantes derivados de esta enzima, como el ácido hipocloroso producido, contribuye a la destrucción de los gérmenes y a la defensa antimicrobiana.

NO HAY INFECCIÓN BACTERIANA SI EL MOCO ES VERDE

Por otro lado, hablamos con la presidenta de esta sociedad científica sobre uno de los mitos más extendidos que hay sobre el moco verde, que muchas personas creen que ‘hay infección bacteriana’ y, por tanto, es necesario un antibiótico.

No es exactamente así, tal y como aclara esta experta, señalando que la literatura médica y la guía del American College of Physicians aclaran que el cambio de color del moco, incluyendo el verde, no es un marcador fiable de infección bacteriana, y es algo que “puede ocurrir tanto en infecciones víricas, como en las bacterianas.”

“Los neutrófilos suelen ser más frecuentes en las infecciones bacterianas que en las infecciones víricas en el contexto de las infecciones respiratorias agudas. Sin embargo, las infecciones víricas también pueden inducir un reclutamiento importante de neutrófilos, como el virus influenza o el virus sincitial respiratorio, aunque el predominio suele ser menor que en las infecciones bacterianas,” aclara la doctora.

EL ACTUAL USO INNECESARIO DE ANTIBIÓTICOS

Sánchez Ramón enfatiza la importancia de abordar el uso innecesario de antibióticos, que a menudo se guía solo por el color del moco: “Contribuye al desarrollo de resistencias bacterianas y a efectos adversos, sin mejorar la evolución clínica en la mayoría de los casos.”

Por eso, según prosigue, los criterios para iniciar un tratamiento con antibióticos en infecciones respiratorias agudas deben ser personalizados, especialmente en pacientes con inmunodeficiencia, ya que presentan un mayor riesgo de complicaciones graves. “En estos pacientes se recomienda iniciar tratamiento antibiótico empírico de forma precoz ante la sospecha de una infección bacteriana, sin esperar a la confirmación microbiológica, según el criterio del inmunólogo tratante,” asevera.

Así, la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología insiste en que el color del moco por sí solo no es suficiente para determinar si un paciente necesita antibióticos para curar su infección respiratoria: “La mayor parte de los cuadros respiratorios agudos son de origen vírico y autolimitados. Los criterios clínicos que orientan hacia una posible causa bacteriana incluyen síntomas persistentes de varios días sin mejoría, fiebre elevada, secreción purulenta persistente durante al menos 3 días, o empeoramiento tras una mejoría inicial. Siempre se debe personalizar.”

Finalmente, recuerda la importancia de la hidratación, los lavados nasales y los humidificadores, que influyen positivamente en la cantidad y viscosidad del moco, ofreciendo un tratamiento sintomático efectivo en estos casos.

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