MADRID, 11 Oct. –
El cáncer de próstata es uno de los más comunes entre los hombres a nivel mundial, y la detección temprana es crucial para aumentar las probabilidades de supervivencia. Las pruebas más empleadas incluyen el análisis de antígeno prostático específico y el examen físico mediante tacto rectal, que permiten identificar alteraciones antes de que se presenten los síntomas.
¿QUÉ ES LA PRUEBA DE PSA Y CÓMO FUNCIONA?
La prueba de PSA consiste en un análisis de sangre que mide los niveles de antígeno prostático específico, una proteína generada por la próstata que puede señalar la presencia de cáncer u otras anomalías prostáticas.
Sin embargo, estas pruebas generan controversia entre los especialistas, dado que pueden resultar en falsos positivos y llevar a tratamientos innecesarios. Entender cómo funcionan los métodos de detección, sus ventajas y limitaciones, así como la importancia de un diagnóstico temprano, es clave para tomar decisiones informadas y mejorar los resultados en la salud masculina a largo plazo.
Las pruebas actuales de antígeno prostático específico (PSA) «pueden no dirigir las pruebas de manera efectiva a aquellos que más se beneficiarían, lo que incrementa las preocupaciones acerca de la posibilidad de realizar pruebas excesivas», advierten investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) en un estudio que abarcó a más de 10 millones de hombres en toda Inglaterra, publicado por ‘The BMJ’.
A pesar de las recomendaciones de limitar las pruebas de PSA a pacientes con síntomas o tras discutirlo con su médico de cabecera, los resultados indican que muchos pacientes se someten a pruebas más frecuentemente de lo aconsejado y se realizan pruebas repetidas en aquellos sin síntomas ni antecedentes de valores elevados de PSA.
Los autores subrayan que los hallazgos reflejan una falta de directrices internacionales consistentes y apuntan que pueden producirse «aumentos impredecibles en las pruebas de PSA, pruebas excesivas y costos asociados», influenciados por celebridades que comparten públicamente sus diagnósticos de cáncer y promueven la detección.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA REALIZACIÓN DE LA PRUEBA
Los investigadores buscaron entender mejor cómo se utilizan las pruebas de PSA en Atención Primaria en Inglaterra antes de realizar un diagnóstico de cáncer de próstata. Para ello, analizaron datos de 10.235.805 hombres de 18 años o más registrados en 1.442 consultorios generales de Inglaterra entre 2000 y 2018, quienes no habían sido diagnosticados con cáncer de próstata antes de ingresar al estudio.
Los datos se relacionaron con el Registro Nacional de Cáncer, Estadísticas de Episodios Hospitalarios y la Oficina de Estadísticas Nacionales, y los resultados se analizaron según región, nivel de privación, edad, etnicidad, antecedentes familiares de cáncer de próstata, presentación de síntomas y niveles de PSA.
Un total de 1.521.116 hombres se realizaron al menos una prueba de PSA durante el estudio, resultando en un total de 3.835.440 pruebas. La frecuencia de pruebas se quintuplicó en el transcurso del estudio, especialmente en hombres sin síntomas y aquellos con valores de PSA inferiores a los límites recomendados.
Las tasas más altas se dieron en hombres de 70 años o más, quienes son los menos propensos a beneficiarse de pruebas repetidas, y se observó un porcentaje notable en hombres mucho más jóvenes (18-39 años). Además, las tasas de pruebas variaron entre regiones, privación, etnicidad, antecedentes familiares, edad, niveles de PSA y síntomas; las tasas más altas se registraron en pacientes de etnicidad blanca y en áreas menos desfavorecidas.
Casi la mitad de los hombres (735.750) tuvo una nueva prueba. De estos, más del 75% no presentaron síntomas y el 73% nunca había tenido un valor de PSA superior al umbral recomendado. El intervalo promedio entre las pruebas fue de poco más de 12 meses en general y de 17 meses para aquellos que nunca habían tenido un valor de PSA alto (más corto de lo que sugieren la mayoría de las directrices). Una vez realizadas las pruebas, los pacientes tuvieron intervalos de repetición más cortos si eran mayores, pertenecían a un grupo étnico distinto de la raza blanca, tenían antecedentes familiares de cáncer de próstata o habían tenido un valor elevado de PSA previamente.
RIESGOS DE LA SOBREDETECCIÓN Y PRUEBAS REPETIDAS
Los autores reconocen que el uso rutinario de datos de atención primaria tiene limitaciones, y que los análisis de los intervalos entre pruebas se centraron exclusivamente en pacientes que se realizaron al menos dos pruebas de PSA durante el seguimiento, lo que puede introducir sesgo. Sin embargo, afirman haber analizado exhaustivamente las pruebas de PSA y los períodos entre ellas, y los resultados fueron consistentes tras análisis posteriores, lo que sugiere su robustez.
«La prueba de PSA en Atención Primaria es variable. Entre los pacientes que se sometieron a múltiples pruebas, muchos lo hicieron con más frecuencia de la recomendada, lo que suscita preocupaciones sobre la posibilidad de realizar pruebas excesivas. Se están llevando a cabo nuevas pruebas de PSA en pacientes sin síntomas registrados o con niveles bajos previos de PSA.»
«Para asegurar el mayor beneficio para el paciente y al mismo tiempo reducir el riesgo de pruebas excesivas, se necesita urgentemente investigación para determinar intervalos de repetición de pruebas de PSA adecuados basados en evidencia», concluyen los investigadores.
En resumen, la prueba de PSA sigue siendo una herramienta valiosa para detectar el cáncer de próstata a tiempo y mejorar las posibilidades de supervivencia. No obstante, su uso debe ser prudente y personalizado, alineado con las recomendaciones médicas y fundamentado en la evidencia. Reducir las pruebas excesivas contribuye a minimizar falsos positivos, ansiedad y tratamientos innecesarios. Consultar regularmente con el médico y evaluar el riesgo individual es esencial para tomar decisiones informadas y cuidar la salud prostática a largo plazo.
Para más información, puede consultar este recurso sobre el cáncer de próstata y las recomendaciones de la OMS sobre el cáncer de próstata.